Los Mensajeros del Señor: Las clases de Ángeles ministrantes
El Guía de Escrituras de la Iglesia declara lo siguiente con respecto a los ángeles ministrantes:
“Estos son mensajeros del Señor, y se dice en la epístola a los Hebreos que son ‘espíritus ministrantes’ (Hebreos 1:14). Aprendemos de la revelación de los últimos días que hay dos clases de seres celestiales llamados ángeles: los que son solamente espíritus y los que tienen un cuerpo de carne y huesos.
Los ángeles que son sólo espíritus son aquellos seres que todavía no han obtenido un cuerpo de carne y huesos, o los que una vez lo tuvieron pero han muerto y esperan la resurrección.
Los ángeles que poseen un cuerpo de carne y huesos son los que han resucitado de entre los muertos o han sido trasladados, como lo fueron Enoc, Elijah, etc.” (“Ángeles” énfasis agregado)
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El académico SUD Robert L. Millet explicó que un ángel puede ser:
- Un ser resucitado.
- Un ser trasladado
- Un espíritu sin cuerpo, alguien que aún no ha tomado un cuerpo físico.
- Un espíritu con cuerpo, uno que ha vivido y muerto y ahora espera la resurrección.
- Un mortal que está atento al Espíritu de Dios y sigue su dirección divina para ayudar o bendecir a otro.
- El Señor mismo.
Examinemos brevemente cada una de esas seis categorías de ángeles.
Seres Resucitados
Doctrina y Convenios 129:1 se refiere a “ángeles, que son personajes resucitados con cuerpo de carne y huesos.” Los ángeles de esta categoría incluyen a Pedro y Santiago (DyC 27:12-13; 128: 20); Juan el Bautista (DyC 13, José Smith-Historia 1: 68-72); Moisés, Elías (DyC 110:11-16); y Moroni, Miguel, Gabriel y Rafael (DyC 128:20-21).
Además, José Smith dijo que Abel “murió como hombre justo y, por lo tanto, se convirtió en ángel de Dios al recibir su cuerpo de entre los muertos.” Debido a que Jesucristo fue la primera persona que resucitó en este mundo, sabemos que todos los ángeles que visitaron la tierra antes de la resurrección de Cristo fueron seres o espíritus trasladados.
Seres Trasladados
El Profeta Enoc, a quien se refieren en varios pasajes de las Escrituras (Génesis 5:18-24, Hebreos 11:5, DyC 107:48-57, Moisés 6), fue trasladado y se convirtió en un ángel ministrante”, juntos con otros a quienes Dios “reservó para ser ángeles ministrantes en muchos planetas.”
José Smith enseñó que Enoc:
“Es un ángel ministrante, que ministra a los que serán herederos de la salvación, y se apareció a Judas así como Abel lo hizo ante Pablo; por lo tanto, Judas habló de él (Judas 1: 14-15).” Pablo también conocía a este personaje y recibió instrucciones de él.
“Muchos han supuesto que la doctrina de la translación es una doctrina por la cual los hombres fueron llevados inmediatamente a la presencia de Dios en una plenitud eterna, pero esta es una idea equivocada. El lugar donde se encuentran está en el del orden terrestre, un lugar preparado para tales personajes que Él tenía reservado para los ángeles ministrantes de muchos planetas, que aún no han entrado en tan gran plenitud como aquellos que resucitaron de entre los muertos.”
Juan el Amado, un ser trasladado, es también un “ángel ministrante”. El Señor reveló el estado de Juan: “Sí, él ha emprendido una obra mayor; por tanto, lo haré como llama de fuego y como ángel ministrante; él ministrará en bien de los que serán herederos de salvación, que moran en la tierra.” (DyC 7:6; 3 Nefi 28: 6-7).
Del mismo modo, los Tres Nefitas, como seres trasladados, “son como los ángeles de Dios” (3 Nefi 28:30). Moisés y Elías, en el Monte de la Transfiguración (Mateo 17: 1-7), fueron seres trasladados.
Espíritus sin cuerpo
Los espíritus sin cuerpo son aquellos que nunca recibirán un cuerpo o que aún no han recibido un cuerpo (es decir, espíritus pre-terrenales). Apocalipsis 12 proporciona ejemplos de los espíritus sin cuerpo.
Cuando Juan el Teólogo escribió sobre la guerra en el cielo que tuvo lugar en la vida premortal, él se refirió tanto a los ángeles de Miguel (que también eran ángeles de Dios) como a los ángeles de Satanás: “Y hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles, pero no prevalecieron, ni fue hallado más su lugar en el cielo. Y el gran dragón… fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.”(Apocalipsis 12:7-9)
Otro ejemplo de espíritus sin cuerpo se registra en Moisés 5, en el que un ángel conversa con Adán (Moisés 5:6-7, Moisés 5:58). El Presidente Joseph Fielding Smith explicó: “Todos los ángeles que fueron con Adán después de la caída fueron espíritus que pertenecían a esta tierra, pero que aún no habían obtenido cuerpos de carne y hueso.”
Satanás y otros demonios son espíritus incorpóreos que también se describen como ángeles. Jacob llamó al diablo un ángel y los que se convierten en diablos “ángeles a un demonio” (2 Nefi 9: 8-9, 2 Nefi 2:17).
Otros textos también se refieren a los ángeles del diablo: “el diablo y sus ángeles” (2 Nefi 9:16, Mosíah 26:27, DyC 29:28), “Ángeles al diablo” (Jacob 3:11), “el diablo se ríe y sus ángeles se regocijan.” (3 Nefi 9:2), “Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron” (2 Pedro 2:4), entre otros.
Espíritus con cuerpo
Son los espíritus de “los justos hechos perfectos” (Hebreos 12:22-23). Los espíritus con cuerpo son aquellos que han recibido cuerpos mortales, han muerto y ahora trabajan en el mundo de los espíritus mientras esperan la resurrección.
El Antiguo Testamento se refiere a los ángeles decenas de veces. La palabra hebrea malakh, usualmente traducida como “ángel”, aparece 213 veces en el Antiguo Testamento.
Ejemplos de ángeles del Antiguo Testamento del Señor incluyen al ángel que se apareció a Agar (Génesis 16:7-11), el ángel que llamó “del cielo” a Abraham (Génesis 22:11,15), el sueño de Jacob con la escalera “Ángeles de Dios que subían y descienden por ella” (Génesis 28:12), el ángel que le habló a Jacob “en un sueño” (Génesis 31:11) y muchos otros.
Como dijimos, es posible que los ángeles que venían antes de la resurrección de Jesucristo (que fueron los primeros en ser resucitados) fueran espíritus (con o sin cuerpos) o seres trasladados.
Seres Mortales
Algunos mortales son como ángeles (Números 20:14).
El Elder Jeffrey R. Holland, en su discurso “El ministerio de ángeles”, habló de ángeles celestiales, aquellos que están más allá del velo, y compartió:
“No todos los ángeles provienen del otro lado del velo; con algunos de ellos caminamos y hablamos… aquí, ahora y todos los días. Algunos de ellos residen en nuestro propio vecindario; algunos de ellos nos dieron la vida y, en mi caso, uno de ellos consintió en casarse conmigo. De hecho, los cielos nunca parecen estar más cerca que cuando vemos el amor de Dios manifestado en la bondad y la devoción de personas tan buenas y puras, que la palabra “angélica” es la única que acude a mi mente.”
El Señor
Israel (o Jacob) llamó a Dios “el ángel que [lo] redime de todo mal” (Génesis 48:16, Éxodo 3:2-6; Josué 5: 13-15). Doctrina y Convenios 133:53 llama a Cristo “el ángel de su presencia, [que] los salvó [a los justos]; y en su amor y en su clemencia, los redimió.” También, así como los ángeles son mensajeros, así también el Señor es llamado el “mensajero del convenio” (Malaquías 3: 1) y el “mensajero de salvación” (DyC 93:8).
Este artículo fue escrito originalmente por Donald W. Parry, extracto del libro “Angels: Agents of Light, Love and Power” y fue publicado por ldsliving.com bajo el título: “Why Some Angels Are Resurrected and Others Are Not + How They Minister to Us”