Pregunta
Durante estos últimos meses, me he visto en la necesidad de consumir bebidas energéticas para poder tener un buen desempeño en la universidad.
Esto me hizo pensar en algo, de acuerdo con la Iglesia de Jesucristo, las bebidas como el té y el café no están permitidas en la Palabra de Sabiduría, sin embargo, no se mencionan las bebidas energizantes.
Sé que estas bebidas contienen cafeína, pero no están prohibidas, ¿qué me puedes aconsejar al respecto?
Respuesta
Primero debes saber que, en efecto, sí es dañino el consumo del té o café.
Si buscas en internet encontrarás algunas de sus consecuencias, la cuales pueden incluir insomnio, dolores de cabeza, taquicardias, escalofríos, reducir la fertilidad y otras cosas.
La mayoría de estos efectos provienen de la cafeína, algo que también se obtiene en las bebidas energéticas o productos similares.
No siempre entenderemos todas las razones por las cuales el Señor nos da cada mandamiento, es por eso que tenemos la ley de la obediencia, para hacer lo que el Señor nos pide, incluso si no lo entendemos.
Aunque muchos consideran que la Palabra de Sabiduría es una ley menor, en Doctrina y Convenios 89:3 leemos que fue “dada como [un] principio con promesa, adaptada a la capacidad del débil y del más débil de todos los santos, que son o pueden ser llamados santos”.
Lo ideal es que busquemos vivir la ley de la forma más pura y elevada, no de la manera más mínima.
Una versión más elevada de la Palabra de Sabiduría podría prohibir las bebidas energéticas e incluso promover la abstinencia de cualquier sustancia adictiva.
El presidente James E. Faust, enseñó:
“Algunas adicciones pueden controlarnos a tal punto que nos quiten el albedrío que Dios nos ha dado.
Una de las grandes herramientas de Satanás es encontrar formas de controlarnos; por consiguiente, debemos abstenernos de cualquier cosa que no nos permita cumplir con los propósitos que el Señor tiene para con nosotros y que ponga en peligro las bendiciones de la eternidad.
Cualquier tipo de adicción impone un terrible precio de dolor y sufrimiento, e incluso puede afectarnos espiritualmente”.
Si deseas dejar la dependencia de las bebidas energéticas, debes saber que esto ya se ha convertido en un hábito y tomará tiempo dejarlo y cambiarlo. Sin embargo, puedes establecerte metas razonables y reales.
Para esto es importante sustituir este tipo de hábitos por uno bueno. Sí empezaste a consumir bebidas para obtener energía, entonces procura adquirirla mediante una buena nutrición, el ejercicio y horas de sueño adecuadas.
Pide ayuda al Señor y acércate a Él por medio de la oración, el estudio de las Escrituras y el servicio.
Tu Salvador estará ahí para ayudarte, pero tienes que pedírselo primero, con fe y sabiendo que recibirás una respuesta.
Recuerda, tu cuerpo es un templo del Señor y debes esforzarte por tratarlo como tal.
Fuente: Bella online y Ask Gramps