Líderes de la Iglesia de Jesucristo ministran a los refugiados venezolanos
El puente con vista al río Pamplonita en la ciudad de Cúcuta, Colombia actúa como una frontera natural entre Colombia y Venezuela. Por este lugar, 40,000 personas cruzan a diario en busca de medicamentos, ayuda, comodidad y alivio de los continuos disturbios civiles en su país de origen de Venezuela.
En esta frontera, nuestros hermanos venezolanos encuentran personas y organizaciones que están listas para ayudarlos, proporcionándoles alimentos, medicamentos, asesoría legal, inclusive un lugar para ducharse y una comida caliente.
Una muestra de amor cristiano
Reyna I. Aburto, segunda consejera de la presidencia general de la Sociedad de Socorro y Lisa L. Harkness, primera consejera de la presidencia general de la Primaria, calificaron estos actos de servicio como una muestra del amor cristiano.
El día anterior a las celebraciones por el Día de Acción de Gracias, la hermana Aburto y la hermana Harkness llegaron hasta la frontera venezolana para para dar la bienvenida a los refugiados y ayudar entregando cajas de suministros de alimentos para aquellos que buscan un nuevo hogar o que regresan con sus familias.
Mientras ellas y otros miembros de la Iglesia de Jesucristo, ministraban a los refugiados venezolanos, recordaron el pasaje de las escrituras que está en Mateo 25:35 : “Estaba hambriento y me diste carne: tenía sed y me diste de beber: era un extraño y me acogiste”. En la frontera, la gente vive ese pasaje de las Escrituras, dijo la hermana Aburto, y agregó: “Todos somos hijos de Dios y solo están tratando de sobrevivir y mantener a sus familias. Todo el mundo está haciendo lo mejor que puede”.
“Estamos agradecidos por los venezolanos y su liderazgo en la Iglesia”
El élder Enrique R. Falabella, Autoridad General y presidente del Área Sudamérica noroeste, acompañó a la hermana Aburto y a la hermana Harkness en su visita por toda el área y comentó sobre las impresionantes formas en que los miembros del área (comprende Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela y Bolivia) han respondido a la crisis venezolana.
“Los miembros en el área son maravillosos, tienen atributos cristianos y muestran un gran amor a los venezolanos que vienen a los países vecinos”, dijo el élder Falabella. “Los venezolanos son grandes líderes y están recibiendo llamamientos y fortaleciendo la Iglesia en Colombia, Ecuador y Perú. Estamos muy agradecidos por su participación en la obra de salvación. Tienen un fuerte testimonio y están dispuestos a servir”.
Antes de visitar la frontera en Colombia, la hermana Aburto y la hermana Harkness se reunieron con líderes del gobierno colombiano para acordar cómo la Iglesia puede ayudar mejor a abordar las necesidades actuales de los refugiados y de aquellos que ofrecen ayuda dentro del país.
Un ejemplo de ministración perfecta
“Todos han sentido el impacto de las crisis”, dijo la hermana Harkness. “Pero todos estaban dando un paso adelante al ministrar, cuidar y amarse unos a otros. En todos los lugares a los que fuimos, escuchamos historias sobre cómo los refugiados venezolanos estaban siendo básicamente recogidos en los brazos de las Sociedades de Socorro y los barrios. Fue realmente maravilloso”.
Después de su reunión con funcionarios del gobierno en Bogotá, los líderes de la Iglesia de Jesucristo visitaron las oficinas de la Cruz Roja en Cúcuta para entregar una donación de cajas de alimentos para familias necesitadas de Venezuela y Colombia.
Fuente: The Church News