Si estás preparado, no debes temer

Todos hemos oído sobre el COVID-19. Algunas personas están muy tranquilas al respecto. Otras, ocultan que tienen miedo y, otras, están preocupadas por el futuro.

En resumen, esta prueba que todo el mundo está atravesando es más preocupante para algunos que para otros.

Personalmente, me siento un poco inquieta. Me preocupa la salud de mi esposo y la mía, y cómo estarían mis hijos si algo nos sucediera.  Además, me preocupa mi mamá porque ha tenido algunos problemas de salud y se encuentra en el grupo de alto riesgo.

Una luz en medio del caos y la confusión

sacramental

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Mi familia y yo hemos pasado por otras preocupaciones en medio de este caos por el coronavirus.

En la semana en que todo el mundo estaba yendo de compras para abastecer su almacén, estábamos preparándonos para el funeral del esposo de mi hermana (que no murió por el COVID-19). No pudimos hacer nuestras compras, teníamos algunos alimentos básicos en nuestra dispensa.

Sin embargo, sabíamos que estábamos tomando las debidas precauciones para mantenernos sanos y protegidos.

Cuando hicimos el viaje para asistir al funeral, tomamos ciertas medidas: limitamos nuestra exposición y costos al preparar nuestros alimentos en nuestra habitación en lugar de salir.

Seguir el consejo de los líderes

aprendizaje

Nuestros líderes de la Iglesia siempre nos han enseñado a estar preparados para el futuro, uno de ellos fue el Élder L. Tom Perry en su discurso “Si estáis preparados, no temeréis”.

El Élder Perry compara las pruebas de la actualidad con tener el suficiente aceite en nuestras lámparas para perseverar hasta el fin. Necesitamos preparar nuestras lámparas para las necesidades espirituales y temporales:

Para alcanzar cierto grado de estabilidad, es esencial que planeemos nuestro futuro. Creo que es el momento de recordar, y quizás con cierta urgencia, el consejo que hemos recibido concerniente a la preparación personal y familiar. Deseamos ser hallados con bastante aceite en nuestras lámparas para perseverar hasta el fin.

El presidente Spencer W. Kimball nos ha amonestado, diciendo:

“Al repasar el consejo que nos da el Señor sobre la importancia de la preparación, me impresiona la sencillez del mensaje. El Salvador pone bien en claro que no podemos tener suficiente aceite en nuestras lámparas de preparación con solamente evitar el mal”.

Además nos dice que debemos embarcarnos en un programa positivo de preparación:

“El Señor no convertirá las buenas esperanzas, deseos o intenciones de una persona en obras. Cada cual debe hacer esto por sí mismo”.

La necesidad de estar preparados para los momentos difíciles nunca fue tan evidente como en la actualidad.

Hemos visto como las personas corrieron a los supermercados con pánico, intentando comprar todo lo que quedaba de comida, papel higiénico y agua para abastecer su almacén, que debían haberlo hecho hace años, en un instante.

Si hubiéramos estado preparados, no hubiera sido necesario todo este caos y no habría motivos para temer.

Cuatro aspectos de la vida en los que debemos estar preparados

Primero

estudios o matrimonio

Debemos adquirir una educación adecuada. Necesitamos aprender un oficio que nos asegure un ingreso para el futuro. Asimismo, debemos mantenernos actualizados sobre los avances de la información y la tecnología.

Segundo

Debemos vivir dentro de nuestro presupuesto y ahorrar para las emergencias del futuro.

Tercero

dinero

Debemos evitar las deudas, a menos que sean necesarias, como la salud, los estudios, vivienda.

Cuarto

Necesitamos tener un almacén de alimentos y suministros que duren al menos un año.

Desde que tengo memoria, se nos ha enseñado que debemos prepararnos para el futuro y tener una reserva de un año de artículos de primera necesidad. Es muy posible que los años de abundancia nos hayan llevado casi universalmente a hacer caso omiso de este consejo. Creo que ha pasado el tiempo de no tendrán cuenta esta admonición; con los acontecimientos cotidianos actuales, es hora de darle seria consideración. – L. Tom Perry

Imagina cuán diferente hubiera sido la última semana si hubiéramos estado preparados y hubiéramos tenido lo que necesitábamos a la mano y solo tuviéramos que ir a comprar lo necesario, como leche, huevos, pan y productos frescos.

Los estantes de los supermercados estarían llenos y habría menos pánico, incluso menos razones para temer.

¡Preparémonos para el futuro!

“Os digo estas cosas a causa de vuestras oraciones; por lo tanto, atesorad sabiduría en vuestro seno, no sea que la maldad de los hombres os revele estas cosas por medio de su iniquidad, de una manera que retumbará en vuestros oídos con una voz más fuerte que la que sacudirá la tierra; mas si estáis preparados, no temeréis”. – DyC 38:30

A pesar de que nada nos garantiza que no contraeremos el COVID-19, tenemos la promesa de que si hacemos nuestra parte, no tendremos razones para temer.

Si seguimos el consejo de nuestros líderes no caeremos en el pánico de qué sucederá con nosotros después, ya que estaremos listos para estos momentos de crisis.

Espero y oro para que las personas puedan considerar esta pandemia como una alerta de las cosas que están por venir.

Se nos ha advertido en las Escrituras sobre los tiempos peligrosos. Esta prueba no es la última, hay más por venir.

Espero que aprendamos de esta prueba y tengamos el aceite suficiente en nuestras lámparas para lo que nos depara el futuro.

Recuerda la promesa de Dios en todo momento, “si estás preparado, no debes temer”. Si aún no estás preparado, ahora es el momento para hacerlo, sigue el consejo de Dios y deja el temor atrás.

Fuente: LDS Blogs

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