Juicios de brujas, disturbios del pueblo y la visita de José Smith a Salem

Para los Santos de los Últimos Días, la revelación que ahora comprende Doctrina y Convenios 111 encierra un poco de misterio y mística. Documenta un viaje a Salem, Massachusetts, y trata sobre la plata y el oro de la ciudad.

Al pequeño grupo de líderes, conformado por José Smith, Hyrum Smith, Sidney Rigdon y Oliver Cowdery, se les prometió que descubrirían “más tesoros… en esta ciudad”.

¿Cuáles eran estos tesoros, sino era dinero para ayudar a pagar las deudas financieras de la Iglesia, que era el propósito original del viaje?

El historiador Craig J. Ostler cree que la peculiar historia de Salem ayudó a José y a los otros hombres a comprender los principios fundamentales del amor y la tolerancia como líderes religiosos.

“Las lecciones de justicia, igualdad, imparcialidad, tolerancia e inclusión, tan importantes para la Iglesia restaurada en ciernes, quedaron grabadas en la mente de sus líderes durante su estadía en Salem”, dijo Ostler.

Esto se hace evidente en la reacción de los hombres ante los eventos infames de Salem y sus alrededores mientras “[inquirían] diligentemente en lo que concernía a los habitantes y a los fundadores más antiguos de esta ciudad”, según les indicó la revelación.

Los juicios de las brujas de Salem

Los juicios de las brujas de Salem se dieron entre 1692 y 1693. En ese entonces, la histeria masiva hizo que los puritanos locales se acusaran unos a otros de brujería. Eso provocó múltiples muertes.

Oliver Cowdery escribió extensamente sobre los juicios de las brujas de Salem en una carta que enviaría a casa y, luego, se publicaría para los Santos.

“Este asunto de las brujas comenzó en 1691 y se llevó a cabo con tanta eficacia durante unos dos años que la sangre inocente de cientos humedeció la tierra para satisfacer la vil ambición de los mortales celosos.

Vi la colina, inmediatamente al noroeste de la ciudad, en la que solían colgar a la gente, en tiempos antiguos cuando eran muy estrictos, por el presunto delito de brujería.

Este lugar todavía lleva el nombre de ‘colina de las brujas’. Además, se puede contemplar esta antigua ciudad como un monumento erigido para recordar a generaciones posteriores a la locura de sus padres”, escribió.

Disturbio en el convento católico de las ursulinas

En 1834, solo dos años antes de la visita de José y los demás, una turba protestante incendió un convento católico de las ursulinas cerca de lo que ahora es Somerville, Massachusetts.

La turba se formó después de que comenzara a extenderse una historia falsa sobre una monja que fue retenida contra su voluntad y torturada en el convento.

El sentimiento anticatólico estaba llegando a un punto álgido y estallaron disturbios varias veces. Finalmente, eso provocó que las monjas y los jóvenes estudiantes se escondieran en los jardines cuando se incendió el convento.

El convento se ubicaba a 40 kilómetros de Salem y se encontraba en ruinas cuando los hombres lo visitaron. Oliver Cowdery escribió:

Oliver Cowdery

“Fue una persecución religiosa – una persecución escandalosa, vergonzosa y religiosa. Una o más sociedades religiosas se levantaron una contra otra. 

¿Esta es una religión? La buena gente de aquí, siendo muy tenaz en el derecho, así como en la tradición de sus antepasados, pensó en hacer un servicio a Dios al quemar un convento católico porque la religión católica era diferente a la suya. 

El Autor de mi existencia conoce el dolor de mi corazón al pensar que nuestro país ha llegado a esto, que los débiles deben ser pisoteados por los fuertes, y el desorden, la confusión y el terror, deben distraer nuestra tierra y sembrar las semillas discordantes de luchas y animosidad partidistas en los corazones de hombres ignorantes, guiados por sacerdotes encaprichados, para abrumar el continente con sangre y esparcir destrucción y devastación por todo nuestro feliz asilo, y exponernos al fuego, la espada y la muerte”.

José Smith también escribió sobre la experiencia:

“Bien dijo el Salvador acerca de tales cosas, ‘por sus frutos los conoceréis’. 

Si la turba malvada que destruyó el convento de Charleston, y los espectadores religiosos serenos y calculadores, que inspiraron sus corazones con hechos de infamia, no se levantan, reparan el mal y restauran a los heridos cuatro veces, ellos a su vez, recibirán la medida que hayan dado hasta que se satisfaga la justa indignación de un Dios justo. 

¿Cuándo dejará el hombre de luchar contra el hombre y le quitará el derecho sagrado de adorar a su Dios según lo dicte su conciencia? 

Santo Padre, apresure el día”.

Más tesoros que uno

José Smith

José Smith por William Whitaker.

Después de revisar estos relatos, Ostler resumió:

“Evidentemente, el Señor esperaba advertir y educar a los primeros líderes de Su Iglesia sobre la tendencia de algunos en las sociedades religiosas a establecer su propia justicia mediante una cruzada excesiva contra los males reales y supuestos entre ellos”.

Fuente: LDS Daily

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