Deja el éxito en el vóley profesional para servir en una misión al Señor
El élder Gavin Chambers mide 2,06 metros y sirve en la Misión Auckland, Nueva Zelanda.
Su estatura es muy particular y resulta que, antes de servir como misionero, el élder Chambers se dedicaba al vóley en los Estados Unidos.
Aunque en un principio le costó ganar habilidad en este deporte, con el tiempo y superando obstáculos, descubrió que era su pasión.
El élder Chambers creció en una familia en la que su madre medía 1,82m y su padre 1,87m. Sin embargo, el misionero supero la altura de sus padres.
“Cuando tenía 13 años ya medía 1,82m. Pero, mi crecimiento real no comenzó hasta mi segundo año en la escuela secundaria. Crecí 7,62 cm ese año y otros 7,62 cm el año siguiente”, relató Chambers.
Durante su último año de secundaria, Gavin creció 2,54 cm y, como la mayoría de jóvenes altos, la gente suponía que él se convertiría en basquetbolista.
“Nunca me gustó tanto el baloncesto. Los otros chicos y los entrenadores siempre se burlaban de mí, me decían que no podía saltar”, señaló.
Entonces fue cuando mi madre me animó a intentar con el vóley en la liga recreativa local.
“Ella dijo que solo le diera una oportunidad y vería si me gustaba.
Entonces, fui y lo intenté. Nunca antes me había divertido tanto en ningún deporte, ¡y estaba enamorado!
Aunque no era muy bueno, fui a casa y le dije a mamá que el vóley era el deporte para mí”, expresó.
Los técnicos del equipo de vóley lo ayudaron a encontrar su posición ideal en el juego y debido a su prodigiosa altura, lo convirtieron en un bloqueador central.
Gavin defiende el centro de la cancha más cerca de la red.
Finalmente, la carga de “ser alto” comenzó a dar sus frutos.
Después de jugar vóley en su localidad, el misionero comenzó a probar en clubes de la secundaria, pero se fracturó el tobillo y no pudo jugar durante un año. Sin embargo, durante los siguientes tres años, Gavin surgió como “fénix” y se convirtió en un temido oponente.
Más adelante, Chambers recibió ofertas para formar parte de equipos universitarios de vóley y aceptó jugar para su escuela favorita, BYU.
Su carrera juvenil culminó en el verano de 2022, cuando su equipo Orange Coast Volleyball Club, con sede en el sur de California, ganó el campeonato nacional de vóley de clubes menores de 18 años.
El club de Chambers fue nombrado como el primer equipo estadounidense por la Asociación Estadounidense de Entrenadores de Vóley.
El niño que “no podía saltar” había demostrado que todos esos primeros detractores estaban equivocados.
“Después de que terminó el torneo, me tomé un par de semanas y disfruté de la emoción de todo: usé mi medalla de oro al ganar el campeonato nacional y disfruté el reconocimiento. No obstante, luego supe que era hora de seguir adelante con mi vida”, dijo Chambers.
Eso significó aceptar su llamado a servir como misionero de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Con toda su gloria y fama recién descubiertas, uno podría pensar que fue difícil alejarse de todo eso.
Sin embargo, Chambers ya había tomado la decisión cuando tenía 12 años. Él deseaba servir al Señor e invitar a otros a venir a Cristo.
Chambers dice que puede ver la mano del Señor en cada decisión que tomó para servir en una misión.
“Claro, fue difícil dejar de jugar vóley. A medida que mejoraba, más y más personas me decían que el cielo era el límite, que podía jugar en los mejores equipos del país.
Pero, había orado acerca de esta decisión y estaba seguro de que el plan que el Padre Celestial tenía para mí era servir en una misión inmediatamente después de la escuela secundaria.
Sabía que solo necesitaba dar ese paso para alejarme del vóley durante dos años y servir a los demás”.
Para los jóvenes con dudas con respecto a si servir en una misión, Chambers dijo que tomar esa decisión temprano en su vida lo cambió todo. Su decisión facilitó el manejo de todo lo que podría haber actuado como obstáculos para el servicio misional.
“Mi consejo es que tomes la decisión de servir en una misión mientras seas joven. Si esperas hasta haberte graduado de la universidad, se vuelve mucho más difícil. Hay tanta presión para hacer otras cosas, desde tantas direcciones diferentes.
Asimismo, debes asegurarte de orar por esa decisión, porque puedes tener ideas sobre lo que quieres hacer con tu vida. No obstante, tu plan y el que el Padre Celestial tiene para ti pueden ser diferentes.
Así que, solo ora al respecto, incluye al Señor en tu toma de decisiones y luego quédate con la respuesta que obtengas. No hay forma de que te equivoques si haces eso”, dijo Chambers.
Actualmente, Chambers está disfrutando de su servicio como misionero, que comenzó en julio de 2022.
Fuente: newsroom.churchofjesuschrist.org