Sabemos que después de morir vamos a un lugar llamado “mundo de los espíritus”.
Ahí se encuentran todo tipo de personas, algunas que cometieron errores y viven en angustia; otras que se esforzaron por hacer el bien y viven en felicidad; y también están aquellas personas que se arrepintieron o nunca tuvieron la oportunidad de conocer el evangelio y se están preparando para recibirlo en sus corazones.
A continuación, compartiré un poderoso testimonio sobre la realidad e importancia del mundo de los espíritus. ¡Veamos!
“Feramorz L. Young [hijo de Brigham Young]… sirvió en una misión en México, lugar donde lamentablemente murió, y fue enterrado en el Golfo de México.
Siempre me extrañó que nos arrebataran a un muchacho con toda la educación y éxito [de Feramorz]…
Pensaba que, con toda la fe, el conocimiento y la instrucción que [Feramorz] recibió, era una lástima que su vida acabara mientras se encontraba sirviendo al Señor.
Uno de mis amigos más cercanos y queridos de la infancia fue Horace G. Whitney.
Después de la muerte de Fera, Horace soñó que tuvo una conversación con él. Horace le preguntó qué estaba haciendo y recibió esta respuesta:
‘Estoy aquí trabajando, Horace, con los jóvenes desobedientes de la Iglesia, que se están alejando del camino, y estoy tratando de volver sus corazones a la verdad.
Este es mi llamamiento y es de mucha mayor importancia de lo que habría sido para mí si me quedaba en la Tierra. Tengo una gran influencia en ellos’.
…No creo que alguna vez en su vida, Fera Young se hubiera involucrado en alguna conversación inapropiada. Si alguien hubiera contado una historia semejante en su presencia, se hubiera disculpado y luego, retirado.
Tampoco nunca lo escuché decir alguna mala palabra.
Si alguna vez hubo un joven limpio, dulce y absolutamente puro sobre la tierra, ese fue [Fera].
Cuando murió, su madre dijo que no podía recordar ninguna palabra, pensamiento o acto de la vida de su hijo que le causara el menor dolor o inquietud…
¿Cuál es el resultado de la providencia del Señor?
Una mujer se acercó a la hermana Young, la madre de Feramorz, con fotografías de una de sus amigas más cercanas y queridas, una mujer muy hermosa, y dijo:
‘Sra. Young, aun no me creo nada de lo que le voy a decir. Pero, esta amiga mía era una de las jóvenes más nobles, maravillosas y selectas que jamás haya existido.
Ella se ha acercado a mí, en esta ciudad de Salt Lake, en tres diferentes oportunidades, durante la noche, a través de sueños, y me ha dado esta información: la fecha de su nacimiento y la fecha de su muerte.
Ella dijo que todo eso era necesario para su registro en el templo.
Asimismo, ella me dijo que su hijo, Feramorz L. Young, la ayudó a convertirse y que además de eso, le propuso matrimonio.
[Me dijo], ‘Quiero que busques a la Sra. Young y le entregues esta información y des fe de mi honestidad, virtud, integridad y vida recta, y que le pidas que haga la obra [del templo] por mí y me case por la eternidad con su hijo, Feramorz L. Young’.
Esta mujer que visitó a la Sra. Young agregó:
‘Aún no creo lo que voy a decir, pero la última vez que esta amiga me visitó, que fue la tercera vez, dijo: ‘No hay nadie en Salt Lake City que me conozca y pueda dar fe de mí, excepto tú. Tú eres la única persona que conozco en Salt Lake City’.
Luego, expresó:
‘Puedo proporcionarle cualquier referencia que desee sobre mi carácter, el lugar donde viví anteriormente. Pero, la última vez que esta amiga vino a verme, me dijo: ‘Es mejor que vayas con la Sra. Young y le des esta información porque voy a volver hasta que lo hagas’.
La mujer continuó: ‘’No deseo que regrese, es muy extraño y aún no creo en nada de esto’.
Esta hermosa joven fue sellada al hermano Young y estoy convencido de que mi querido amigo no perdió nada al morir en su juventud”’. (“Manifestaciones reconfortantes: Extractos del sermón fúnebre pronunciado por el presidente Heber J. Grant”, publicado en Improvement Era, febrero de 1931)
Esta es una traducción del artículo que fue publicado originalmente en Meridian Magazine y fue escrito por Ted Gibbons con el título “Lessons from the Restoration: A Powerful Witness of the Reality of the Spirit World“.