Al estudiar el pasaje que se encuentra en Lucas 4:1-21, vemos que Satanás tienta al Salvador en tres ocasiones diferentes: convertir unas piedras en pan, adorar a Satanás y saltar desde un muro para que sea salvado por ángeles.
Taylor Halverson, un profesor de la Universidad Brigham Young, compartió que tener una perspectiva más amplia de los antecedentes históricos y el contexto de esta última tentación nos ayudará a comprender el significado de la misma.
El profesor Halverson explicó que el pináculo del templo de Jerusalén, el lugar de donde tenía que lanzarse Jesucristo, era una plataforma elevada en la esquina del suroeste del templo.
En este lugar, cada día en diferentes intervalos de tiempo, un sacerdote judío soplaba un cuerno para recordarle a todos que debían orar.
Asimismo, el templo, a parte de ser el punto de congregación de fe más grande del Imperio Romano para miles de judíos, tenía en el lado sur una gran plaza que bordeaba la vía principal para llegar a Jerusalén.
El profesor Halverson expresó que se estima que el pináculo de aquel templo tenía 50 metros de altura y se encontraba justo por encima de la plaza y la vía principal.
“Conocer su ubicación puede aumentar nuestra comprensión y apreciación sobre la razón detrás de la tentación del adversario al Hijo de Dios.
Solo imagina lo ‘viral’ que hubiera sido esta historia entre la sociedad judía si es que Cristo hubiera saltado desde el lugar más concurrido y visible de Tierra Santa, el mismo lugar donde cada día a todos los judíos se les recordaba lo que debían hacer para ser salvos”.
El profesor Halverson explicó algo sumamente importante:
“En lugar de buscar fama instantánea, pero sin sentido, Jesús optó por la manera más lenta de hacer las cosas al caminar por las calles polvorientas de los pequeños pueblos pobres de Galilea en busca de un corazón manso, uno a la vez.
Jesús sabía que la única forma de invitar verdaderamente a las personas a venir a Él era mediante el amor, el servicio y la enseñanza, no a través de actos sin sentido que no brindará a nadie esperanza, fe o verdades salvadoras”.
Cristo quería ser nuestro Salvador, no una mera historia que se perdería con el tiempo. Su enfoque no estaba tampoco en esta vida, más en la vida eterna con el Padre, en la salvación de la humanidad gracias a Su sacrificio expiatorio.
Fuente: LDS Living
*Imagen de portada: “Satan Being Cast Out” pintado por Carl Heinrich Bloch