Cuando servía en el Barrio de Jóvenes Adultos Solteros en Arizona, una joven compartió su testimonio expresando gratitud por todas las bendiciones que había recibido en su vida.
Ella compartió que le iba tan bien en su vida que comenzó a orar por desafíos en su vida para así demostrar su fidelidad al Señor.
Mi primer pensamiento fue: “No debes orar por desafíos, estos llegarán”.
El segundo fue: “Si te está yendo tan bien en la vida, ¿por qué no pones a prueba tu fidelidad al Señor sirviendo a los demás?”
Realmente aprecio la fidelidad y el servicio que cada persona brinda. Para muchos de nosotros, la fidelidad es probada mediante las adversidades, incluyendo enfermedades, difíciles situaciones en casa, e inclusive la pérdida de seres queridos.
Durante la pandemia sufrimos grandes desafíos. Muchos de ellos parecían imposibles de superar como la pérdida de seres amados. Imagen: Canva
Gracias por mantenerte en la senda del convenio, y sobre todo por ayudar a recoger Israel en ambos lados del velo.
Puede que te sientas solo, desanimado, o que nada de lo que haces funciona. Por favor, recuerda:
“El Señor nunca se ha olvidado de ti. Él te conoce por tu nombre, y conoce tus circunstancias.
Él puede utilizar los desafíos para ayudarnos a madurar, progresar y así convertirnos en personas más sabias. Estas experiencias nos fortalecerán mental, emocional, física y espiritualmente”.
A comienzos del 2020, ninguno de nosotros hubiera podido predecir el gran efecto que tendría el Covid-19 en todo el mundo. Esta pandemia nos afectó profundamente.
Nunca olvidaremos cuanto nos afectó el Covid-19. Cambió nuestras vidas totalmente. Fuente: Deseret News
En la Conferencia General de octubre de 2020, el élder Dieter F. Uchdorf, del Cúorum de los Doce Apóstoles, nos enseñó:
“Dios se vale de la adversidad para llevar a cabo Sus propósitos. Todavía hay muchas incógnitas sobre este virus, pero si hay algo que sé, es que este virus no tomó por sorpresa a nuestro Padre Celestial.
No tuvo que reunir batallones adicionales de ángeles, convocar reuniones de emergencia ni desviar recursos del departamento de creación de mundos para manejar una necesidad inesperada”.
Con esperanza y convicción, el apóstol afirmó:
“Sobrellevaremos esto, sí, pero haremos algo más que limitarnos a apretar los dientes, aguantar y esperar a que las cosas vuelvan a la antigua normalidad; avanzaremos y, como resultado, seremos mejores”.
Durante su discurso, el élder Uchtdorf compartió un mensaje lleno de esperanza. Foto: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
El élder Uchtdorf nos recordó dos cosas:
“Primero, a los justos no se les da un pase libre que les permite evitar los valles de sombra. Todos debemos atravesar momentos difíciles, porque es en esos momentos de adversidad cuando aprendemos principios que fortalecen nuestro carácter y nos hacen acercarnos más a Dios.
Segundo, nuestro Padre Celestial sabe que sufrimos y, debido a que somos Sus hijos, no nos abandonará”.
Ahora, miren dónde estamos. Estamos aquí.
Los desafíos de una pandemia mundial no han parado la obra del Señor, sino que se convirtió en una oportunidad para encontrar nuevas y creativas maneras de compartir el evangelio en todo el mundo.
Contactar y enseñar a través de la tecnología fue y continúa siendo una de las maneras más efectivas de predicar, y gracias a ello hemos llegado a lugares donde los misioneros nunca han estado.
Gracias a la pandemia, la tecnología ha posibilitado el predicar el evangelio por muchos lugares donde los misioneros no habían podido llegar. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
El élder Uchtdorf concluyó:
“Dios ha revelado y continuará revelando Su mano todopoderosa. Llegará el día en que miraremos atrás y sabremos que, durante este tiempo de adversidad, Dios nos estaba ayudando a encontrar mejores maneras, Sus maneras, de edificar Su reino sobre cimientos firmes.
Doy mi testimonio de que esta es la obra de Dios y que Él continuará haciendo muchas cosas inimaginables entre Sus hijos, Su pueblo. Dios nos lleva en las palmas de Sus manos compasivas y bondadosas.
Es mi deseo que el Señor continúe bendiciéndote a través de cualquier adversidad que estés afrontando.
Ruego que podamos encontrar y crear más oportunidades para servir mientras continuamos diligentemente en la restauración del evangelio de nuestro Señor Jesucristo.
Fuente: Meridian Magazine
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