En esta dispensación, el Señor ha establecido la ley del diezmo como la ley financiera de Su Iglesia.
Sin ella no podríamos llevar a cabo los propósitos eternos del Señor. Asimismo, es una ley mediante la cual mostramos nuestra lealtad al Señor y demostramos ser dignos de privilegios, ordenanzas y bendiciones.
Además de lo mencionado, estas son 9 cosas que debes saber sobre el diezmo:
1. El diezmo es el 10% de tus ingresos
Cuando se restauró la Iglesia, el Señor dijo:
“Y esto será el principio del diezmo de mi pueblo. Y… todos aquellos que hayan entregado este diezmo pagarán la décima parte de todo su interés anualmente; y esta les será por ley fija para siempre, para mi santo sacerdocio, dice el Señor” . (Doctrina y Convenios 119:3-4)
En este pasaje aprendemos que el Señor requiere como diezmo de “su pueblo” una décima parte de sus ingresos. Por eso, pagamos el 10% de lo que recibimos por trabajar.
El empleado y el empresario separan el 10% de su salario.
El Señor no requiere más del 10% ni menos. Es una ley justa: los ricos y los pobres pagan el 10%.
2. La importancia de ser un diezmador íntegro
Al Señor no le importa qué tan grande sea tu diezmo.
Así des un millón o diez centavos de diezmo, ¡no hay diferencia! Lo que importa es que sigas la ley del diezmo con integridad, verdadera intención y gratitud.
En el Nuevo Testamento, Jesús enseñó que una viuda pobre, pero fiel dio dos monedas y eso fue más significativo para Él que lo que dieron otros judíos ricos, pero orgullosos (Lucas 21:2-4).
“El diezmo es la gran ley equitativa, ya que no importa cuán ricos o pobres seamos, todos pagamos la misma décima parte de nuestro interés anualmente (véase Doctrina y Convenios 119:4) y todos recibimos bendiciones tan grandes ‘hasta que sobreabunden’ (Malaquías 3:10)”. – Robert D. Hales
3. El diezmo no es una ofrenda
En una ofrenda damos lo que queremos y podemos. Por ejemplo, podemos donar el dinero que ahorramos de las comidas que nos saltamos durante el ayuno, eso se llama “ofrenda de ayuno”.
Asimismo, podemos contribuir al fondo misional, la construcción de templos, ayuda humanitaria, etc.
Todas estas donaciones no reemplazan el diezmo. El dinero del diezmo y de las ofrendas son cosas diferentes.
4. El obispo puede responder tus dudas sobre el diezmo
Como juez de Israel y sumo sacerdote presidente de un barrio, el obispo tiene el derecho y el deber de cuidar y presidir la recolección de los diezmos. El obispo trabaja de la mano de consejeros y secretarios.
Si deseas pagar el diezmo, puedes entregarlo discretamente a través de un sobre al obispo o por una cuenta de banco.
Cada año, el obispo realiza una entrevista de ajuste de diezmos con todos los miembros que tienen ingresos. Esta entrevista es una oportunidad para aprender más y rendir cuentas a un siervo de Dios.
5. El diezmo es una ley antigua
De hecho, la ley del diezmo es muy antigua. Por ejemplo, Abraham pagó diezmos de todo lo que poseía (Abraham 14:20).
Malaquías habla de esta ley y advierte al pueblo del Antiguo Testamento que la obedezca (Malaquías 3:9-10).
6. El diezmo abre la puerta a bendiciones especiales
“La razón por la que Dios nos da mandamientos es para bendecirnos. Él quiere concedernos la vida eterna, el mayor de todos Sus dones (véase Doctrina y Convenios 14:7).
A fin de recibir el don de vivir con Él para siempre como familias en el reino celestial, tenemos que ser capaces de vivir las leyes de ese reino (véase Doctrina y Convenios 88:22).
Él nos ha dado mandamientos en esta vida para ayudarnos a desarrollar esa habilidad.
La ley del diezmo es uno de esos mandamientos preparatorios.
La ley requiere que demos al Señor la décima parte de todos nuestros ingresos, y es tan sencilla que hasta un niño la puede entender. He visto a niños entregar al obispo el sobre de los diezmos con la décima parte de las monedas que habían ganado.
Una de las bendiciones que se reciben al pagar un diezmo íntegro es la fe para vivir una ley aún más elevada.
Cuando pagamos nuestro diezmo a la Iglesia, nuestro Padre Celestial derrama bendiciones sobre nosotros. Todo aquel que siempre haya pagado un diezmo íntegro sabe que eso es verdad.
Las bendiciones a veces son espirituales y otras veces temporales. Se dan en el tiempo del Señor y de acuerdo con lo que Él sabe que es mejor para nosotros…
Una de las grandes bendiciones del diezmo es la confianza en lo que nos depara el futuro. Sean cuales fueren nuestras circunstancias, las cosas resultarán para nuestro bien. Al cumplir nuestras promesas, Él cumplirá las Suyas.
El sentimiento de paz es una de las grandes bendiciones de pagar un diezmo íntegro.
Quienes han cumplido con el mandamiento del diezmo pueden testificar que la bendición de la paz es real y valiosa”. – Henry B. Eyring, “Las bendiciones del diezmo”.
7. El diezmo es un asunto personal
En otras palabras, el diezmo es un asunto entre tú, el obispo y el Padre Celestial.
La Iglesia no recauda diezmos durante las reuniones, ni divulga la lista de los que pagan el diezmo, ni hace ninguna demostración pública al respecto.
El diezmo se enseña al igual que otros mandamiento, tales como el ayuno, la oración, la ley de castidad, etc.
No se presta especial atención a un mandamiento en particular, ya que todos son relevantes.
Los informes internos de la Iglesia, a los que tienen acceso los líderes, no se centran en la cantidad de diezmos de los miembros.
8. Los fondos que se recaudan a través del diezmo se utilizan en la obra del Señor
“Los miembros de la Iglesia entregan sus donativos de los diezmos a los líderes locales, quienes los transfieren directamente a las Oficinas Generales de la Iglesia donde un consejo determina las formas específicas de usar estos fondos sagrados.
Este consejo se compone de la Primera Presidencia, el Cuórum de los Doce Apóstoles y el Obispado Presidente, quienes, actuando de conformidad con la revelación, toman decisiones basadas en la guía recibida del Señor (véase Doctrina y Convenios 120:1).
Los fondos de los diezmos siempre se emplean para los propósitos del Señor: construir y mantener templos y centros de reuniones, apoyar la obra misional, educar a los miembros de la Iglesia y efectuar la obra del Señor en el mundo entero” (Diezmo, Temas del Evangelio).
9. El diezmo no es la única ley financiera del Señor
Cuando el pueblo está listo, Dios da una ley mayor que el diezmo: la ley de consagración.
“El principio básico y la razón de ser de la ley de consagración ‘es que todo lo que tenemos pertenece al Señor; por lo tanto, el Señor puede exigirnos cualquier propiedad que tengamos, porque le pertenece”. (Presidente Marion G. Romney, “Vivir los principios de la ley de consagración”, Liahona, septiembre de 1979).
La ley de consagración no está vigente hoy para los miembros de la Iglesia. Sin embargo, si los miembros guardan la ley del diezmo, estarán preparados para esta ley mayor, que es la ley del reino celestial.
*Imagen de portada: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Esta es una traducción de un artículo que fue escrito originalmente por Lucas Guerrero y fue publicado en Mais Fe con el título “9 Coisas que Você Deveria Saber sobre a Lei do Dízimo”.