Un 10 de junio, el día del cumpleaños de su madre, la hermana Sela Kata recibió una terrible noticia. Su familia había sufrido un trágico accidente automovilístico el día anterior.
De los cuatro familiares que se encontraban en el auto, su padre y su hermano tuvieron lesiones de gravedad. Sus otros dos hermanos, afortunadamente, resultaron ilesos.
En ese momento, la joven misionera de 23 años que sirve en la Misión Washington D. C. Norte, comenzó a experimentar uno de los momentos más difíciles de su vida.
La hermana Kata, que es la mayor de 11 hermanos, tuvo que aferrarse a su fe y esperanza frente al dolor y la posibilidad de perder a sus familiares.
Los días de comunicación con su familia se volvieron llenos de incertidumbre, hasta que, lamentablemente, su padre, Taniela Ahofi Kata, falleció el 18 de junio, exactamente en el Día del Padre.
Las noticias fueron aún más desgarradoras cuando tres días después, su hermano menor, Heneli, falleció debido a las heridas del accidente.
La joven misionera, nativa de Oakland, California, se aferró al consuelo de su familia y a la fortaleza que le dio el servicio misional. Ella estaba a más de 3862 kilómetros de su hogar.
Regresar a casa
El Manual General de la Iglesia ofrece ciertos procedimientos y opciones en estas situaciones tan delicadas. En caso de la muerte de un familiar directo, el manual aconseja lo siguiente:
“Si fallece un familiar directo de un misionero, el misionero podrá optar por regresar a casa provisionalmente para asistir al funeral. No obstante, y por lo general, se aconseja al misionero que permanezca en el campo. Si es posible, el misionero podría ver el servicio fúnebre por medio de una transmisión por internet”.
El funeral de su padre y su hermano se realizaría el 1 de julio, seis semanas antes de que la joven misionera terminara su servicio de tiempo completo el 12 de agosto.
Sin embargo, la hermana Kata tomó una decisión.
Una decisión inspirada
Cuando se le presentó la oportunidad, la hermana Kata recordó las palabras del mismo hombre por el cual ella podía haber regresado.
El 2 de marzo de 2022, el último día que la joven misionera estuvo junto a su padre, le dijo:
“Si algo nos sucede a tu madre o a mí mientras estás en tu misión, quédate y termina lo que el Señor te envió a hacer en la Misión Washington D. C. Norte”.
Esta frase ayudó a la hermana Kata a recibir consuelo durante las semanas posteriores.
Cuando su presidente de misión, el presidente Clarke, le ofreció aquella oportunidad, la hermana Kata lo miró con los ojos en lágrimas y le respondió:
“Presidente, el Salvador ha bendecido tanto a mi familia que no hay manera de que pueda irme a casa antes de tiempo, ni siquiera unas pocas semanas. Necesito quedarme. Quiero quedarme. Conozco el plan”.
El presidente Clarke en hermosas palabras contó:
“Nunca había visto tanta fe y amor por el Salvador. Su fe me ha elevado [e inspirado] durante este tiempo y ha incrementado mi fe en el plan [de salvación] y el amor por nuestro Salvador”.
Una última conversación
Ocho semanas antes de su fallecimiento, Heleni, el hermano de la misionera, había terminado su servicio misional en la Misión Utah, Salt Lake City West. El 5 de junio, durante una llamada familiar, su hermano le dijo:
“Estás casi en el final, hermana Kata. Continúa esforzándote. Ya estás casi ahí. Te amo hermana”.
Luego, su hermano le pasó el teléfono a su papá y él le dijo:
“Trabaja arduamente, estás bendiciendo a la familia. Cuando regreses, visitaremos Tonga”.
Esas fueron las últimas palabras que la hermana Kata escuchó de su padre y su hermano.
La hermana Kata asistió al funeral por videoconferencia y sintió el espíritu durante todo el servicio.
Estando a puertas de terminar su misión, la joven misionera de raíces tonganeses siente el amor incondicional de su Padre Celestial y también lo orgulloso que su padre terrenal está por su servicio.
En sus palabras testifica:
“Solo tengo algunas semanas restantes para compartir mi testimonio del plan de salvación con los demás, ayudándolos a saber que verán a sus seres amados una vez más.
Sé que eso es probablemente lo que mi padre y mi hermano están haciendo al otro lado [del velo], están compartiendo el evangelio y yo estoy aquí ayudándolos en este lado mortal”.
*Imagen de portada por Hermana Sela Kata
Fuente: The Church News