Lo que Enoc nos enseña sobre servir a Dios en medio de nuestras debilidades

debilidades

En Génesis 5, solo se nos dice que “caminó, pues, Enoc con Dios” y “desapareció, porque lo llevó Dios” (Gen 5: 24). 

Sin embargo, las Escrituras de los Santos de los Últimos Días revelan la poderosa historia de un hombre que no sentía que era lo suficientemente bueno como para ser llamado a ser profeta. 

Al observar más de cerca la historia de Enoc en Moisés 6, podemos comprender mejor cómo podemos servir a Dios en medio de nuestras debilidades.

Dios fortalece e instruye a quien llama

“Enoch and His People Are Taken Up to God” por Del Parson

Cuando Dios llamó a Enoc para proclamar el duro mensaje del arrepentimiento a Su pueblo, Enoc enfrentó circunstancias menos que ideales. El enumera una serie de razones por las que no se sentía calificado y era una mala elección para aquella tarea. 

En Moisés 6:31, Enoc se inclina ante el Señor para decirle:

“¿Por qué he hallado gracia ante tu vista, si no soy más que un jovenzuelo, y toda la gente me desprecia, por cuanto soy tardo en el habla; por qué soy tu siervo?”

En nuestra propia vida, podemos enfrentar obstáculos al igual que Enoc. Podemos tener dificultades que nos frenan o nos ponen nerviosos. 

Es posible que no nos sintamos conectados con las personas que nos rodean. Podemos ser la elección inesperada o incluso la última elección para la tarea que tenemos por delante. 

Enoc nos enseña que el Señor fortalecerá e instruirá a aquellos a quienes llama; podemos esperar seguros los llamados a servir que lleguen en circunstancias inusuales o desafiantes.

Está bien buscar comprensión

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Enoc habló libremente sobre por qué sentía que no era la persona adecuada para el Señor. A veces, podemos sentirnos avergonzados de no estar llenos de entusiasmo o de fe. 

No hay nada de malo en llevar nuestras preguntas sinceras al Señor y es especialmente importante compartir todo nuestro corazón con Él.

Él nunca nos rechazará o hará sentir menos, ni se burlará de nosotros por nuestras preguntas. Debemos buscar la comprensión con tanta fe y humildad como podamos.

Esto significa que debemos reflexionar sobre porqué sí podemos ser una excelente elección para Él y qué opciones tenemos disponibles para cumplir la palabra del Señor antes de acudir a Él en oración.

Aferrándonos a las promesas del Señor

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Cuando Enoc compartió sus sentimientos, el Señor no lo castigó. En cambio, el Señor fortaleció a Enoc con poderosas promesas. Le dijo a Enoc que “le [daría] poder para expresarse” y que justificaría todas sus palabras. 

En Moisés 6:34 el Señor le hace la siguiente promesa:

“Las montañas huirán de tu presencia, y los ríos se desviarán de su cauce; y tú permanecerás en mí, y yo en ti; por tanto, anda conmigo”.

Medita sobre las palabras del llamado del Señor. “Anda conmigo”. Es una invitación a acercarnos a Cristo. Es la promesa de que el Señor caminaría con Enoc.

Podemos cobrar ánimo sabiendo que el Señor caminará con nosotros a medida que nos esforcemos por hacer Su voluntad. Se nos dará el poder para lograr todo lo que se nos ha pedido. Estudia y aférrate a las promesas que Dios te ha hecho.

Ver el panorama y el propósito más amplio

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El Señor también le pidió a Enoc que ungiese sus ojos con barro y se los lavara. Cuando Enoc lo hizo, tuvo una visión de los hijos de Dios. 

A fin de que Enoc tuviera la fuerza para cumplir con su llamamiento como profeta, el Señor sabía que tendría que ver las cosas como Él las veía.

¿Vemos a las personas que nos rodean como Dios las ve? ¿Ponemos nuestros desafíos en una perspectiva más amplia? 

Cuando lo hagamos, encontraremos paz. El Señor tiene un plan, no solo para nosotros sino para todos. Él tiene el control y Su obra y propósito son grandiosos. Nada puede frustrarlos.

Avanza con confianza

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Desde el momento en que el Señor lo llamó, Enoc hizo lo que se le pidió. Él subía a “las colinas y a los lugares altos y clamaba en voz alta, testificando”. No se negó ante lo que el Señor quería que hiciera.

Es posible que aún surjan problemas y que aún enfrentemos debilidades, pero podemos avanzar con confianza sabiendo que el Señor conoce nuestras circunstancias y sabe cómo ayudarnos de la mejor manera.

Fuente: LdsDaily

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