La presidenta Bonnie H. Cordon, presidenta general de las Mujeres Jóvenes, se dirigió a los estudiantes de BYU-Idaho en un devocional de la universidad el día martes 17 de enero.
En este devocional, la presidenta Cordon invitó a los presentes a encomendarse al Señor y seguir Su guía divina para alcanzar su potencial.
Confía en el plan del Señor
La presidenta Cordon compartió la historia del hermano de Jared, en Éter 2:16, y meditó en el mandamiento que se le dio de construir barcas “como el Señor lo mandaba”.
Las instrucciones que recibió carecían de información con respecto a la luz que los haría poder ver, el aire que iban a respirar y la capacidad para conducir esas barcas.
“¿Por qué un Dios tan perfecto les daría un plan incompleto?” preguntó la presidenta Cordon. Esto era debido a que debía a fortalecer su fe:
“Tal vez no se trataba solo de la luz y del aire; la falta de estos fue la oportunidad que el hermano de Jared necesitaba para llegar a conocer mejor a Jesucristo. Amigos míos, gracias a este proceso, él llegó a conocer a Jesucristo”.
La presidenta Cordon, comentó lo siguiente:
“Nuestras pruebas, luchas y preocupaciones pueden ser los catalizadores que necesitamos para llegar a conocer mejor a nuestro Salvador a medida que confiamos en Él”.
¿Por qué el Señor no dirigió mi camino?
En su último año en BYU, Provo, Utah, la presidenta contó una experiencia de cuando iba a ser sus prácticas como maestra de una escuela primaria. Al asistir a las clases, se dio cuenta que no le gustaba estar en los salones.
Ella se preguntó si es que acaso el Señor sabía esto y si lo hacía porqué Él no dirigió su camino hacia otra carrera.
Al orar al respecto, sintió paz y que una voz le decía: “Termina tu carrera, Bonnie y tendrás una carrera llena de alegría”. A pesar de no entender aquel consejo, la presidenta Cordon decidió poner su confianza en Cristo todos los días.
A lo largo de su vida han habido “lágrimas, pruebas e incertidumbre”, sin embargo, en retrospectiva, ella ha logrado a entender que el Señor no solo ha dirigido su camino, sino que también la acompañó a lo largo del mismo.
“No sabía qué me depararía la vida como estudiante de último año de la universidad, pero tenía fe, la fe suficiente para decir: “Me encomiendo a Ti, Señor. Quiero estar en Tu obra”. Esta elección me llevó a tener más gozo que cualquier carrera me hubiera podido dar”.
Fuente: Church News