Reconocer la “columna de luz” en medio de tus desafíos, te ayudará a superarlos
Hace muchos años, recuerdo que el Presidente Spencer W. Kimball afirmó que cada vez que participaba en las sesiones de investidura del templo aprendía algo nuevo. Yo me preguntaba cómo eso era posible, había asistido a muchas de esas sesiones y ¿aún podía aprender algo nuevo?
Entonces, entendí que el Espíritu Santo nos enseña cosas nuevas en momentos diferentes, dependiendo de nuestra preparación y disposición para escuchar.
En este año del bicentenario de la Primera Visión, mis pensamientos se centraron en esa maravillosa experiencia en la que los cielos se abrieron nuevamente.
En los últimos meses, estudié ese evento más que nunca. Aunque ya conocía la historia, aprendí cosas nuevas que te aseguro te ayudarán cuando tengas dificultades para manejar tu vida personal y salud mental.
Aprendí 4 cosas y las compartiré contigo, ¡comencemos!
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Primero debes actuar
La decisión de José Smith de actuar fue el resultado de la confusión sobre qué iglesia era la verdadera. Él relata cómo todas las diferentes denominaciones afirmaban tener la verdad, a pesar de enseñar principios diferentes.
Al leer Santiago 1:5 y percibir que podía preguntar a Dios directamente, José relató:
Finalmente llegué a la conclusión de que tendría que permanecer en tinieblas y confusión, o de lo contrario, hacer lo que Santiago aconsejaba, esto es, recurrir a Dios. Al fin tomé la determinación de “pedir a Dios”, habiendo decidido que si Él daba sabiduría a quienes carecían de ella, y la impartía abundantemente y sin reprochar, yo podría intentarlo. (José Smith-Historia 1: 13)
José Smith encontró la solución en la acción. No esperó que los predicadores resolvieran sus dudas, él actuó por sí mismo. El profeta decidió recurrir al Señor en oración.
Este es un punto importante al momento de enfrentar los desafíos personales. Algunas veces, esperamos que “algo suceda” para comenzar a actuar. Colocar a alguien en la dirección de nuestro progreso personal siempre es una mala idea.
Independientemente de las causas de nuestros desafíos, debemos hacer lo que podamos para cambiar y avanzar.
No esperes que otra persona dé el primer paso por ti, el primer paso es tuyo.
Debes hacer un esfuerzo extra
Cuando José Smith se arrodilló en la Arboleda Sagrada, hizo su primera oración en voz alta e, inmediatamente, sintió el poder de la oposición.
No fue una simple tentación o distracción, fue todo el poder de Satanás. José no podía hablar, a pesar de sus esfuerzos. Relató:
Una densa obscuridad se formó alrededor de mí, y por un momento me pareció que estaba destinado a una destrucción repentina. Mas esforzándome con todo mi aliento por pedirle a Dios que me librara del poder de este enemigo que se había apoderado de mí… (José Smith-Historia 1: 15 – 16)
Al leer ese pasaje, esta frase tuvo gran impacto en mí “esforzándome con todo mi aliento”. José Smith no hizo un poco de esfuerzo, dio todo lo que tenía.
Siempre nos encontramos en situaciones similares. Nubes de ansiedad o depresión oscurecen nuestra visión. La densa oscuridad de Satanás esconde el camino del convenio.
¿Qué podemos hacer? Podemos actuar como José Smith y usar todas nuestras fuerzas para luchar contra nuestros desafíos personales.
Entiendo que habrá días en los que nuestros mayores esfuerzos no obtengan ningún resultado. Pero, sigue intentando con todas tus fuerzas, cuanto más esfuerzo hagas, tendrás mejores resultados.
Perseverar
No sabemos cuánto tiempo José Smith estuvo preso en la oscuridad y la desesperación. Pero, tengo la certeza de que a él le pareció una eternidad. Relató:
En el momento en que estaba para hundirme en la desesperación y entregarme a la destrucción —no a una ruina imaginaria, sino al poder de un ser efectivo del mundo invisible que ejercía una fuerza tan asombrosa como yo nunca había sentido en ningún otro ser (José Smith – Historia 1: 16).
¿Por qué el Señor permite que lleguemos al límite de nuestras capacidades? ¿Por qué esperó para enviar un ángel justo antes de que Abraham apuñalara a Isaac? ¿Por qué retrasar la división del Mar Rojo hasta que el ejército egipcio atacara a los hijos de Israel?
Desarrollamos nuestra fortaleza y capacidades cuando somos tentados o probados. Sí el Señor nos rescatara apenas comenzaran nuestros desafíos, no aprenderíamos nada.
Sé que muchos de ustedes actualmente sienten que están al límite y no pueden continuar. Por favor, no te rindas.
Sigue luchando y ejerciendo fe en que mejores días vendrán.
Si las puertas mismas del infierno se abren de par en par para tragarte, entiende, hijo mío, que todas estas cosas te servirán de experiencia, y serán para tu bien. (DyC 122:7).
Somos hijos de un Padre Celestial todopoderoso y, por lo tanto, tenemos la fuerza para sobrevivir las amargas pruebas. ¡Tú puedes más que tus desafíos!
Recuerda que el Señor está siempre para ti
Los tres principios que mencioné, requieren un gran esfuerzo de nuestra parte. Necesitamos actuar y trabajar duro, aunque nuestras fuerzas estén por agotarse.
¿Cuál es la recompensa por nuestros esfuerzos diligentes? La recompensa llega a nosotros como al joven profeta.
Precisamente en este momento de tan grande alarma vi una columna de luz, más brillante que el sol, directamente arriba de mi cabeza; y esta luz gradualmente descendió hasta descansar sobre mí. No bien se apareció, me sentí libre del enemigo que me había sujetado. (José Smith – Historia 1: 16 – 17)
Nota el tiempo de la aparición del Señor y la desaparición de Satanás. El poder del Señor disipó inmediatamente la oscuridad del enemigo.
La influencia del adversario es insignificante cuando se trata de la majestuosidad y la gloria de Dios.
BONUS: ¿Qué pasa cuando sentimos que el Señor no nos ayuda en los momentos difíciles?
Debemos tener en cuenta dos verdades:
1. El Señor tiene poder para sanarnos inmediatamente de nuestras aflicciones.
2. Él aplica Su poder en el tiempo correcto para maximizar nuestro crecimiento espiritual.
Asimismo, debemos recordar la experiencia de José Smith. Si bien fue liberado de las fuerzas de Satanás, aún tuvo muchas dificultades en su vida.
Fue perseguido, encarcelado y asesinado a sangre fría. ¿Dónde estaba la columna de luz?
El poder redentor y liberador de Dios no se trata solo de cuándo sucederá, sino de lo que puede suceder.
La falta de esperanza es una herramienta del adversario que nos lleva a la desesperación. Elijamos la esperanza que nos trae paz y seguridad.
De modo que los que creen en Dios pueden tener la firme esperanza de un mundo mejor, sí, aun un lugar a la diestra de Dios; y esta esperanza viene por la fe, proporciona un ancla a las almas de los hombres y los hace seguros y firmes, abundando siempre en buenas obras, siendo impulsados a glorificar a Dios. (Éter 12:4)
No sé cuándo llegará nuestra columna de luz, pero sé que vendrá. Pero, mientras tanto, regocijémonos en la esperanza de que a través de la Expiación de Jesucristo, un día todo será perfecto.
Nuestros desafíos no se resolverán solos. Al igual que José Smith, necesitamos seguir adelante, ser diligentes, perseverar con fe y esperanza en la liberación.
Él relata en su experiencia después de la Primera Visión:
Al retirarse la luz, me quedé sin fuerzas, pero poco después, habiéndome recobrado hasta cierto punto, volví a casa. Al apoyarme sobre la mesilla de la chimenea, mi madre me preguntó si algo me pasaba. Yo le contesté: “Pierda cuidado, todo está bien; me siento bastante bien”. (José Smith – Historia 1: 20)
Espero que Dios nos bendiga y que podamos encontrar la columna de luz en medio de nuestras dificultades.
Recuerda que Dios no nos abandona, nos pone pruebas para fortalecer nuestra fe.
Fuente: LDS Living