El 17 de junio de 2020, el élder David A. Bednar del Quórum de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, pronunció el discurso de apertura de la Revisión Anual de Libertad Religiosa, un congreso organizado por la facultad de derecho de la Universidad Brigham Young.
Este evento se realizará solo en línea, se transmitirá a través de YouTube y tendrá lugar los días 17, 18 y 19 de junio. El congreso tiene como tema, “La religión y la libertad religiosa en la era del COVID-19: Encontrar comunidad y esperanza”.
El discurso del élder Bednar se centró en cómo la rápida decisión de los gobiernos de todo el mundo de prohibir las reuniones religiosas debido al avance del coronavirus, ha quebrantado peligrosamente los límites que protegen el ejercicio de la libertad religiosa y ha demostrado lo frágil que es.
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El élder Bednar expresó que el poder del gobierno debe tener límites y compartió ejemplos que, según dijo, ilustraban “una profunda devaluación de la religión”.
La pandemia ha proporcionado evidencia de que equilibrar las necesidades de salud pública y el ejercicio religioso durante una crisis puede ser un desafío importante.
Afirmó claramente que no estaba reclamando que la libertad religiosa pueda ser ilimitada durante una pandemia ni que todos los funcionarios del gobierno ignoraran los derechos religiosos.
Sin embargo, dijo que si bien las medidas firmes para abordar el COVID-19 se justifican, las “declaraciones extraordinarias del poder gubernamental” pueden restringir drásticamente las libertades básicas.
“No podemos negar y no debemos olvidar la velocidad e intensidad con que se utilizó el poder del gobierno para detener los aspectos fundamentales del ejercicio religioso. Estas decisiones y regulaciones no tienen precedentes”.
“Durante casi dos meses, los estadounidenses y muchas otras personas en todo el mundo libre aprendieron de primera mano lo que significa que el gobierno prohíba directamente el libre ejercicio de la religión”.
El élder Bednar habló también sobre las advertencias que hemos recibido debido a la pandemia mundial de COVID-19 y otros eventos recientes :
“Nuestro mundo aparentemente se ha llenado recientemente de fuertes ‘alarmas’. Desde desastres naturales hasta una pandemia mortal que arrasa con el mundo y la plaga social más perniciosa de racismo. A diario se nos recuerda que debemos despertar a los tiempos peligrosos que nos rodean, recobrar la consciencia, levantarnos y recurrir a nuestro Divino Padre, que desea instruirnos y edificarnos a través de nuestras pruebas”.
“Hemos sido testigos de la rápida, bien intencionada, pero a menudo peligrosa ruptura de los límites que protegen el libre ejercicio de la religión por parte del gobierno. ¿Escuchamos el timbre del despertador? Esta es una alarma para todos nosotros. Esos límites y protecciones fundamentales deben ser sanados, renovados y fortificados”.
El élder Bednar ilustró su punto con la parábola del hijo pródigo, que “volvió en sí” durante una calamidad natural, se dio cuenta de sus errores y cambió su rumbo.
Por otro lado, el élder Bednar señaló que en algunas jurisdicciones estadounidenses algunos servicios relacionados con el alcohol, los animales y la marihuana se consideraron “esenciales”, mientras que los servicios de las organizaciones religiosas se clasificaron como “no esenciales”, incluso si estas actividades se realizaban de manera segura.
Citó el ejemplo de un estado en el que a unos sacerdotes católicos no se les permitió hacer una unción a un creyente, incluso cuando no tenían COVID-19. En el mismo estado, a los Santos de los Últimos Días no se les permitió realizar bautismos.
“Este ejemplo y muchos otros semejantes ilustran una profunda devaluación de la religión”, dijo. Además, invitó a las personas de fe y líderes religiosos a actuar para reafirmar y apoyar la libertad religiosa.
El élder David A. Bednar concluyó su discurso diciendo que la importancia de las religiones no permitía que los gobiernos clasificaran la libertad religiosa como algo “no esencial”. También destacó la fragilidad de la libertad religiosa.
Fuente: Deseret News