Carlos Martins, un Santo de los Últimos Días de Brasil, abrió un centro de idiomas que se extendió con rapidez por todo su país.
En un nuevo episodio del podcast “All In” de esta semana, Carlos compartió cómo recibió la inspiración que lo impulsó a compartir el evangelio con tarjetas de referencias de la Iglesia de Jesucristo en los libros de enseñanza de su centro de idiomas.
Gracias a la decisión de Carlos Martins, muchas personas pudieron llegar a conocer las enseñanzas de la Iglesia de Jesucristo, una manera increíble de ayudar en la obra misional de Brasil.
Martins compartió que su misión lo ayudó a tener un amor por la obra misional y por las metas que se planteaban, por lo que cuando tomó la decisión de emprender su propio negocio, se enfocó en establecer metas y en lo que podía hacer para ayudar a las personas en el lado espiritual además de lo intelectual.
Al principio, Carlos decidió plantearse la meta de entregar 365 tarjetas de referencias de la Iglesia de Jesucristo en todo el año, es decir, una por día, sin embargo, para el mes de enero ya había entregado 100 tarjetas, la tercera parte de su objetivo inicial.
Pensando que el número era muy bajo, decidió entregar 1000 tarjetas en un año. Para su sorpresa, a fines de febrero entregó más de 300 tarjetas de referencia de la Iglesia.
Fue entonces que Carlos oró para buscar inspiración del Señor y encontrar una manera de poder compartir estas tarjetas con la mayor cantidad de personas posibles.
Un día, mientras oraba para saber qué hacer, tuvo la siguiente impresión:
“Tienes la página web del centro de idiomas y aproximadamente 200,000 personas visitan esta página. ¿Por qué no compartes tarjetas de referencias digitales para que las personas puedan verlas, hacer clic en ellas, colocar su nombre y dirección para que puedan recibir El Libro [de Mormón] en su casa?”
Carlos compartió que en ese momento de oración, meditación e inspiración, dijo: “Señor, ¿hay algo más que pueda hacer para difundir el mensaje del evangelio?” Y la inspiración vino de inmediato:
“Bien, Carlos, además de colocar las tarjetas digitales en tu sitio web, distribuyes cada año aproximadamente 1 millón de libros en todos tus centros de idiomas. ¿Por qué no colocas una tarjeta de referencia dentro de cada libro, de modo que cuando las personas reciban el libro, ellas también puedan recibir una”.
Sintiéndose lleno del espíritu por aquella idea, la puso en acción.
Para el año siguiente, llevó esa misma idea a otro nivel. Él tomó la decisión de dejar de imprimir las tarjetas de referencia e insertarlas en los libros; ahora iba a imprimirlas en la última hoja de los libros de idioma.
“Gracias a la inspiración del Señor, establecimos un sistema con la presidencia de área en Brasil donde tuvimos nuestro propio centro de llamadas para recibir todas las llamadas telefónicas que venían de esas referencias para luego medir esos resultados.
Aproximadamente 4,000 personas nos llamaban todos los meses solicitando un Libro de Mormón, un DVD sobre Cristo o un folleto sobre la familia”.
Carlos se dio cuenta del gran impacto que había tenido esa pequeña acción en muchas personas.
Muchos decidieron invitar a los misioneros a sus casas para recibir las lecciones mientras que otros tomaron la decisión de entrar en las aguas del bautismo y todo gracias a una tarjeta de referencia impresa en un libro.
Martins compartió su experiencia favorita:
“Conocí a un estudiante que me dijo: “Carlos, muchas gracias por esa tarjeta de referencia. Hice la llamada, vinieron los élderes, comencé a asistir a la Iglesia y me bauticé. Ahora estoy a punto de salir a la misión””.
Es posible que Carlos Martins nunca sepa la cantidad total de personas que fueron influenciadas y se convirtieron en miembros de esta Iglesia con esa singular iniciativa, sin embargo, siempre sabrá que obedecer aquella impresión de Dios fue la mejor decisión que tomó.
Fuente: LdsLiving