La historia detrás del misionero que no dejó que el COVID y el asma lo alejaran de la misión

misionero

Cuando el presidente general de los Hombres Jóvenes, Steven J. Lund, escuchó la historia sobre un jugador de baloncesto de BYU que quería seguir sirviendo en el campo misional en las oficinas centrales de la Iglesia, supo que tenía que conocerlo y saber más sobre él.

Así fue que el presidente Lund se reunió recientemente con aquel misionero, Trey Stewart, en la cancha de baloncesto de BYU en el Marriott Center. 

El presidente Lund publicó un video de su conversación con él en Facebook en cuenta personal.

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“He escuchado tu historia y he quedado muy conmovido”, expresó el presidente Lund en el video.

Antes de jugar para BYU, Trey Stwart recibió su llamamiento para la misión Inglaterra, Leeds, pero nueve meses después, cuando la pandemia de COVID se expandió por el mundo, su asma lo calificó como una persona de alto riesgo.

Mientras muchos permanecieron en sus misiones, él tuvo que regresar a casa.

Trey compartió:

“Estar en el vuelo de regreso [a casa] fue bastante difícil, porque me regresaron retirándome del momento más feliz que haya tenido en la vida…

La mayor alegría que sentí fue cuando estuve en Inglaterra… que me regresaran a casa fue como que me arrancaran el corazón”.

Sus familiares y amigos le dijeron que debía aceptar que su misión había acabado y que debía seguir adelante. Pero eso era algo que no podía hacer, así que habló con su presidente de estaca.

Según el presidente Lund:

“Él dijo: “¿Podrías asegurarte [de que pueda ir a la misión]? Porque si hay alguna manera de que pueda volver a salir y terminar mi misión, estoy totalmente listo””.

El presidente de estaca verificó dos veces con las Oficinas Generales de la Iglesia. Trey compartió que “afortunadamente, [su] presidente de estaca hizo todo lo posible por él”.

Poco después, recibió un nuevo llamamiento misional en la bandeja de entrada de su correo electrónico. Fue llamado a completar su servicio en la Misión Washington, Kennewick.

Stewart compartió para LDS Living:

“Me entristeció mucho regresar a casa porque Inglaterra era increíble. Sin embargo, mis bisabuelos vivieron [en Washington].

[Mi bisabuelo] estuvo en una estaca durante 21 años y ayudó a establecer la Iglesia en este lugar. Ahora estoy sirviendo en el área donde él vivió y sirvió”.

En su tiempo en Washington, Stewart combinó su amor por el baloncesto con sus esfuerzos de proselitismo.

Los misioneros pueden usar las redes sociales bajo la dirección de sus presidentes de misión, por lo que Trey Stewart utilizó Instagram y Facebook para compartir versículos de las Escrituras y sus geniales movimientos de baloncesto en videos cortos publicados en una cuenta llamada “Scripture Splash”, que está dirigida por su misión.

En un video, Trey Stewart lleva una camiseta de BYU y su placa misional, estando de pie frente a un aro de baloncesto en un salón cultural de la Iglesia. 

Él comparte el versículo en Alma 26:12: “No me jacto de mi propia fuerza ni en mi propia sabiduría, mas he aquí, mi gozo es completo; sí, mi corazón rebosa de gozo, y me regocijaré en mi Dios”, para luego impulsarse y realizar un clavado en el arco, encestando la pelota con habilidad.

El presidente Lund expresó que la elección de Trey Stewart de regresar a la misión no es necesariamente la adecuada para todos los misioneros que regresaron a casa antes del tiempo acostumbrado.

En su reunión con Trey, Lund le preguntó:

“[Con] todo el futuro que tienes… [y] con un contrato a la mano para jugar baloncesto para BYU, podrías haber pasado los siguientes nueve meses o dos años de diferentes maneras… ¿Crees que fue la decisión correcta?”

Stewart, recientemente llegado de su misión, respondió sin dudarlo: “Sí”. 

Después de su experiencia, el compartió que es “más decidido, [que] tiene un testimonio más fuerte de [su] Salvador y [que sabe] quién es” y que es algo que “no cambiaría por nada en el mundo”.

Fuente: ldsliving.com

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