Santo de los Últimos Días encuentra esperanza luego de un grave accidente
Después de un grave accidente automovilístico, Zebulon Beck logró cumplir una de sus más grandes metas para este año: brindar apoyo espiritual a su querido equipo de fútbol americano “Weber State Wildcats” en el Rice-Eccles Stadium de Utah.
Luego de 8 meses, Zebulon contó su proceso de recuperación y cómo es que Dios fue una inmensa ayuda en su camino.
Una nueva vida
Tras 25 años de experiencia, él se retiro de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, pero recuerda con amor sus incontables momentos como capellán del equipo de fútbol americano en U. S. Air Force Academy, participar de la guerra en Irak y recorrer el mundo.
Luego de regresar a casa en Saratoga Springs, Utah y después de dos años de la pandemia de COVID-19, Zebulon pasó por un accidente que lo marcaría de por vida.
Él se encontraba conduciendo hacia el hospital porque presentaba síntomas de COVID cuando se desmayó y chocó su vehículo contra una barrera de concreto.
Esto le ocasionó un derrame cerebral y una fractura de cadera. La parte izquierda de su cuerpo quedó paralizada.
A pesar de que tenía un respirador artificial, hubo un momento donde no podía respirar por lo que el médico le recomendó a su esposa que debía dejarlo ir.
Zebulon compartió que sintió la impresión del Espíritu Santo que le decía que la decisión de vivir o morir era completamente suya.
“Si quieres luchar, hazlo; eso significa que debes empezar a respirar por ti mismo. Si quieres descansa, está bien, puedes dormir”.
Beck pensó en su familia y milagrosamente empezó a respirar por sí mismo. Después de lo sucedido, la vida de Zebulon dio un cambio por completo.
Inició su proceso rehabilitación y su terapeuta lo animó a fijarse una meta a largo plazo para así aprender a caminar de nuevo.
“Está bien, guiaré al equipo Weber State en [un partido] en el Rice-Eccles Stadium”.
Logrando sus metas
Al principio de su recuperación, algunos médicos y terapeutas le dijeron que probablemente no volvería a caminar, sin embargo, Beck recuerda lo siguiente:
“Me levanté de la silla de ruedas, caminé un poco y les dije: ‘Ven, puedo hacerlo’”.
Este tipo de experiencias le ha servido para darle motivación a sus estudiantes y así poder ganar el torneo de fútbol americano.
“Si yo puedo caminar, entonces ustedes pueden ganar”.
Esto dio como resultado a que su equipo ganara en el partido contra el equipo de University of Utah.
Dios me hizo más fuerte
“Día a día te haces más fuerte. Pienso que Dios nos hizo así para que seamos humildes y entendiéramos nuestras debilidades así como nuestras fortalezas.
Ser perseverantes y resilientes es muy importante… Si trabajas arduamente, entonces llegarán las bendiciones”.
Esta experiencia ha sido una lección de vida para Zebulon, ya que ahora aprecia y agradece las pequeñas cosas que suceden a su alrededor. Beck reconoce que lo material en esta vida no es lo más importante, sino la fe en el Señor Jesucristo.
En definitiva, hubo algunos momentos donde se preguntaba si Dios estaba para él o lo iba a ayudar, pero por medio de las visitas y su rehabilitación Zebulon pudo sentir mucha esperanza por parte del Padre Celestial.
Fuente: Church News