Las 5 ejemplares mujeres Santos de los Últimos Días que todos deberían conocer

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La mujer es la creación más perfecta del Padre Celestial.

Desde el poder y la capacidad de dar vida a los hijos de Dios en este mundo, hasta tener el amor maternal más semejante al del Padre Celestial, la mujer no tiene comparación.

Seguramente conoces muchos ejemplos dentro como fuera de la Iglesia, sin embargo, aquí te compartimos la historia de 5 mujeres de las cuales tal vez no has escuchado hablar, pero que son sumamente admirables.

Jane Snyder Richards

Jane Snyder Richards. Imagen: La Iglesia de Jesucristo

Jane Snyder Richards era como la reina de las organizaciones de la Sociedad de Socorro del Condado de Weber, Estados Unidos.

Ella nació en el norte del estado de Nueva York en 1823 y conoció la Iglesia cuando sus hermanos se convirtieron. Se casó con Franklin D. Richards en diciembre de 1842 y se mudaron a Nauvoo, donde comenzó a formar parte de la Sociedad de Socorro en 1844.

En 1846, Franklin fue llamado a servir en una misión en Europa. Veinte días después que él salió, Jane dio a luz a su hijo, quien vivió apenas algunos días.

Su hija pequeña, Wealthy, se enfermó gravemente al igual que Jane. Wealthy falleció y Jane se quedó aún más deprimida. Tiempo después escribió:

“Mi esposo estaría ausente por dos años y las dificultades que podría pasar hicieron que su regreso pareciera muy incierto. Solo vivía porque no podía morir”.

La Sociedad de Socorro es la organización femenina más grande y antigua del mundo. Imagen: La Iglesia de Jesucristo

Jane siguió adelante y Franklin regresó a su lado para luego viajar juntos al Valle del Lago Salado.

En 1867 Brigham Young designó a la familia Richards para que ayudara al establecimiento de los Santos en Ogden. Cinco años después, ella fue llamada como presidenta de la Sociedad de Socorro del Barrio Ogden.

Ella también lideró la primera organización de Mujeres Jóvenes en la ciudad y fue llamada como la primera presidenta de la Sociedad de Socorro de estaca, llamamiento en el cual estuvo por más de 30 años.

sociedad de socorro

La actual presidencia general de la Sociedad de Socorro. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Luego del fallecimiento de la presidenta general de la Sociedad de Socorro, Eliza R. Snow, Jane fue llamada como la primera consejera de la nueva presidenta, Zina D. H. Young, en 1887.

Jane Snyder Richards falleció el 17 de noviembre de 1912. 

Annie Wells Cannon prestó homenaje en su obituario:

“Para ella no había límites cuando había un llamado de ayuda. Ella ciertamente vivió con el espíritu del trabajo de la Sociedad de Socorro en su corazón”.

Ellenor Georgina Jones

Primeros miembros negros del Tabernacle Choir en 1969 y 1970. Fuente: LdsLiving

Ellenor Georgina nació en Nashville, Tennessee, en 1832. Se casó con Berry Jones y juntos se mudaron a San Mateo, California, en 1860.

Después de la muerte de Berry en 1836, se casó con Hugh Jones en San Francisco en 1836, pero dos años después se separaron.

Según un censo, ella viajó de un lado a otro entre California y Utah de 1870 a 1890. Un directorio de la ciudad de San Francisco la registró como viuda en 1873, y murió sola en Redding California en 1922.

No hay fotografías de Ellenor, y la poca información sobre ella muestra que su madre nació en Kentucky y que el jefe de su familia era un afrodescendiente de Virginia.

A pesar de que en algún momento se nos sea imposible adorar en nuestras iglesias, podremos adorar en nuestros corazones. Imagen: Canva

Ellenor, su madre y sus hermanos habían nacido en los estados de Mississippi, Ohio y Tennessee y fueron registrados como mestizos.

Ella llegó a participar de la obra en el Templo y su hijo fue ordenado al sacerdocio a pesar de ser una época agitación debido a la guerra civil.

Finalmente, el discurso que dio Ellenor en 1882 en Utah nos dice más sobre ella que cualquier otra información:

“Mis jóvenes amigos, es bueno que recuerden que, mientras estén en esta jornada de la vida, no hay prisión tan oscura, ni pozo tan profundo, ninguna tierra tan amplia, que el espíritu de Dios no pueda penetrar. Aun cuando todos los otros privilegios nos sean negados, podemos orar y Dios nos escuchará, nadie nos puede quitar esto”.

Rachel H. Leatham

Rachel H. Leatham fue de las primeras miembros solteras en servir una misión. Imagen: La Iglesia de Jesucristo

Rachel H. Leatham estuvo dentro de la primera generación de mujeres solteras en servir una misión de tiempo completo para la Iglesia de Jesucristo en 1906, siendo asignada en Colorado, Estados Unidos.

Trabajó en Denver y sus alrededores, dividiendo su tiempo entre las tareas de la oficina de la misión y las lecciones sobre el evangelio que enseñaba. 

En una carta semanal a su presidente de misión escribió:

“Tuve varias buenas conversaciones sobre el evangelio y tuve la fortuna de entrar en las casas de las personas”.

Cuando nos esforzamos por obtener un testimonio de Jesucristo, Él llenará nuestros corazones de gozo celestial. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Ella era una misionera común y corriente, sin embargo, lo que le sucedió poco después la convirtió en alguien extraordinaria. 

Al regresar a Salt Lake City, Rachel se ofreció como guía en la Manzana del Templo y tiempo después, en 1908, se convirtió en la tercera mujer en discursar durante una Conferencia General.

Este es un fragmento de su discurso:

“Soy una de las jóvenes más felices del mundo y es el evangelio lo que me hace sentir así, pues sé que es verdadero. Yo sé que Dios, nuestro Padre, y Su Hijo, Jesucristo, descendieron, trajeron el evangelio, lo establecieron y hablaron con el profeta José Smith.

Quiero decir nuevamente que sé que el evangelio es verdadero. No porque mi padre lo sabía ni tampoco porque mi madre siempre me lo enseñó, sino que lo sé porque Dios me lo ha revelado.

Su espíritu ha tocado el mío y ha testificado que así es. Ese testimonio es el don más preciado que Dios me ha dado”.

Julia Mavimbella

Matrimonio de Julia y Jhon. Créditos: Thoba Elizabeth Mavimbela Karl-Halla

Julia nació en 1917 en África del Sur y su padre falleció cuando ella tenía 5 años dejando a su madre viuda con 5 hijos. Su madre trabajó como lavadora de ropa y empleada doméstica.

Años después, Julia fue profesora y directora de una escuela; luego se casó con su John en 1946.

Juntos formaron un hogar y una familia. Lamentablemente, John falleció en un accidente automovilístico en 1955.

Julia dirigiendo el jardín comunitario. Créditos: Thoba Elizabeth Mavimbela Karl-Halla

La policía culpó a John debido a que era negro y por ello Julia se convirtió en una persona amarga y guardó odio en su corazón.

A mediados de 1970, las protestas pacíficas del “apartheid” se convirtieron en explosiones violentas en Soweto y las escuelas públicas fueron cerradas por seguridad. 

Debido a ello, Julia decidió enseñar jardinería a los niños de su localidad. Estableció un jardín comunitario que simbolizaba la esperanza para las personas que solo conocían el miedo y odio, y usó los costales de semilla para enseñarle a los niños a leer y a ser responsables. 

Julia como obrera en el Templo de Johannesburgo. Imagen: Biblioteca de la Historia de la Iglesia

Con el tiempo, su corazón sanó y empezó a ayudar a otros a hacer lo mismo. Gracias a esta obra, nacieron lecciones de sanación social. Julia siempre expresaba:

“Cabemos en el suelo de la amargura, sembremos una semilla, mostremos amor y veamos qué frutos crecerán. El amor no vendrá sin que perdonemos a otros. En donde hubo una mancha de sangre, una bella flor crecerá”.

Julia estuvo entre los primeros africanos en bautizarse en África del Sur en 1981. Posteriormente, sirvió como presidenta de la Sociedad de Socorro de la rama de Soweto y como obrera en el Templo de Johannesburgo.

Olga Kovářová Campora

Olga Kovářová Campora. Imagen: Olga Kovářová Campora

Olga ha enseñado de manera peculiar el evangelio a las personas en Checoslovaquia a través del yoga.

Ella estudió un doctorado en la Universidad de Masaryk, en Brno, en la década de 1980, cuando el comunismo prohibía la práctica y la enseñanza de la religión.

Al interesarse por el yoga, Olga conoció a Otakar, la última persona en bautizarse en la Misión de Checoslovaquia en 1939, antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial.

Durante la Segunda Guerra Mundial estuvo prohibido la enseñanza y prédica de la religión en la Unión Soviética. Fuente: BBC

Ella comenzó a dar clases de “yoga cristiano” en su casa, donde combinó las técnicas del yoga con las escrituras y los principios del evangelio.

Durante varios meses, Otakar le dio varios libros sobre la Iglesia a Olga para leer y dialogar. Entre esos libros había una copia de casi 40 años del Libro de Mormón en checo.

Mientras leía este libro, sintió un gozo que llenó su corazón y dijo: “¡Dios vive!” Olga compartió:

“Escuché mis propias palabras y sentí como el amor de Dios llenó todo mi ser”.

Olga con una de sus alumnas de “yoga cristiano”. Imagen: Olga Kovářová Campora

Olga se bautizó en el verano de 1982, poco después se convirtió en una misionera dando clases de yoga cristiano.

A través del campamento que comenzó, donde ha dado sus clases, 130 personas han sido bautizadas.

Olga, que aún vive, desempeñó un importante papel en la historia de la Iglesia.

Fuente: Mais Fe

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