Como problema dental le permitió al élder Uchtdorf ministrar a una familia en Uruguay
El élder Dieter F. Uchtdorf como un hombre cuya vida ha sido definida en gran medida, por sus estancias mundiales, conoce bien la primera lección de viaje: esperar lo inesperado.
“Y tan pronto como llegué a Uruguay”, dijo, “perdí una incrustación dental”.
La adversidad se convirtió en oportunas bendiciones
Los líderes locales en Uruguay le presentaron a una dentista, miembro de la Iglesia, que tenía su consultorio en su hogar de Montevideo.
Los Uchtdorf se detuvieron en su consultorio entre las reuniones del día de reposo y descubrieron que la dentista y su esposo eran padres de seis hijos, incluida una hija de 7 años con necesidades especiales llamada Emma, y que estaba en el hospital recuperándose de una importante cirugía.
“Tuvimos una visita maravillosa”, dijo. “Esa dentista me ministró y Harriet y yo tuvimos la oportunidad de ministrar a su familia. Hablamos juntos, tomamos fotos y disfrutamos nuestro tiempo juntos. Le di una bendición y pusimos el nombre de Emma en la lista de oración del templo”.
Como amantes de la música, los Uchtdorf estaban encantados con los hijos de esta familia porque tocan diferentes instrumentos musicales; dos violines, un piano, una guitarra y una flauta.
Dos días después, los Uchtdorf se enteraron de que Emma se había levantado de su cama de hospital y había pedido algo de comer.
La familia que oraba por un milagro
El élder Mark A. Bragg, un Setenta Autoridad General asignado a la presidencia del Área Sudamérica Sur, dijo que fue testigo de la mano del Señor en el trabajo de aquel día de reposo a través de las acciones de su siervo apostólico.
“La familia había estado orando por un milagro y, de repente, tenían a un Apóstol en su hogar ministrándolos personalmente, a cada uno de ellos”, dijo el élder Bragg.
“Lo que lo hizo más sorprendente es que habíamos recibido una lista de posibles visitas de ministración, pero esta familia no estaba en esa última lista. Fue hermoso ver esta intersección de oraciones ofrecidas por una familia fiel y oraciones respondidas por un amoroso Padre Celestial”.
Incluso en su dolor, esa generosa familia uruguaya “irradiaba tanta bondad”, agregó el élder Uchtdorf.
“Qué agradecido estoy de que mi incrustación dental se haya caído. De lo contrario, no habría conocido a esa familia especial”.
Se formaron nuevas amistades y un líder de la Iglesia fue testigo del poder combinado “de la guía del cielo y nuestro deseo de servir y hacer cosas los unos por los otros”.
Bendiciones en las acciones cotidianas
El élder Uchtdorf agradece las herramientas cotidianas que le permiten viajar por todo el mundo.
“Justo hoy, usé mi teléfono celular para verificar y asegurarme de que todo estaba bien en mi casa, pero ningún dispositivo o aplicación, puede reemplazar el compañerismo directo con los Santos de los Últimos Días en sus propios hogares y centros de reuniones.”
Después de llegar a Santiago, el élder Uchtdorf fue entrevistado por la periodista chilena Carolina Méndez. Ella le preguntó por qué viajaba lejos de su hogar y sobre el papel de un Apóstol Santo de los Últimos Días.
El élder Uchtdorf explicó su llamado apostólico divinamente encargado a enseñar y ministrar a los hijos de Dios en todo el mundo y a testificar de Jesucristo.
Fuente: The Church News