6 milagros del día a día que pueden brindar esperanza y aumentar la fe

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A diario nos encontramos rodeados de milagros, pero a veces no los vemos. ¡Mientras más busquemos la mano de Dios en nuestras vidas, más probabilidades tendremos de reconocerla!

Aquí hay seis historias conmovedoras que nos recuerdan que el Señor está muy involucrado en nuestras vidas, y que vela por nosotros todos los días.

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1. Llevando cargas de otros

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Los milagros de cada día a menudo ocurren gracias a las personas que nos rodean.

El Elder Dieter F. Uchtdorf dijo: 

“Cada uno de nosotros tiene una responsabilidad bajo convenio de ser sensible a las necesidades de los demás y de prestar servicio como lo hizo el Salvador, tender una mano de ayuda, bendecir y elevar a quienes nos rodean.

El presidente Spencer W. Kimball enseñó ese concepto cuando dijo: ‘Dios nos tiene en cuenta y vela por nosotros; pero por lo general, es por medio de otra persona que atiende a nuestras necesidades.’”

Las hermanas del barrio Muroc, California tomaron esto en serio.

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Las mujeres y niñas de la Primaria, las Mujeres Jóvenes y la Sociedad de Socorro se unieron para apoyar a una hermana en su barrio que padece cáncer. Esta hermana estaba llevando tratamientos de quimioterapia difíciles y estaba a punto de perder su cabello, por lo que las hermanas del barrio encontraron una manera de aliviar su carga.

El primer domingo después de que la hermana afectada por el cáncer perdiera todo su cabello, las hermanas del barrio tuvieron una sorpresa especial para ella. Todas vinieron a la Iglesia con el cabello escondido por pañuelos para mostrar su apoyo. Su objetivo era ayudar a esta hermana con dificultades a sentirse menos sola en sus desafíos.

La verdadero ministración a menudo significa llevar las cargas de los demás y puede convertirse en el milagro del día para todos los involucrados.

2. Aumentando la fe con una parada de autobús

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A menudo, los milagros vienen después de que hemos hecho nuestro esfuerzo haciendo todo lo que está a nuestro alcance.

Para un grupo de estudiantes Santo de los Últimos Días en el sur de Florida, su milagro vino en forma de una parada de autobús escolar.

En enero, la hora y el lugar de la parada del autobús cambian para cinco estudiantes de una clase matutina de seminario. Este nuevo cambio significaba que tenían que salir de su clase de seminario 20 minutos antes para llegar a la parada de autobús a tiempo y así poder llegar a la escuela.

Fue muy difícil para las estudiantes el perderse la mitad de la clase de cada día y la contribución que sus compañeras hacían en clase. Toda la clase sintió los efectos de esa interrupción.

Después de muchas oraciones por parte de las estudiantes y un esfuerzo en conjunto por parte de la maestra de seminario y los padres por buscar una solución con el departamento de transporte del distrito escolar, las estudiantes finalmente consiguieron su parada de autobús.

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La maestra de seminario, Shauna Hostetler, dijo que esta fue una experiencia poderosa para sus estudiantes porque habían tenido “muchas charlas sobre [cómo] ‘las oraciones y los pensamientos’ deben ir acompañados por nuestro ‘esfuerzo’. [Debemos hacer] todo lo que podamos para que las bendiciones y las respuestas vengan.”

Ella dijo que habían estado orando por una solución y que el Señor respondió a sus oraciones de una manera “poderosa”.

“Cuando sentía que me desanimaba por la situación, pensaba en voz alta: ‘Si los milagros le ocurren a diario a otras personas, ¿por qué no puede sucederme a mí o por qué no sucederle a estas niñas? En cuanto comencé a pensar de esa manera, supe que podía orar por una solución y que esta llegaría. Simplemente no estaba segura de cómo o cuándo sucedería.”

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No sólo tienen una nueva parada de autobús que las recoge justo afuera del edificio de la Iglesia, sino que el nuevo horario le permite a las estudiantes quedarse durante toda la lección. Toda la clase se ha beneficiado con este milagro.

En sus seis años de enseñanza de seminario en el edificio de la Iglesia, compartió la Hermana Hostetler, nunca supo de un autobús escolar que recoge a estudiantes en la misma calle que el edificio de la Iglesia.

“El Señor está consciente de nuestras necesidades y cuando le pedimos algo, las respuestas vienen”, expresó. “Hacemos nuestra parte y el Señor provee.”

Los milagros de cada día

Cuando les pedimos a nuestros lectores que compartieran sus milagros del día a día, recibimos muchos mensajes inspiradores que nos recuerdan que los milagros realmente suceden a diario. Aquí compartimos algunos:

3. Un bebé cada semana

pérdida de un bebé

“Algo que he aprendido desde el inicio del programa Ven, Sígueme es a buscar milagros cada día. No soy especial como para que Dios me bendiga más, estaba buscando más milagros en mi vida.

Hace dos meses, alguien me preguntó las 10 cosas que necesitaba semanalmente en mi vida para poder ser feliz. De mi boca salieron las palabras “¡cargar bebés!” Después de que lo dije, me molesté conmigo misma por decirlo.

No porque no me hiciera increíblemente feliz, pero porque ninguno de mis hijos está casado o tiene la edad suficiente para tener hijos. ¿Cómo podría sostener bebes cada semana?

Dos semanas más tarde, recibí un correo electrónico de la YWCA que me preguntaba si podía venir y ayudar con los hijos de mujeres maltratadas, simplemente abrazarlos y jugar con ellos. Lo que pensé que era algo ridículo fue escuchado. A nuestro Padre Celestial le importó lo suficiente como para que esto suceda.

Los milagros nos suceden constantemente, algunos son evidentes de manera inmediata; otros tardan un poco en tener sentido. Algo que aprendí es a buscar la mano de Dios en mi vida y está se verá.” —Melissaschaefer1

4. Un Ángel algo diferente

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“Tenía mala suerte y mi camioneta necesitaba una parte que había fallado con anterioridad. Las reparaciones anteriores habían costado mas de 500 dólares. Sólo tenía alrededor de 200 dólares a mi nombre. 

Estaba en una tienda y consolándome con una bebida fría cuando un hombre (alguien que no conocía) se acercó a mi lado para llenar su vaso con una bebida. Me saludó alegremente y me preguntó cómo estaba.

Estaba tan deprimido que le conté mi problema. Me preguntó lo que pasaba con mi camioneta y la parte que necesitaba. Cuando le conté, él respondió diciendo que tenía una camioneta que estaba reconstruyendo y que tenía esa misma parte en buenas condiciones y que estaría encantado de vendérmelo e instalarlo por 150 dólares.

Rápidamente acepté y logré hacer que mi pobre camioneta llegará a su casa. Dentro de media hora mi camioneta estaba en marcha. Le pagué con gratitud el dinero. Ahora podría ponerme a trabajar. A veces los ángeles tienen grasa de los autos debajo de sus uñas.” —John Coley

5.  Nunca digas nunca

flores

“Cuando me recién me divorcié, asistí a una Conferencia de Estaca. En el púlpito se encontraba el arreglo más hermoso de rosas rojas donada por nuestro florista local.

Un pensamiento cruzó por mi mente: ‘Bueno, nunca más volveré a recibir flores’. Esa tarde, mientras dormía, alguien llamó a mi puerta. Allí estaba un miembro de nuestra Presidencia de Estaca sosteniendo ese ramo de rosas. Él dijo: ‘Pensamos que te podrían gustar estas rosas.’” —Barlounelson

6. Seguir la guía del Espíritu 

obispo

“Estaba sirviendo como Obispo y había llamado a un esposo y esposa al obispado para decirles que ya no podía ayudarlos con provisiones. Después de decir una oración para abrir nuestra reunión, abrí la boca y, por el contrario, pregunté cómo podría ayudarlos más el año que venía.

El Señor sabía que necesitaban la ayuda y quién iba a decir que en el próximo año ambos pasaron de esta tierra al otro lado. ¡Sé que nuestro Padre Celestial nos conoce individualmente y usará al Espíritu para dirigirnos a ayudar a otros!”– Roland Dearden

Este artículo fue escrito originalmente por Ashli Kristine Hansen y fue publicado originalmente por ldsliving.com bajo el título “6 Daily Miracles to Inspire Hope and Increase Faith

| Para meditar
Publicado por: *Sabina Mujica Estrada
Licenciada en Turismo, Hotelería y Gastronomía, apasionada por los libros y los idiomas, profesional armando rompecabezas.
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