¿Por qué es importante que viviera antes de nacer?

mundo de los espíritus

Dios tiene muchos hijos que abarca toda la historia del mundo. ¿Se ha preguntado alguna vez si Él puede recordar amarle a usted entre tantos otros, otros que podrían parecer ser más importantes, más exitosos, o más perfectos? ¿Se ha preguntado cómo Él podría entender sus necesidades, sus miedos, sus esperanzas y sus anhelos? ¿Se ha preguntado cómo se siente Él sobre usted personalmente, y cómo llegó a conocerlo de todos modos?

He escrito antes acerca de una extraordinaria creencia mormona relativa a algo que llamamos la vida preterrenal. Hoy, voy a explicar cómo esa creencia me afecta personalmente como un mormón que cree plenamente que es verdad.

¿Qué es la vida preterrenal?

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En caso de que sea la primera vez que oiga hablar de esta doctrina, me gustaría presentarla. Es una parte fundamental del mormonismo porque ninguna otra doctrina mormona realmente tiene sentido a menos que usted la entienda.

Los mormones creen que Dios creó nuestros espíritus. La mayoría de los cristianos creen eso, pero lo que diferencia a los mormones es que no creemos que Él nos metió en un cuerpo y nos envió directamente a la Tierra. En lugar de ello, creemos que nos quedamos en el cielo por un tiempo (o posiblemente un muy, muy largo tiempo, no lo sabemos). Nos quedamos como espíritus, y fue una parte increíble de nuestra vida eterna. Vivíamos allí mismo, en la propia presencia de Dios, construyendo una relación personal con Él. Es posible que usted haya pasado el tiempo bajo Sus pies, escuchando como enseñaba verdades eternas o incluso teniendo largas conversaciones personales con Él sobre la persona en quien se estaba convirtiendo. Usted tenía albedrio y la capacidad de crecer allí. Usted fue convirtiéndose en usted mismo y decidiendo quién quería ser. Usted estaba eligiendo su relación con Dios.

Él nos conocía personalmente, al igual que los padres conocen a sus hijos mortales, aunque Él nos conocía aún mejor de lo que conocemos a nuestros hijos, porque no hay nada oculto de Él. Él conocía su corazón, sus anhelos, su compromiso con Él, y sus esperanzas para su vida en la Tierra. Él sabía que había elegido venir aquí voluntariamente, a aceptar las condiciones de su mortalidad, las que fueran para tratar de encontrar a Dios y el Salvador una vez que estuviera aquí, porque sus recuerdos de ellos serían borrados. La búsqueda de ganar fe era parte de su prueba en la Tierra.

¿Qué significa la vida preterrenal para un mormón?

Así pues, aquí estoy ahora, en la Tierra. He estado aquí por mucho tiempo y han pasado décadas desde que me sentaba a los pies de Dios y lo escuchaba dar un sermón o teniendo una conversación personal en Su presencia física. No he hecho todo lo que me enviaron a hacer aquí, pero si lo encontré y a Su Hijo Jesucristo. Yo los acepté como una parte esencial de mi vida cuando yo era apenas un adolescente. Encontré a Su Iglesia y me uní a ella.

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Yo sabía que había vivido antes de mi nacimiento, incluso antes de convertirme en una mormona. Empecé a tener experiencias que no podrían explicarse de otra manera en el séptimo grado. Simplemente no podía entender cómo había vivido antes, bajo qué circunstancias. La idea de la reencarnación no funcionó para mí. Cuando por fin me enteré del punto de vista mormón sobre la vida preterrenal, vivir con Dios, no en la Tierra, antes de mi nacimiento, supe inmediatamente que había encontrado mi respuesta.

Además de proporcionar respuestas a esas experiencias desconcertantes, el saber que viví con Dios antes de mi nacimiento ha cambiado profundamente mi relación con Dios. Antes de convertirme en una mormona, mi relación con él era más bien formal y distante. Aunque mi familia no asiste a la Iglesia, a menudo asistía a varias iglesias con mis amigos. Me habían enseñado a recitar una oración sencilla de cada día y aprender historias bíblicas básicas. Sin embargo, Él parecía más como el pariente anciano que se supone debe uno visitar cada domingo, pero que en realidad nunca llegamos a conocer.

Cuando me convertí en mormona, me animaron a desarrollar una relación íntima y personal con Dios. Con el tiempo, me di cuenta de que el conocimiento de que había vivido con Dios antes de nacer hizo que sea más fácil. Llegué a entender que Él y yo habíamos pasado juntos muchas horas, en persona, antes de mi nacimiento. Me conocía no sólo como un niño entre muchos, sino como un individuo. No me acuerdo de lo que hablamos, pero sí sé que me habría sentido segura diciéndole cualquier cosa, así que estoy segura de que le revelé mi corazón, y Él recuerda.

Piensen en el amor más puro y ferviente que se puedan imaginar; ahora multipliquen ese amor por una cantidad infinita; ésa es la medida del amor de Dios por ustedes. Dieter F. Uchtdorf, El amor de Dios, Conferencia General octubre de 2009, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Dios me conoce. Él me ama y lo hace desde mucho antes de mi nacimiento. Soy real e individual. Yo no soy solo uno de Sus hijos. Soy Terrie, la hija que Él conoce y ama. Cuando me siento sola o con miedo y falta de comprensión, sé que me entiende y me ama, mi Padre Celestial que una vez me abrazó y me escuchó cuando hablé con Él y que de nuevo me tendrá cerca de Él algún día. Él es un Padre real, tan real como mi padre mortal y Él me ama aún más.

Terrie Lynn Bittner

 

 

Terrie Lynn Bittner

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