La fe centrada en Jesucristo es una clave y una parte esencial de la mortalidad. El plan que Dios tiene para Sus hijos requiere que al menos en esta vida, aprendan a vivir por fe. El Apóstol Pablo enseñó, “porque por fe andamos, no por vista”.
El 12 de marzo, en un devocional en BYU – Idaho, el Élder Kevin S. Hamilton, Setenta Autoridad General, habló sobre cómo los hijos de Dios pueden aprender a andar por fe.
El Élder Hamilton explicó: “La fe es tener esperanza o creer que las cosas son verdaderas incluso cuando no podemos verlas ni tenemos pruebas. Con frecuencia, las respuestas a las preguntas espirituales no son tan instantáneas o espontáneas como una búsqueda en Google”.
“A veces, se nos pide, nos guste o no, vivir por fe”, dijo el Élder Hamilton.
Andar por fe en vez de por vista puede compararse a estar parado debajo de un farol y dar unos cuantos pasos en la oscuridad. Una vez que uno avanza con fe y confianza, espera pacientemente. “Poco a poco nuestros ojos se adaptan a la oscuridad y descubrimos que podemos ver más allá de lo que pensábamos”, dijo el Élder Hamilton.
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El Élder Hamilton compartió los ejemplos de tres hombres que tuvieron que vivir por fe.
El primero fue el profeta Nefi del Libro de Mormón. Cuando Nefi recibió las instrucciones para recuperar las planchas de bronce que tenía Labán, dijo: “Iré y haré lo que el Señor me ha mandado”.
Después, cuando recibió el mandamiento de recuperar las planchas después de que sus hermanos no lo lograron, dijo: “E iba guiado por el Espíritu, sin saber de antemano lo que tendría que hacer”.
Otro ejemplo fue José Smith. En las primeras etapas de la traducción del Libro de Mormón, permitió que Martin Harris tomara 116 páginas del manuscrito para mostrárselas a su esposa. Cuando se perdieron las 116 páginas, José recibió un severo castigo del Señor.
“Esta debió haber sido una absoluta crisis para José. Durante semanas y meses, luchó por continuar sin el don de la traducción y sin el claro conocimiento de cuando o incluso si volvería a traducir”, dijo el Élder Hamilton.
A pesar de humillarse e intentar arreglar las cosas, pasaron muchos meses antes de que el Profeta José Smith pudiera traducir el Libro de Mormón nuevamente.
“No se rindió, no perdió la fe. Simplemente, continuó progresando lo mejor que pudo hasta que se le restauró el don de la traducción”, dijo el Élder Hamilton.
El tercer ejemplo fue el de un hombre llamado Gabin Mendene.
Mientras el Élder Hamilton servía como presidente de misión en Bélgica en 2005, le presentaron a un converso del país africano de Gabón, que asistía a una universidad de Bélgica. Por lo tanto, era conocido por la familia Hamilton como Gabin de Gabón.
Debido a unos problemas con su visa, a Mandene se le negó la oportunidad de servir en una misión y fue deportado a Gabón. “Así que, en la primavera de 2006, empacó una pequeña maleta y entre sus posesiones había dos copias del Libro de Mormón, su llamamiento de misión, DVDs de las conferencias generales de 2004, su bendición patriarcal, algunas hojas de diezmo y un par de gárments del templo”, dijo el Élder Hamilton.
Mendene no encontró ninguna unidad organizada de la Iglesia en Gabón, por lo que comenzó a realizar reuniones no oficiales los domingos y noches de hogar los lunes en su casa. Conoció y se casó con una joven y comenzó a enseñarle las lecciones misionales.
Ocho años más tarde, Mandene encontró un artículo en Internet sobre el Élder David A. Bednar, del Quórum de los Doce Apóstoles, que dedicó Gabón para la predicación del Evangelio y la organización de la primera rama en el país. Se sorprendió al saber que no era el único Santo de los Últimos Días en Gabón y que había una rama en su ciudad natal.
Mandene le escribió al presidente de misión y pronto recibió la visita de una pareja de misioneros mayores. Deseaba saber dónde podía pagar los diezmos que ahorró durante ocho años, y dónde comprar más gárments del templo.
Pronto, la esposa de Mandene recibió las lecciones misionales y se bautizó como miembro de la Iglesia.
Después de años de no saber qué sucedió con su amigo, el Élder Hamilton se encontraba en Gabón como miembro de la presidencia de área. “Durante una de las reuniones, mientras hablaba en el púlpito, se abrió la puerta del salón y para mi sorpresa, entró mi amigo, Gabin de Gabón”.
Pronto, los Mendene se sellaron en el Templo de Johannesburgo, Sudáfrica, y Gabin Mendene fue llamado a servir como presidente de la Rama 2 de Libreville.
“Gabin Mendene aprendió a andar por fe. A pesar de todos los desafíos, simplemente siguió avanzando con fe, sin saber el final desde el principio, fue guiado por el Espíritu… Gabin aprendió que, a veces, simplemente, tenemos que avanzar rectamente”, dijo el Élder Hamilton.
La fe en Jesucristo crea una base firme para la vida de cada persona. Sin embargo, para crear esa base, tienen que construirse caminos pequeños y simples.
“Nuestro fundamento se establece cada vez que leemos las Escrituras, especialmente el Libro de Mormón. Construimos nuestro fundamento con cada oración personal, cada vez que participamos de la Santa Cena, cada vez que vamos al templo y cada vez que ministramos a nuestros hermanos y hermanas. Cada vez que nos arrepentimos, ponemos los cimientos de nuestro hogar espiritual sobre el fundamento seguro de Jesucristo”, dijo.
Para concluir, el Élder Hamilton compartió una última declaración sobre vivir por fe, que es el fundamento del Libro de Mormón cuando Moroni invita a todos: “venid a Cristo y perfeccionaos en Él”.
“Confía en Él. Cree en Él. Camina con Él. Camina por fe no por vista. Al hacerlo, establecemos nuestro fundamento en Jesucristo, que es el autor y el consumador de nuestra fe”.
Este artículo fue escrito por Valerie Jonson y fue publicado en thechurchnews.com con el título “Spiritual answers aren’t as easy as a Google search — here are 3 examples of how to live by faith”.
