Uno de los fenómenos más fascinantes de nuestro tiempo son las experiencias cercanas a la muerte (ECM).
Ha desconcertado a la ciencia, en general, porque no puede ser comprobada en un laboratorio, pero ha sido una prueba complementaria para las personas de fe que aprecian el respaldo adicional a sus creencias.
Debido a la gran cantidad de personas que han reportado haber tenido una ECM, la comunidad científica ya no ve su investigación sobre ellas como una “ciencia marginal”.
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Un gran número de estudios en las últimas décadas llevado a cabo por psicólogos, neurólogos y teólogos, indica que alrededor del 5% de estadounidenses (uno de cada 20) ha experimentado una ECM con números similares que también se encuentran en otros países. Lo cual es 774 ECM al día.
Muchos tienen experiencias extrasensoriales en las que pueden describir todo lo que se encuentra en una sala de emergencias o en la escena de un accidente en la carretera hasta los procedimientos realizados, la ropa usada y las conversaciones expresadas.
Otros describen una lista de elementos comunes que son casi indistinguibles en una cultura a otra, excepto en cómo cada persona interpreta su experiencia. Algunos de estos elementos incluyen:
- Viajar a través de un túnel dirigiéndose hacia una luz.
- Emerger del túnel hacia un mundo de colores vivos y brillantes.
- Ver y ser recibido por sus seres queridos.
- Tener un encuentro con un guía o miembro de la Trinidad.
- Observar personas que son instruidas en un aula.
- Recodar experiencias de vida.
- Experimentar comunicación telepática y viajes instantáneos.
- Sentir gozo total y renuencia a regresar a la vida.
Las investigaciones muestran que las ECM ocurren en personas de diferentes índoles, incluidos los niños muy pequeños, las personas con ceguera congénita e incluso ateos.
Cada persona con frecuencia describe una lista de elementos comunes que coinciden perfectamente con las creencias Santos de los Últimos Días, tales como:
- Las dos grandes divisiones en el mundo de los espíritus.
- El evangelio enseñado a los espíritus que se encuentran en una de estas divisiones.
- Ángeles guardianes.
- Familias eternas.
- Niños fallecidos vistos como adultos.
- Ausencia de discapacidades físicas.
Las ECM no son solo alucinaciones
¿Cómo justificamos estas experiencias? La comunidad de medicina a menudo explica esto como meras fabricaciones causadas por el cerebro (alucinaciones) cuando el cuerpo comienza a fallecer.
Y eso es exactamente lo que el destacado neurocirujano Dr. Eben Alexander III siempre defendió firmemente, hasta que tuvo una experiencia cercana a la muerte en 2008.
En su libro, “Prueba de los cielos”, él describe que estuvo en coma durante siete días debido a una meningitis bacteriana espontánea, una condición considerada una rareza de 1 en un millón con una probabilidad igualmente rara de supervivencia.
Todo el neocórtex de Alexander, la superficie externa del cerebro, la parte que nos hace humanos, estaba completamente apagada e inoperante, lo que lo convirtió en un conducto técnicamente casi accesible para una experiencia cercana a la muerte.
Él detalla su encuentro con un guía angelical que lo acompañó a las partes más profundas del mundo espiritual donde habló con lo que él llamó “la fuente divina del universo mismo”.
Su relato fascinante y su tenaz determinación al contar la verdad sobre su experiencia, a pesar de poner en peligro su propia carrera, ha hecho que la comunidad médica, como mínimo, comience a considerar las explicaciones que van más allá de lo fisiológico.
Además de relatos personales fascinantes como este, hay numerosos estudios científicos que desacreditan firmemente la teoría del cerebro agonizante y apoyan las ECM como una posible evidencia de la vida después de la muerte.
Uno de esos estudios se llevó a cabo en Holanda en 1988, donde se estudiaron a 344 sobrevivientes de paro cardíaco en hospitales holandeses. De los resultados se sabe que 62 pacientes (18%) tuvieron diferentes tipos de ECM, dejando a 282 pacientes (82%) sin ningún recuerdo del paro que sufrieron.
De inmediato, los investigadores observaron que, dado que los pacientes que sufren ataques al corazón no tienen actividad cerebral alguna durante un paro debido a que la circulación y la respiración han cesado, no hay posibilidades de que estos pacientes puedan haber tenido alucinaciones.
La teoría del cerebro agonizante tampoco pudo explicar por qué solo algunos de los pacientes tuvieron ECM cuando todos experimentaron esencialmente las mismas condiciones.
Según el Dr. Pim Van Lommel, el artífice principal del estudio:
“Nuestro hallazgo más sorprendente fue que las experiencias cercanas a la muerte no tienen un origen físico o médico.
El 100% de los pacientes sufrió una falta de oxígeno, al 100% se le fue dado medicamentos similares a la morfina, el 100% de los sobrevivientes fueron víctimas de estrés severo, por lo que estas no son las razones por las que el 18% tuvo experiencias cercanas a la muerte y el 82% no.
Si las experiencias hubieran sido provocadas por cualquiera de esas cosas, todos [los sobrevivientes] habrían tenido experiencias cercanas a la muerte”.
Experiencias Cercanas a la Muerte que nos hacen pensar
Ejemplo 1:
Un caso interesante fue reportado en 1995 por K.M. Dale, M.D. El relato se trata de un niño de 9 años, cuya fiebre duró casi 36 horas antes de que empezara a bajar en el hospital.
Tan pronto como abrió los ojos, a las 3 de la mañana, el niño le dijo rápidamente a sus padres que había estado en el cielo y había visto a su abuelo, y a sus tíos fallecidos.
Por sorprendente que fuera, el niño continuó diciendo que también vio a su hermana de 19 años, quien estudiaba en la universidad en ese momento, quien le dijo que él tenía que regresar.
Debido a la historia del niño, sus padres llamaron a la universidad a la que asistía la hermana y les dijeron que su hija había fallecido en un accidente automovilístico poco después de la medianoche.
Las autoridades de la universidad habían intentado sin éxito comunicarse con la familia en su casa para informarles la trágica noticia.
Ejemplo 2:
En otro caso, Vicky Umipeg, una mujer de 45 años, con ceguera de nacimiento, describió que flotó sobre su cuerpo en la sala de emergencias después de sufrir un accidente automovilístico. Dijo que vio cómo el médico y la enfermera hacía todo lo posible por reparar el daño en su cuerpo y explicó en detalle lo que vio.
Ella describió que fue llevada a una especie de túnel, hacia la luz, que culminaba en un mundo donde “vio” árboles, aves y flores, y que se encontró con amigos y parientes que habían fallecido y que estaban “hechos de luz”.
Ella dijo: “Esta fue la única vez que pude entender lo que es ver y lo que es la luz, porque lo había experimentado”.
Ejemplo 3:
En un caso inusual, el destacado investigador Santo de los Últimos Días, Arvin Gibson, documentó el testimonio de un grupo completo de bomberos de élite miembros de la Iglesia de Jesucristo denominados “Hotshots”, quienes en 1989 sucumbieron a las llamas solo para volver a la vida con una ECM compartida.
Todos se vieron fuera de sus cuerpos aparentemente sin vida después de que el incendio forestal que estaban tratando de mitigar los envolviera. Cada uno de ellos recibió la promesa de un ser que interpretaron como Dios, de que al volver a la vida, sus cuerpos no serían quemados.
Cuando todos despertaron, sorprendentemente, ninguno recibió quemaduras, aun cuando el lado de la montaña donde habían estado trabajando quedó completamente destruida.
ECM en las Escrituras y en la actualidad
Las referencias a las ECM también se mencionan en la Biblia y el Libro de Mormón, como la ECM de Alma, hijo, donde estuvo “casi hasta la muerte” durante tres días después de que un ángel lo reprendió (Mosíah 27: 10-32).
El relato de Alma tiene muchas similitudes con los elementos comunes que se encuentran en otras ECM registradas. Entre otras experiencias en las Escrituras se incluyen:
- La parábola de Jesús sobre un mendigo llamado Lázaro, que al morir fue llevado por ángeles al paraíso (Lucas 16:22).
- La historia de Esteban, quien fue apedreado hasta la muerte y vio a Jesús de pie a la diestra de Dios (Hechos 7: 55-56).
- La historia de Pablo cuando visitó el tercer cielo (2 Corintios 12: 1-5).
- La experiencia del rey Lamoni, cuando estuvo inconsciente durante tres días hasta que se levantó y profetizó muchas cosas basándose en su experiencia (Alma 18: 42-43; 19).
- La experiencia de la esposa del rey Lamoni, quien tuvo una ECM similar (Alma 19: 13-34).
El interés moderno en las ECM comenzó notoriamente con Raymond Moody, M.D., quien escribió su primer libro sobre el tema, “Life After Life”, en 1975.
Después de pasar 40 años de su vida investigando y escribiendo sobre este intrigante fenómeno, sus conclusiones sobre la vida después de la muerte tienen un peso enorme. Él reconoció:
“No me molesta decir que después de hablar con más de mil personas que han tenido estas experiencias, y haber experimentado muchas veces algunas de las características realmente desconcertantes e inusuales de estas experiencias, he llegado a saber con gran certeza que hay una vida después de la muerte.
De hecho, debo confesar con toda sinceridad, con el respaldo de lo que me han dicho mis pacientes, que no tengo ninguna duda de que ellos vislumbraron el más allá”.
Fuente: Thirdhour.org