Hace algunos años, alguien me preguntó: “Si el Libro de Mormón es un testigo importante del Salvador, ¿por qué no se profetiza el Libro de Mormón en la Biblia?”
Yo le respondí: “Si Jesucristo es nuestro Salvador, la base del cristianismo, entonces debo asumir que se profetiza Su llegada en el Antiguo Testamento.”
“Así es”, respondió el hombre.
Luego pregunté: “¿Puedes encontrar el nombre de Jesucristo específicamente mencionado en cualquier parte del Antiguo Testamento?”
Él respondió, en esencia, “Bueno, el Antiguo Testamento no menciona el nombre de Jesucristo, lo admito, pero profetiza de Él de tal manera que cualquier persona podría saber que se trata de Jesucristo”.
Él tenía razón: el Antiguo Testamento no menciona a Jesucristo por su nombre, pero profetiza de Él con tal detalle que podemos reconocer que esas profecías hablan de él.
Por ejemplo, se profetizó que Él nacería en Belén (Miqueas 5: 2) de una virgen (Isaías 7:14), que sufrirá por los pecados del mundo (Isaías 53: 3–5), y que sería crucificado (Salmo 22: 15–18).
Pero incluso con todas estas referencias específicas, muchas, si no es la mayoría, de las personas de ese tiempo no pudieron aceptar que Jesucristo era el cumplimiento literal de esas profecías.
Las profecías se encontraban en el Antiguo Testamento para ser discernidas por la guía e impresiones del espíritu y es así con el Libro de Mormón.
La Biblia profetiza su aparición y su propósito, no especifica su nombre, sino sus acontecimientos y descripciones que son lo suficientemente claras para que los que verdaderamente buscan la verdad puedan corroborar su cumplimiento.
¿Cuáles son, entonces, algunas de estas profecías?
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1. “Rama fructífera cuyos vástagos se extienden sobre el muro”
Jacob, también conocido como Israel, tuvo 12 hijos conocidos como la casa de Israel. Uno de esos hijos, José, que heredó su primogenitura (1 Crónicas 5: 1-2), tuvo dos hijos, Efraín y Manasés. Lehi era un descendiente de Manasés (Alma 10: 3), e Ismael (quien acompañó a Lehi a las Américas) era un descendiente de Efraín.
Por lo tanto, estas dos familias que componían la primera generación de la civilización nefita-lamanita eran descendientes directos de José (1 Nefi 6: 2; 3 Nefi 10:17).
¿Porque es esto importante?
Porque la Biblia profetiza que los descendientes de José, refiriéndose a Lehi, a Ismael y quizás a otros (3 Nefi 10:17), dejarían la tierra de Jerusalén, cruzarían el océano, llegarían a una tierra bendecida, tendrían gran posteridad y registrarían su historia en un libro que se entregaría al mundo. Este libro saldría a la luz en nuestros días y sería otro testigo de Jesucristo.
2. “La tierra de promisión”
Génesis 49: 22–26 habla de José como una “rama fructífera” y declara que ciertos “vástagos” o descendientes de José, refiriéndose al menos a Lehi e Ismael (1 Nefi 15:12; 2 Nefi 10:22), se extenderán sobre el “muro”.
Es probable que se refiera al océano (que era un muro para la gente), y que encontraran el camino a una tierra bendecida (Deuteronomio 33:13), que sería la tierra de su herencia (3 Nefi 15: 12–13; 3 Nefi 16:16).
A estos descendientes de José se les prometieron “bendiciones de los pechos y de la matriz.” (Génesis 49:25), lo que significa que tendrían una gran posteridad, como lo demuestran las pobladas civilizaciones nefitas y lamanitas.
El libro de Deuteronomio describe con más detalle esta tierra bendita, que los descendientes de José heredarían, como “lo mejor” en cinco ocasiones diferentes (Deuteronomio 33: 13–16). Esta tierra de su herencia, es también la “tierra de promisión” mencionada en (2 Nefi 1:10; Éter 2: 7–12).
Si los nefitas y los lamanitas no son los descendientes de José según lo profetizado, y su tierra de promisión no es América, entonces ¿en dónde están los descendientes de José que cruzaron el océano, su gran posteridad, todo como se profetizó en Génesis 49:22–26 y Deuteronomio 33: 13–16?
3. “Hablarán desde la tierra”
Pero hay más. Isaías habló de un pueblo que, como la gente de Jerusalén (Isaías 29: 2), tendría un enemigo que “[acamparía] contra ellos”, “[combatiría] contra” [ellos] y se “[levantaría] contra muros de asedio” (Isaías 29: 3).
¿Quiénes son esas otras personas?
Nefi dio la respuesta. Usó frases similares a las de Isaías para describir la destrucción de su propio pueblo:
“Después que el Señor Dios haya acampado en contra de ellos por todos lados, y los haya sitiado con baluarte y levantado fuertes contra ellos; y después que hayan sido abatidos hasta el polvo… las palabras de los justos serán escritas, y las oraciones de los fieles serán oídas, y todos los que hayan degenerado en la incredulidad no serán olvidados.” (2 Nefi 26:15).
Además, Isaías nos dijo que estas personas “hablarían desde la tierra”, lo que significa que sus registros saldrían de la tierra. Isaías luego se refirió a estos registros como un “libro”, que se entrega a alguien que no “sabe leer” (Isaías 29: 1–12). Que descripción tan apropiada para el Libro de Mormón.
Los nefitas fueron destruidos, según lo profetizado, y su gente habló desde la tierra a través de las planchas de oro que fueron enterradas (2 Nefi 26:16; Mormón 8:26). Estas planchas fueron entregadas a alguien que no tenía muchos conocimientos, a José Smith.
4. “Un campo fértil”
Isaías también profetizó acerca de un libro que se publicaría cuando “¿No será de aquí a muy poco tiempo que el Líbano se convertirá en un campo fértil, y el campo fértil será considerado un bosque?” (Isaías 29:17).
¿Qué es el Líbano? ¿Se ha convertido ya en un campo fértil, se le considera un bosque? ¿Y cuál es el libro que va a aparecer en ese tiempo?
El Líbano es una cordillera; como lo explicó un erudito de la Biblia, se “menciona nueve veces en la Biblia como parte de la Tierra Prometida [Israel] o el límite norte de la Tierra Prometida”.
Hace algunos años, viajé a Tierra Santa. Sabiendo de la devastación que había tenido lugar durante el gobierno otomano, me sorprendió ver la cantidad de árboles que cubrían las montañas. Le pregunté a nuestro guía desde cuándo se dio. Él me dijo que a partir de 1900, los israelíes plantaron más de 100 millones de árboles en Israel.
Investigué la información y, para mi sorpresa, supe que se habían plantado más de 250 millones de árboles desde 1901. De esa manera, Israel (Líbano) se ha convertido, y se está convirtiendo en el bosque, tal como lo profetizó Isaías.
Como dijo Isaías, “Y en aquel día los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán en medio de la oscuridad y de las tinieblas.” (Isaías 29:18).
Si algún libro cumple con los requisitos de esa profecía, es el Libro de Mormón. Ha restaurado muchas de las verdades claras y preciosas que se perdieron de la Biblia y, por lo tanto, ayudó a los sordos y ciegos espirituales a escuchar y a ver una vez más.
5. “El palo de Judá y el palo de José”
No debería sorprendernos que Ezequiel profetizara que el palo de Judá (que significa el registro de los judíos, conocido como la Biblia) y el palo de José (que significa el registro de los descendientes de José, conocido como el Libro de Mormón) se unieran en un solo palo o libro.
“Y serán uno solo en tu mano” (Ezequiel 37:17). En esencia, testigos complementarios de Jesucristo.
El Señor nos dice, además, que estos dos libros “crecerán juntamente para confundir las falsas doctrinas.. y también al conocimiento de mis convenios”(2 Nefi 3:12).
El Libro de Mormón tiene referencia a la ley de testigos, Pablo enseñó: “Por boca de dos o de tres testigos se establecerá toda palabra” (2 Corintios 13: 1). La Biblia es un testigo de Jesucristo, El Libro de Mormón es un segundo testigo y los registros de las 10 tribus perdidas, aún por revelar, serán, por lo menos, otro testigo más (2 Nefi 29:13).
6. “Otras ovejas”
En el Nuevo Testamento, Cristo se refirió a las personas del Libro de Mormón cuando habló a sus discípulos en Jerusalén diciendo:
“También tengo otras ovejas que no son de este redil; a aquellas también debo traer, y oirán mi voz, y habrá un rebaño y un pastor.” (Juan 10:16).
¿Quiénes eran estas otras ovejas que Cristo visitaría?
Como parte del cumplimiento de esa profecía, el Salvador resucitado se apareció a los nefitas, quienes escucharon Su voz y se convirtieron en parte de Su redil, exactamente como fue profetizado (3 Nefi 15: 21–24).
7. La “primogenitura fue de José”
Las profecías anteriores del Libro de Mormón se ven confirmadas por el hecho de que Judá, un hijo de Jacob, recibió grandes bendiciones, “el derecho de primogenitura fue de José” (1 Crónicas 5: 2). Esto se vuelve significativo cuando uno se da cuenta de que Judá recibió las siguientes bendiciones:
· Una gran posteridad, los judíos.
· Una tierra prometida, el país de Israel
· Un Salvador, nacido del linaje de Judá
· Un libro, la Biblia, que es el registro de la relación de Dios con la casa de Israel, particularmente con los judíos, y el ministerio de Cristo entre ellos.
¿Recibió José, al recibir esa primogenitura, bendiciones iguales o mayores que las de Judá? Sí. Recibió lo siguiente:
· Una gran posteridad, incluidas las civilizaciones nefita y lamanita.
· Una tierra prometida, las Américas
· Un Salvador, que visitó personalmente a los descendientes de José y guió a los profetas que eligieron.
· Un libro, El Libro de Mormón, que es el registro de la relación de Dios con los descendientes de José en las Américas y el ministerio personal de Cristo resucitado entre ellos.
Y así, tal como el Salvador fue profetizado en la Biblia, no por su nombre sino por acontecimientos y descripciones, así también el Libro de Mormón fue profetizado en la Biblia, no por su nombre sino por acontecimientos y descripciones.
Para aquellos que están familiarizados con el Libro de Mormón, estas profecías son claras y convincentes.
Algunos podrían afirmar que José Smith escribió el Libro de Mormón de manera que se vea como el cumplimiento de las escrituras anteriores.
Si ese es el caso, este niño “sin conocimiento” tendría que haberse vuelto más inteligente y brillante, no solo haber leído los numerosos libros mencionados en capítulos anteriores, sino que también tendría que comprender perfectamente las escrituras, todo a la edad de 23 años.
Pero de mayor importancia, si las Escrituras bíblicas no se aplican al Libro de Mormón, ¿a qué personas y a qué libro se refieren?
Este artículo fue escrito originalmente por Tad Callister y es una adaptación del libro “A Case for the Book of Mormon” y fue publicado originalmente por ldsliving.com bajo el título “7 Ways the Bible Prophesies of the Book of Mormon”