Terapeuta Santo de los Últimos Días: 7 claves que los esposos pueden aprender de los jóvenes guerreros

jóvenes guerreros

El Libro de Mormón contiene una de las representaciones más profundas de la hombría ideal en la literatura religiosa.

En la historia de los dos mil jóvenes guerreros, los lectores adquieren conocimiento acerca de las características que, si se desarrollan en los hombres modernos, los ayudará a alcanzar su mejor versión como personas, esposos y padres.

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¿Quiénes fueron los jóvenes guerreros?

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Cuando una tribu sanguinaria se convirtió al cristianismo, enterró sus armas de guerra e hizo el juramento de nunca volver a derramar sangre. Si bien sus creencias permitían la guerra justa – la defensa de los inocentes, la preservación de la libertad, etc. –, temían convertirse en asesinos nuevamente si tomaban la espada.

Fueron tan fieles a su juramento que permitieron que sus enemigos los mataran sin poner resistencia. Apoyaron con gratitud a un ejército amigo que les ofreció protección. Sin embargo, al presenciar las muertes de sus aliados, esta tribu estuvo a punto de romper su juramento a Dios para unirse a la guerra.

Dos mil jóvenes de la tribu, que eran niños en el tiempo de la conversión de sus padres y que no hicieron el mismo juramento, tomaron la espada para luchar junto a sus aliados y preservar el honor de sus padres. Estos jóvenes guerreros son descritos de la siguiente manera:

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Y todos ellos eran jóvenes, y sumamente valientes en cuanto a intrepidez, y también en cuanto a vigor y actividad; mas he aquí, esto no era todo; eran hombres que en todo momento se mantenían fieles a cualquier cosa que les fuera confiada. Sí, eran hombres verídicos y serios, pues se les había enseñado a guardar los mandamientos de Dios y a andar rectamente ante él.

Hasta entonces nunca habían combatido; no obstante, no temían la muerte, y estimaban más la libertad de sus padres que sus propias vidas; sí, sus madres les habían enseñado que si no dudaban, Dios los libraría. Y me repitieron las palabras de sus madres, diciendo: No dudamos que nuestras madres lo sabían (Alma 53:20-21, Alma 56:47-48).

Según el texto, estos dos mil soldados fueron preservados de manera milagrosa en la batalla. Si bien muchos resultaron heridos, ninguno murió. Sus madres les enseñaron que ese fue un milagro debido a la obediencia y la fe.

¿Esto qué tiene que ver con los esposos?

Si revisamos los pasajes anteriores, encontraremos una serie de virtudes, una receta para la hombría, que puede ayudar a los hombres a llegar a ser mejores personas, padres y esposos.

1. Un esposo guerrero es valiente

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Defenderá lo justo, incluso cuando no sea conveniente o cuando enfrente consecuencias negativas por hacerlo. Defenderá el honor de su esposa e hijos. Además, dirá que no a las actividades que disminuyan su capacidad para liderar, junto a su esposa, a la familia como un ejemplo de consciencia. Rechazará la cobardía que conduce a otros hombres a culpar a los demás de sus errores, evitar la confesión y el cambio. Asimismo, se esforzará por decir “lo siento” o “estaba equivocado” fuera del vano temor de parecer débil.

2. Un esposo guerrero es fuerte y activo

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En otras palabras, no es un holgazán. Cuida su cuerpo lo mejor que puede mediante el ejercicio, la buena alimentación y el descanso. Se esfuerza por cuidar a su familia. Es muy diferente al tipo de esposo que llega a casa, toma una bebida fría y se sienta frente al televisor mientras que su esposa cocina, lava los platos y hace dormir a los niños. En cambio, un esposo guerrero reconoce que el día de su esposa, en casa o en el trabajo, fue tan largo y agotador como el suyo, o quizá más, y se muestra ansioso por ayudar para que ambos puedan descansar y relajarse. Se da un tiempo para el juego y la recreación con su familia.

3. Un esposo guerrero es fiel y verídico

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Hace lo que dice que va a hacer. Cumple sus promesas con fidelidad. Su esposa no se preocupa por si sucumbirá a la infidelidad, la adicción u otro vicio.  Esto se debe a que, día tras día, hace lo necesario para enfocarse en lo que más importa. Es constante en ser un líder y un ejemplo de integridad.

4. Un esposo guerrero es serio y obediente

A pesar de que reconoce la importancia de la diversión y la risa, es serio cuando debe serlo. Su fe produce humildad y ternura, no dominio ni control. Reconoce que su esposa necesita apoyo y fortaleza tanto como él.

5. Un esposo guerrero no es violento, pero no teme defender

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No busca establecer dominio a través del control, el miedo, o la intimidación. Cuida su temperamento. Nunca es violento, agresivo u ofensivo. Sin embargo, defenderá a su esposa e hijos de amenazas externas y se mantendrá firme al asumir las consecuencias.

6. Un esposo guerrero valora la libertad de su familia más que su propia vida

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Esto significa que anima a su familia a desarrollar sus talentos y convertirse en lo que quieren ser no en lo que él quiere que sean.  Desea que su familia siga sus sueños. Equilibra el instinto protector con la comprensión de que su esposa es tan importante como él y que sus hijos son su mayordomía, ninguno de ellos es su propiedad. Recuerda que la fuerza y la coacción conducen a la rebelión, por lo que gana la obediencia de sus hijos “por persuasión, longanimidad, benignidad, mansedumbre y amor sincero; [usando] la bondad y el conocimiento puro… sin hipocresía y sin malicia” (Doctrina y Convenios 121: 41 – 42).

7. Un esposo guerrero reconoce que vale la pena escuchar la voz de una mujer

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Honra a su madre y valora las lecciones que ella le enseñó. Reconoce que existen cosas de inmenso valor que aprender de las palabras y los ejemplos de las mujeres, incluidas su esposa y sus hijas. Nunca las maltrata, nunca actúa o se cree superior a ellas y recuerda que las vidas de los jóvenes guerreros se salvaron a través de las lecciones que aprendieron de las mujeres.

Un esposo guerrero les enseña a sus hijas e hijos acerca de las grandes mujeres de la historia de su familia y el mundo. Primero, se toma el tiempo de aprender de ellas por sí mismo. Presta atención cuando una mujer habla en el trabajo, en casa, en la iglesia o en otra parte. Principalmente, escucha, aprecia y consulta con su esposa, reconociendo su valor en sus pensamientos, palabras y comportamiento. Está agradecido por los talentos, características y habilidades únicas de su esposa. Además, es presto a expresar esa gratitud. Ve a su esposa como alguien que es tan importante como él.

Este artículo fue escrito originalmente por Jonathan Decker y fue publicado en ldsliving.com con el título “Latter-day Saint Therapist: 7 Keys Husbands Can Learn from the Stripling Warriors”.

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