Hija de Dios autosuficiente: Nunca dejes que tu edad te impida seguir estudiando

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En un nuevo artículo de inspiración de la Iglesia de Jesucristo, la doctora Eva Witesman hizo énfasis en el valor que tiene la educación para las mujeres e hijas de Dios.

Como Santos de los Últimos Días, sabemos que la educación no es una simple sugerencia o un ideal, es un mandamiento dado por Dios.

Dirigiéndose específicamente a las mujeres, el presidente Gordon B. Hinckley expresó: 

“Es preciso que obtengan toda la educación académica posible”.

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En Doctrina y Convenios 29:34 el Señor dejó en claro que todas las cosas son espirituales para Él, y que en ningún momento nos ha dado una ley que sea temporal. De esto entendemos que el mandamiento de instruirnos académicamente es parte de ello. 

La doctora Witesman compartió que “nuestra búsqueda de conocimiento tiene su propio valor espiritual” y que nuestro aprendizaje es valioso independientemente de lo que deseemos hacer con nuestra vida, ya sea trabajar o dedicarnos a nuestra familia, líderes de la Iglesia o activistas de la comunidad. 

“Somos valiosas por nuestra herencia divina y por lo que un día será nuestra herencia divina. Nuestro valor no es meramente instrumental, es intrínseco. Y nuestro aprendizaje no es meramente instrumental, es esencial”.

La doctora Witesman también compartió una cita del presidente Henry B. Eyring, Segundo Consejero de la Primera Presidencia:

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“Parte de la tragedia que deben evitar es descubrir tardíamente que perdieron la oportunidad de prepararse para un futuro que sólo Dios puede ver”.

Como Santos de los Últimos Días, sabemos que la búsqueda de la formación educativa no se trata simplemente de obtener y pulir habilidades, la educación es una herramienta que nos ayuda a obtener un importante crecimiento espiritual y dones que se pueden emplear en todas las facetas de nuestras vidas. 

Nuestro crecimiento intelectual puede ayudarnos a alcanzar nuestro potencial y representa nuestra voluntad para cumplir los mandamientos de Dios. 

Invertir en nuestro propio desarrollo vale la pena porque somos hijas de Dios, y Él quiere que alcancemos nuestro potencial divino en todas las formas posibles.

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El artículo termina con una reflexión:

“Hermanas, nunca cuestionen el valor de su educación… ni se pregunten si tendrán la oportunidad de aprender y utilizar el conocimiento que han adquirido.

Dios las conoce… Él las está preparando y calificando para la obra que quiere que realicen. Él las guiará continuamente hacia formas en que su conocimiento y habilidades puedan ser de beneficio para ustedes, su familia, su comunidad y Su reino”.

Fuente: ChurchofJesusChrist

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