¿Sabías que al menos ocho mujeres líderes de la Iglesia han discursado en eventos de la ONU o han ocupado puestos de liderazgo en dicha organización?
Cuando consideramos las cinco áreas de enfoque de la ONU, comprendemos el deseo de la Iglesia de participar en sus eventos:
1. Mantener la paz y la seguridad internacionales
2. Proteger los derechos humanos
3. Entregar ayuda humanitaria
4. Apoyar el desarrollo sostenible y la acción climática
5. Defender el derecho internacional
Las mujeres líderes de la Iglesia han transmitido mensajes fundamentados en su testimonio y la doctrina a la ONU. Con frecuencia, han testificado sobre la familia y el valor de las mujeres.
Su liderazgo y amor por los hijos de Dios les han permitido hacer contribuciones poderosas a este escenario mundial.
A continuación, te hablaremos en orden cronológico acerca de la participación de nuestras líderes en la ONU.
1. Hermana Carol F. McConkie
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La hermana McConkie sirvió como Primera Consejera de la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes de 2013 a 2018.
En 2019, ella y su esposo fueron llamados a servir como misioneros de asuntos gubernamentales para la Iglesia en las Naciones Unidas en Ginebra, Suiza.
Como parte de ese trabajo, la hermana McConkie se unió al Comité de ONG sobre la condición jurídica y social de la mujer.
El comité promueve la igualdad de género, el empoderamiento y la defensa de los derechos de mujeres y niñas en todo el mundo.
Después de un tiempo sirviendo como miembro del comité, la hermana McConkie fue elegida recientemente como vicepresidenta.
La hermana McConkie dice que se siente honrada por esta nueva oportunidad.
“Realmente es una oportunidad maravillosa para conocer a otras mujeres con diferentes perspectivas y creencias, con orígenes asombrosamente diferentes, y encontrar puntos en común y unirnos para trabajar juntas”, dijo.
Uno de los proyectos en los que la hermana McConkie está trabajando actualmente es preservar la terminología de género.
“El lenguaje que usamos es importante, especialmente cuando solicitamos aquellas cosas que necesitamos. [Las mujeres y las niñas son] el grupo más vulnerable, por lo que queremos poder tener el lenguaje para ayudarlas y defenderlas”.
2. Hermana Sharon Eubank
La hermana Eubank es la actual Primera Consejera de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro. Asimismo, es la directora de Latter-day Saints Charities, que es una organización no gubernamental acreditada ante la ONU.
La hermana Eubank compartió un discurso durante a la Segunda Cumbre Mundial sobre Religión, Paz y Seguridad en 2019. Hizo referencia a la historia de los pioneros de la Iglesia como refugiados y habló sobre la importancia de ayudar a aquellos en situaciones similares.
Del mismo modo, destacó el poder de las religiones y los gobiernos que trabajan juntos.
“El bien que puede hacer la religión, especialmente cuando se trata de… objetivos de desarrollo sostenible, se amplifica si los grupos religiosos trabajan en asociación entre sí y con gobiernos y actores no gubernamentales”, dijo.
3. Hermana Tracy Browning
En agosto de 2019, se llevó a cabo la Conferencia de la Sociedad Civil de las Naciones Unidas N° 68 en el Centro de Convenciones Salt Palace en Salt Lake City.
La hermana Tracy Browning, miembro del Consejo Asesor de la Sociedad de Socorro, discursó en la conferencia sobre las familias.
La hermana Browning señaló que Utah es un gran lugar para discutir la construcción de sociedades sostenibles porque el estado está culturalmente muy enfocado en las familias.
“Creo que la ONU, en su misión, siempre busca tomarse de la mano de aliados y organizaciones afines para lograr cosas buenas”, dijo.
Luego, habló sobre la importancia de que las personas ayuden al prójimo, un factor que agrega valor a las comunidades en general.
“Sentimos que es nuestro privilegio y deber amar a nuestro prójimo y ayudar a nuestro prójimo en todo lo que podamos, de pequeñas y grandes maneras”, dijo.
4. Presidenta Joy D. Jones
En 2019, la hermana Joy D. Jones, que en ese entonces era la Presidenta General de la Primaria, participó en el evento de Acción Humanitaria para la Infancia de UNICEF.
Habló durante un panel para abogar en nombre de todos los niños del mundo en la provisión de recursos básicos para sustentar la vida y oportunidades educativas.
“Como organización religiosa, creemos que todas las personas son hijos de Dios y ofrecemos asistencia sin distinción de raza, afiliación religiosa o nacionalidad.
Damos la bienvenida a la colaboración con socios de todo el mundo para mantener el progreso y el desarrollo de todos los niños, especialmente los refugiados”, explicó en el panel.
5. Presidenta Jean B. Bingham
Apenas una semana después de su llamado a ser Presidenta General de la Sociedad de Socorro, la hermana Jean B. Bingham habló en la ONU en la ciudad de Nueva York.
Formó parte del panel de discusión “Focus on Faith” (Enfoque en la fe) y habló sobre el papel de las organizaciones religiosas en el asentamiento y la integración de refugiados.
“Si bien nuestras creencias y convicciones pueden variar, nos unimos a otras religiones en nuestro compromiso a una causa superior que trasciende nuestros intereses personales y nos motiva a dar de nuestra esencia, nuestro tiempo y nuestras energías en nombre de nuestros semejantes”, dijo.
6. Hermana Neill F. Marriott
La hermana Neill F. Marriott sirvió como Segunda Consejera de la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes de 2013 a 2018.
En 2016, habló en la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas N°60 en Nueva York.
Formó parte de un panel llamado “Fomentación del liderazgo mundial en mujeres jóvenes a partir de la función de la madre”.
Deseret News informó que la hermana Marriott dijo que la religión en su totalidad y los programas de las Mujeres Jóvenes en particular ayudan a las adolescentes a ganar autoestima y confianza además de convertirse en líderes.
7. Presidenta Julie B. Beck
Cuando la hermana Julie B. Beck servía como presidenta general de la Sociedad de Socorro de 2007 a 2012, se reunió con la directora de ONU Mujeres, un departamento que consolida todos los esfuerzos de la ONU con respecto a las mujeres y los niños.
Durante la reunión, se le pidió al presidente Beck que explicara su papel de liderazgo:
“Trabajo para una pequeña organización de 6 millones de mujeres y estamos en 175 países.
Tenemos al menos 33,000 grupos fundamentales, cada uno de ellos es dirigido por una presidenta y algunas personas que la ayudan”, dijo la presidenta Beck, según Church News.
La líder de la ONU quedó asombrada con esas estadísticas.
Además, la presidenta Beck explicó que la Sociedad de Socorro busca a los necesitados y brinda ayuda.
Cuando la líder de la ONU preguntó cómo se lograba eso, la presidenta Beck aludió a las sencillas pautas que se dan en el Manual de la Iglesia.
“Esas pautas se envían. Todos las tienen, saben cómo organizarse y, sobre todo, yo viajo y les digo que están haciendo un gran trabajo”.
8. Hermana Sheri Dew
Después de servir en la Presidencia General de la Sociedad de Socorro, la hermana Sheri Dew trabajó como delegada de la Casa Blanca para la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas.
En 2003, dio un discurso en la Universidad Brigham Young titulado “Naciste para liderar, naciste para la gloria” en el que compartió algunas de sus experiencias. Por ejemplo, dijo:
“Esta primavera pasé dos semanas en las Naciones Unidas como delegada de la Casa Blanca en una comisión internacional.
Mientras escuchaba a mujeres de todo el mundo debatir problemas sociales complejos, no las escuché plantear ni un tema que no pudiera resolverse viviendo el Evangelio. Ni uno”.
Más adelante, en su discurso para BYU, la hermana Dew compartió una experiencia poderosa que tuvo al hablar sobre la familia en las Naciones Unidas:
“Este verano, me invitaron a hablar sobre la familia en una reunión de diplomáticos de las Naciones Unidas.
Me preocupaba qué decirle a un grupo tan diverso. Al final, simplemente compartí mi experiencia personal.
Les expliqué que mis padres me habían enseñado cuando era niña que la virtud personal era esencial para un matrimonio y una familia felices, y que en mi juventud le había hecho promesas a Dios de que viviría una vida casta.
Entonces, me di cuenta de que estaba a punto de cumplir 50 años y que, aunque aún no me había casado, había cumplido mi promesa.
‘No siempre ha sido fácil mantenerse moralmente limpio’, admití, ‘pero ha sido mucho más fácil que otras alternativas.
Nunca he pasado ni un segundo preocupándome por un embarazo no deseado o una enfermedad. Nunca he tenido un momento de angustia porque un hombre me usó y, luego, me descartó.
Cuando me case, lo haré sin remordimientos. Así que ya ven’, concluí, ‘creo que una vida moral es en realidad una vida más fácil y más feliz’.
Me preocupaba cómo esta sofisticada audiencia respondería a un mensaje sobre la virtud y la abstinencia. Sin embargo, para mi sorpresa, se pusieron de pie y comenzaron a aplaudir, no por mí, sino porque el Espíritu había dado testimonio de la verdad de ese mensaje”.
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Fuente: LDS Living