Brian Hill, un profesor e investigador de BYU, viajó a Sudáfrica en 2006 para ayudar a los jóvenes abandonados a identificar sus tribus y familias con la ayuda de la “genealogía genética”.
Después de ello, entrevistó a los jóvenes y concluyó que antes del programa no sabían quienes eran.
No podemos conocer nuestra identidad sin conocer nuestra genealogía. Créditos: Gregory A. Shemitz
Brian Hill comentó:
“Esto significa para mí que el saber de dónde venimos y cuales son los orígenes de nuestra familia, es saber quienes somos.
La historia familiar es un fundamento de nuestra identidad”.
Esta experiencia muestra el impacto que tiene la historia familiar en los jóvenes.
¿Por qué estudiar la historia familiar?
Estudiar nuestra genealogía puede traernos grandes bendiciones. Foto: La Iglesia de Jesucristo
Brian, junto a su compañero Clive Haydon, han estudiado la historia familiar de forma académica por más de 15 años.
Haydon es parte del “Applied Ancestry Project”, un esfuerzo que tiene como objetivo utilizar la historia familiar para fortalecer a los individuos, las familias y las comunidades; especialmente, a la juventud que ha pasado por malas relaciones familiares y luchan por encontrar un lugar en el mundo.
La lista de bendiciones prometidas por los líderes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días con respecto a la historia familiar son abundantes, tal como lo compartió el élder Gerrit W. Gong, del Cuórum de los Doce Apóstoles, en RootsTech 2023:
“Los desafíos y logros de nuestros ancestros pueden bendecirnos con fuerza y fe.
El amor y sacrificio de nuestros antepasados pueden incrementar nuestra perspectiva y gratitud”.
El élder Gerrit W. Gong compartió un mensaje en RootsTech 2023. Imagen: La Iglesia de Jesucristo
Los resultados del nuevo estudio realizado por Hill y Haydon nos muestran evidencias empíricas que complementan lo que los líderes de la Iglesia, como el élder Gong han enseñado.
Clive Haydon afirmó:
“Sentimos que es importante proveer evidencias empíricas para complementar aquellos principios que los profetas enseñan, y así apoyar los programas de historia familiar para los jóvenes”.
Este estudio ha mostrado que el conocimiento de la historia familiar está conectada con el desarrollo de una identidad saludable.
Mientras más sepan los jóvenes sobre sus ancestros y parientes, mejor es su identidad.
Lo descubierto por el estudio
Los estudios empíricos fortalecen las enseñanzas de los profetas. Imagen: Universidad Brigham Young
Las investigaciones que se realizaron con aproximadamente 250 jóvenes entre 18 y 20 años de 7 diferentes universidades de los Estados Unidos, muestran que los jóvenes con un mayor desarrollo de identidad saludable son aquellos que tienen un mayor conocimiento sobre su historia familiar.
El estudio se enfocó en el conocimiento que tenían los jóvenes sobre los eventos más importantes en la vida de sus padres y abuelos, en la cercanía que ellos tenían con sus familias, y que tan comprometidos estaban con sus valores y puntos de vista.
Cerca del 77% de los jóvenes participantes respondieron tres cuartos de las preguntas sobre la historia de sus familias.
Cuanto más sabían sobre sus familias, mayor era el desarrollo de su identidad.
Tener una buena relación con nuestras familias mejorará nuestra identidad. Imagen: La Iglesia de Jesucristo
Hill expresó algo muy importante:
“La historia familiar es excelente para mantener nuestros fundamentos.
Hay chicos que van al mundo y lo exploran por su propia cuenta sin tener un sistema de valores que los pueda guiar de manera segura.
Necesitamos saber de dónde venimos y junto a nuestra propia identidad familiar encontraremos un camino seguro”.
La importancia de una identidad
Es en nuestra adolescencia donde desarrollamos la parte más importante de nuestra identidad. Foto: La Iglesia de Jesucristo
La época de la adolescencia es un periodo en el cual los jóvenes exploran el mundo en base a sus valores familiares y toman decisiones en base a sus creencias.
Hill explicó:
“Podría denominar esto un balance entre la identidad familiar y la identidad personal”.
Los adolescentes que desarrollan una saludable identidad tienen menos probabilidades de salir afectados en conflictos familiares e individuales en la adultez.
Formar una buena identidad durante nuestra adolescencia nos dará la capacidad necesaria para afrontar desafíos en el futuro. Imagen: Canva
Esta identidad se forma durante toda nuestra vida, pero el momento más importante para desarrollarlo es durante la adolescencia. Esto repercutirá en la autoestima, el éxito académico y el autocontrol.
Una pobre formación de identidad generará ansiedad, depresión y una mala conducta.
De esta forma, Hill concluyó:
“Al participar de la obra de historia familiar, los jóvenes pueden ser tocados por el espíritu de Elías y el poderoso sentimiento de acercarse a sus antepasados; así, asistirán al templo representando a sus antepasados y sentirán la paz del Salvador durante el tiempo que pasen dentro.
Y, finalmente, podrán desarrollar de manera positiva y saludable su identidad mientras aprenden sobre sus familias”.
Fuente: Church News
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