Fantasmas vs. Espíritus: ¿Los Santos de los Últimos Días creen en los fantasmas?
Los seres humanos siempre han estado interesados en saber acerca de los fantasmas de una manera u otra.
Existen muchas interpretaciones y creencias sobre los fantasmas. Sin embargo, la mayoría cree que un fantasma es la imagen de una persona fallecida que se aparece a alguien.
Pero, ¿qué creen los Santos de los Últimos Días sobre los fantasmas?
Fantasmas vs. Espíritus
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Si le preguntas a un miembro de la Iglesia si cree en los fantasmas, respondería algo como: “No creo en los fantasmas, pero sí creo en los espíritus”.
Los Santos de los Últimos Días tenemos un vasto conocimiento acerca de la vida después de la muerte. Asimismo, creemos en la vida preterrenal, o la existencia antes de nacer en la Tierra.
Estas enseñanzas son fundamentales para comprender qué son los espíritus. ¡Veamos!
En la Guía para el Estudio de las Escrituras se afirma que un espíritu es:
“La parte del ser vivo que existe desde antes del nacimiento del cuerpo mortal, que mora dentro de ese cuerpo durante la vida terrenal y que después de la muerte existe como un ser separado hasta la Resurrección.
Todos los seres vivos —el hombre, los animales y la vegetación— fueron creados espiritualmente antes que existiese físicamente sobre la tierra forma alguna de vida. El cuerpo de espíritu es a semejanza del cuerpo físico”.
Además, aprendemos en Doctrina y Convenios 131:7 que:
“No hay tal cosa como materia inmaterial. Todo espíritu es materia, pero es más refinado o puro, y solo los ojos más puros pueden discernirlo”.
¿Cómo nuestro Padre Celestial y Madre Celestial crearon los espíritus? No lo sabemos.
Sin embargo, el Libro de Abraham describe las “inteligencias” que, por lo general, se piensa que son alguna forma de materia espiritual que precedió a nuestros cuerpos espirituales.
El presidente Spencer W. Kimball también escribió sobre el tema en “El milagro del perdón”:
“Nuestra materia espiritual era eterna y coexistía con Dios, pero nuestro Padre Celestial la organizó en cuerpos de espíritu”.
Existen muchos tipos de espíritus y sabemos más sobre algunos que otros.
Espíritus justos
En la vida preterrenal, el Padre Celestial y la Madre Celestial presentaron un plan para nuestra eventual exaltación.
El plan requeriría venir a la Tierra y obtener un cuerpo físico que albergara nuestros espíritus.
Dos tercios de los hijos de nuestro Padre Celestial eligieron seguir Su plan. Primero, hablaremos de ellos; es decir, ¡de nosotros!
Espíritus preterrenales
Los espíritus preterrenales son aquellos que aún están esperando su tiempo para nacer en la Tierra. Ellos viven con Dios, así como nosotros antes de venir a la Tierra.
Sabemos que cada parte de nuestra vida eterna tiene que ver con el progreso. Así que probablemente estos espíritus estén dedicando tiempo a aprender y prepararse para su experiencia terrenal.
No sabemos mucho sobre la influencia de estos espíritus en el mundo terrenal. La mayor parte de la información que tenemos proviene de experiencias personales. Por ejemplo, una madre embarazada que siente una conexión con el espíritu de su bebé que está por nacer. O, una persona que sueña con su futura familia.
Si bien no podemos decir algo con certeza en este momento, la idea de que los espíritus premortales tengan algún tipo de capacidad para influir en nuestra vida se alinea con otras doctrinas de los Últimos Días con respecto a los espíritus de la vida venidera.
Espíritus de la vida venidera
Cuando morimos, nuestros cuerpos y espíritus se separan. Luego, vamos al mundo de los espíritus, que según las enseñanzas del presidente Brigham Young se encuentra en la Tierra, a nuestro alrededor.
El mundo espiritual se divide en dos: el paraíso y la prisión espiritual. Si bien sabemos mucho sobre ambos, no sabemos exactamente cómo se separan.
Los espíritus justos están en un estado de paz y descansan en el paraíso. Jesucristo visitó a estos espíritus después de su crucifixión.
Heber C. Kimball enseñó que los espíritus en el paraíso estaban “organizados en familias”. Sin embargo, algunos estaban solos, ya que a algunas familias no se les permitía vivir juntas “porque no habían honrado su llamado aquí”.
La Iglesia también está organizada y se sigue usando el Sacerdocio para el bien de los demás.
En la prisión espiritual están aquellos que aún no han escuchado el evangelio de Jesucristo.
Los espíritus justos son llamados desde el paraíso para predicar a los que están en la prisión espiritual.
Si los espíritus aceptan el Evangelio y alguien aquí en la Tierra realiza las ordenanzas del templo por ellos. Entonces, pueden entrar al paraíso.
Aquellos que rechazan el Evangelio sufren una condición conocida como infierno, que los Santos de los Últimos Días ven como un estado de separación de Dios en vez de un lugar real.
La influencia de los espíritus de la vida venidera
Los espíritus de la vida venidera no solo ministran a los espíritus que se encuentran en el mundo de los espíritus. También pueden influir en nuestras vidas.
José Smith enseñó que los espíritus de nuestros seres queridos “no se hallan lejos de nosotros, y conocen y entienden nuestros pensamientos, sentimientos y movimientos, y a menudo se afligen por ellos”.
Aquí hay algunas citas más que nos ayudarán a entender mejor la influencia de los espíritus de la vida venidera.
Presidente Joseph F. Smith, Conferencia General de abril de 1916:
“Vivimos en su presencia, ellos nos ven, están atentos a nuestro bienestar, nos aman ahora más que nunca, ya que ven los peligros que nos asechan.
“Ellos pueden comprender más que nunca las debilidades que pueden desviarnos a caminos oscuros y prohibidos.
“Ellos ven las tentaciones y los males que nos asechan en la vida y la propensión de los seres terrenales a ceder ante la tentación y las malas acciones.
“De ahí parte su preocupación y amor por nosotros. Asimismo, su deseo por nuestro bienestar debe ser mayor que el que sentimos por nosotros mismos”.
James E. Faust, Ensign, noviembre de 2003:
“El proceso de encontrar uno a uno a nuestros antepasados puede resultar difícil, pero también interesante y gratificante.
“Con frecuencia sentimos una guía espiritual al acudir a las fuentes para localizarlos.
“Dado que ésta es una obra espiritual, podemos esperar recibir ayuda desde el otro lado del velo. Percibimos cierta influencia de aquellos antepasados que aguardan a que los encontremos y hagamos la obra del templo por ellos”.
Presidente Joseph F. Smith, “Doctrina del Evangelio”:
“Cuando se envían mensajeros para ministrar a los habitantes de esta tierra, no son extraños, sino que forman parte de las filas de nuestros parientes, amigos, semejantes y consiervos.
“Nuestros padres, madres, hermanos, hermanas y amigos que han fallecido, si han sido fieles y dignos de disfrutar de estos derechos y privilegios; pueden tener la misión de visitar a sus familiares y amigos en la Tierra nuevamente.
“Llevarán los mensajes de amor de la Presencia divina, de advertencia, o de reprensión e instrucción, a aquellos a quienes aprendieron a amar en la carne”.
Élder Jeffrey R. Holland, “For times of trouble”:
“En el evangelio de Jesucristo tienes ayuda de ambos lados del velo, y nunca debes olvidar eso.
“Cuando la decepción y el desaliento golpeen, y lo harán, recuerda y nunca olvides que si nuestros ojos pudieran abrirse, veríamos caballos y carros de fuego hasta donde alcanza la vista cabalgando a una velocidad temeraria para acudir en nuestra protección.
“Siempre estarán allí, estos ejércitos del cielo, en defensa de la simiente de Abraham”.
John A. Widtsoe:
“Quien busca ayudar a los del otro lado [del velo], a cambio recibe ayuda en todos los asuntos de la vida. Recibimos ayuda del otro lado mientras ayudamos a los que han traspasado el velo”.
Estas citas resaltan algunos puntos importantes. Primero, los espíritus de la vida venidera de los que podemos esperar algún tipo de influencia en nuestra vida serán los de nuestra familia.
Segundo, al hacer la obra del templo por nuestros seres queridos fallecidos, nos sentiremos más conectados a ellos.
Finalmente, una vida recta es un requisito previo para la bendición espiritual de una mayor sensibilidad de aquellos que están al otro lado del velo.
“Diablos”, “demonios” y “espíritus malignos”
Un tercio de los hijos de nuestro Padre Celestial eligieron seguir a Satanás. Ellos no recibieron un cuerpo ni lo recibirán. Fueron arrojados a la Tierra y trabajan activamente para destruirnos.
A menudo, se les llama “diablos”, “demonios” o “espíritus malignos”.
Estos espíritus malignos viven entre nosotros. Sin embargo, no pueden tener un poder verdadero sobre nosotros a menos que se lo permitamos.
Jesucristo expulsó a muchos demonios durante Su vida.
Doctrina y Convenios 50: 2 nos dice:
“Hay muchos espíritus que son falsos, los cuales se han esparcido por la tierra, engañando al mundo”.
Asimismo, Doctrina y Convenios 129 nos da instrucciones para saber cómo distinguir a un mal espíritu que trata de engañarnos, haciéndose pasar por un ángel de luz.
La Iglesia se opone firmemente a prácticas como el uso de la Guija o la realización de alguna sesión de espiritismo para intentar contactar espíritus. El asunto de los malos espíritus no es un tema que se deba tomar a la ligera.
El élder Bruce R. McConkie en su libro “Mormon Doctrine” compartió sus pensamientos al respecto:
“Es cierto que algunos médiums se ponen en contacto con los espíritus durante sesiones espiritistas.
“Sin embargo, en la mayoría de los casos, probablemente, los espíritus que se manifiestan son los demonios o diablos que fueron arrojados del cielo por rebelarse.
“Los espíritus justos no sienten más que desdén y pena por los intentos de los médiums de hacer contacto con ellos”.
Ser poseído por un espíritu maligno, se considera una verdadera experiencia hasta el día de hoy.
Sin embargo, todos los que temen a este tipo de encuentros pueden encontrar consuelo y seguridad en Jesucristo. Ningún espíritu maligno puede tener poder sobre ti a menos que cedas a las tentaciones y mentiras del enemigo.
Si bien no se pueden encontrar pautas oficiales en los manuales de la Iglesia sobre cómo lidiar con los espíritus inmundos, las Escrituras nos enseñan a usar la autoridad y el poder del nombre de Jesucristo para echar fuera de nosotros cualquier influencia maligna.
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Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Aleah Ingram y fue publicado en ldsdaily.com con el título “Do Latter-day Saints Believe in Ghosts?”