¿Cómo lidiar con las situaciones que hacen que nuestros principios entren en conflicto?

hombre orando

En el quinto capítulo del libro, “Ambigüedad productiva”, los Hafen hablan de cómo afrontar situaciones en las que dos principios verdaderos parecen entrar en conflicto. Por ejemplo, las Escrituras enseñan sobre la justicia y la misericordia, dos principios verdaderos que pueden parecer estar en conflicto cuando alguien comete un pecado.

¿Es Dios un Dios de justicia? o, ¿es un Dios de misericordia?  En realidad, es un Dios de ambas cosas, y la expiación del Salvador nos ayuda a reconciliar los aparentes conflictos entre la justicia y la misericordia: hay lugar tanto para el castigo como para el perdón. 

expiación

Los Hafen nos dicen que aprender a aceptar estos conflictos aparentes y resolverlos es un paso esencial para encontrar el equilibrio y fortalecer nuestra fe.

José Smith dijo una vez: “Al probar los opuestos, la verdad se hace manifiesta”.

Por ejemplo, cuando el élder Hafen era decano de la Facultad de Derecho de la BYU, el presidente Ezra Taft Benson dio una charla “a las madres de Sión”.

Describió la maternidad como “el llamado más noble de todos”. Asimismo, aconsejó a las madres que evitaran trabajar fuera de sus hogares siempre que fuera posible. 

Debido a que la Escuela de Derecho tenía un número creciente de mujeres estudiantes, surgió una fuerte controversia entre los estudiantes: ¿deberían esas mujeres estudiar una profesión que normalmente requiere trabajo a tiempo completo fuera del hogar?

estudios o matrimonio

Cuando se le pidió al élder Hafen que discutiera esta cuestión con todos los estudiantes de derecho, les dijo que sabía, por sus reuniones con la Primera Presidencia y los Doce, que la Primera Presidencia deseaba que las mujeres “recibieran toda la educación que pudieran”, incluyendo la escuela de derecho cuando así lo decidan. 

Al mismo tiempo, los hijos y las familias son lo primero, tanto para los padres como para las madres, y los líderes de la Iglesia confían en que los miembros busquen la ayuda del Señor para aplicar estos principios, que a veces entran en conflicto.

Aprender a vivir con principios verdaderos que compiten entre sí es una habilidad esencial, no sólo para los estudiantes de derecho, sino para todos nosotros. Así que los Hafen nos instan a aprender a lidiar con principios en conflicto, a aceptar la tensión ocasional y a ir más allá de una sola forma de pensar.

Entonces, la tensión puede convertirse en algo productivo.

Para poder lidiar con nuestras dudas de fe, el élder Hafen nos recomienda: permanecer dispuestos, aprender a honrar los principios en conflicto, aceptar la tensión e ir más allá de uno u otro modo de pensar. 

Así, la tensión se vuelve productiva.

A menudo, experimentamos situaciones en nuestra vida diaria que nos hacen dudar de lo bueno y lo malo. Situaciones que ponen a prueba nuestros principios y requieren sacrificios. 

Por ejemplo, si encuentro una billetera en la calle llena de dinero, es normal que medite dos opciones: si quedármela o buscar al dueño. 

Ese conocimiento hace que mi elección de buscar al dueño sea completamente moral. 

Entonces, soy consciente de la decisión de actuar, arriesgarme y recoger la billetera, en lugar de tomar una decisión automática.

decisiones

Las Escrituras ilustran en repetidas oportunidades este proceso, que es parte central de la doctrina de andar por la senda de la fe (1 Nefi 3:7). 

Piensa en el momento en que Abraham se puso de pie y alzó un cuchillo sobre su amado hijo Isaac, sabiendo que el sacrificio solicitado contradecía todo lo que le importaba: las promesas acerca de su único hijo, su posteridad, su tierra prometida—todo, es decir, excepto su amor incondicional por el Señor.

Ester sabía que su pueblo estaba ayunando y orando por ella. Pero, también sabía que estaba arriesgando su vida al acercarse al rey. Con total fe, Ester dijo: 

“Así entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca”. (Ester 4:13-16) 

La Reina Ester

“Queen Esther” por Edwin Long (1879)

Los tres jóvenes israelitas se acercaron al horno de fuego ardiente en Babilonia con la misma mentalidad: 

“Nuestro Dios… puede librarnos… él nos librará… oh rey. Y si no… no serviremos a tus dioses”. (Daniel 3: 17-18)

Moroni enfrentó la aparente contradicción de que se le encomendara la tarea de escribir un testimonio final en las planchas sagradas. 

Sin embargo, “a causa de la debilidad de sus manos” se sintió incapaz de escribir con poder y dijo, “temo que los gentiles se burlen de nuestras palabras”. 

Entonces, el Señor le enseñó que si se humillaba, Él convertiría la debilidad en fortaleza (Éter 12: 24 – 30). 

El Señor tiene cierta manera de ayudarnos a resolver nuestras ambigüedades de tal forma que nos moldea y fortalece.

Si podemos resolver nuestras ambigüedades con una actitud de fe, nuestras decisiones fieles finalmente nos conducirán a nuestra santificación. 

Aquellos cuya fe no es ciega “ven con los ojos, escuchan con los oídos y… entienden con el corazón”. 

Un día, ese completo uso de nuestros sentidos de fe nos llevarán a los pies de Aquel que dijo, “y yo los sanaré” (Mateo 13:15).

Para leer y escuchar este capítulo haz clic aquí.

Para navegar por el sitio web faithisnotblind.org, que comparte podcasts en inglés sobre estos temas, haz clic aquí.

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