Han pasado dos años desde que el COVID-19 cambió el rumbo del mundo, muchas iglesias se encuentran tomando medidas tentativas para restaurar las rutinas previas a la pandemia.
Una de mis amigas me dijo que su Iglesia cantó himnos el pasado domingo por primera vez después de meses. Por otro lado, la Iglesia a la que asistí este domingo nuevamente está organizando un tiempo para compartir.
En Estados Unidos, más de 9 de cada 10 lugares de culto protestantes (97%) ahora se congregan de manera presencial, según la última investigación de LifeWay Research.
Casi la misma cantidad (86%) expresó que ha regresado a las actividades de ministración en persona para niños.
“Las iglesias, en general, han realizado un gran progreso este último año al reanudar los estudios bíblicos para todas las edades”, compartió Scott McConnell, director ejecutivo de LifeWay Research, en un comunicado de prensa.
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Sin embargo, estas iglesias están lejos de estar libre de problemas. Una variedad de investigaciones recientes demuestran que los lugares de culto continúan atravesando desafíos con su membresía, asistencia y presupuesto a causa de la pandemia.
Un informe de noviembre de 2021 para un proyecto de investigación llamado “Explorando el impacto de la pandemia en las congregaciones” reportó:
“Ha habido una disminución en la asistencia a las congregaciones, pero en este momento no es tan severo como se esperaba ni es representado de la misma manera en todas las iglesias”.
La congregación promedio ha visto una disminución del 12% en la asistencia en los últimos dos años, según ese informe.
Sin embargo, las pérdidas se concentraron en las iglesias más pequeñas que no brindaban opciones de adoración en línea.
Cuando se considera solo las iglesias protestantes, los datos más recientes muestran que aproximadamente “1 de cada 4 feligreses previos a la pandemia todavía no asisten a servicios de adoración en persona”, informó LifeWay Research.
Esa es una de las razones por las que muchos pastores siguen preocupados acerca de lo que les depara el futuro.
“Estamos sobreviviendo. … Pero hemos sentido la pérdida”, dijo el reverendo Kevin Riggs, pastor de Franklin Community Church en Tennessee, para The Associated Press a principios de este año.
En el caso de los Santos de los Últimos Días, siguiendo las recomendaciones de salud y protecciones de cada país donde se encuentra la Iglesia, se han retomado las reuniones dominicales presenciales en la gran mayoría de los centros de reuniones.
La Iglesia avanza en todas las áreas del mundo con amplia cautela, siempre siguiendo estrictamente las direcciones de los gobiernos para evitar la propagación de la pandemia.
Debido al aumento en asistencia a las reuniones dominicales, la Iglesia ha propiciado un número limitado de entradas para quienes asistan de manera presencial a la Conferencia General de este año.
En general, se espera que a medida que persistan los esfuerzos para mitigar la pandemia, las iglesias de diferentes denominaciones religiosas puedan incrementar el número de asistencia de sus feligreses.
Fuente: Deseret News