10 razones por las que deberías ser un Santo de los Últimos Días
La mayoría de las personas sabe que soy miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Algunos nos dicen “mormones” porque leemos El Libro de Mormón junto con la Biblia. Sin embargo ese nombre no es el correcto.
Pero la razón principal por la que escribo este artículo es porque ME ENCANTA ser miembro de la Iglesia de Jesucristo, ¡y quiero que sepas la razón! Así que aquí te comparto 10 razones por las que TÚ también deberías ser un Santo de los Últimos Días.
Nota: Este artículo está destinado a compartir creencias e invitar a las personas a obtener más información sobre la Iglesia.
1. Jesucristo es el centro de nuestra fe
Muchas personas creen que no adoramos a Jesucristo, pero sí lo hacemos. Su nombre se encuentra en el nombre de la Iglesia.
Creemos en el mismo Jesucristo en el que creen otras religiones cristianas. Él es el Hijo de Dios, dio Su vida por nosotros y tomó sobre Sí nuestros pecados.
2. Dios todavía se comunica con el mundo a través de un profeta
¿Recuerdas en la Biblia cuando Dios llamó a los profetas? ¿Adivina qué? ¡Él sigue llamando profetas!
En la actualidad, hay un profeta viviente llamado Russell M. Nelson, y también hay 12 apóstoles. José Smith fue el primer profeta moderno que fue llamado por Dios para restaurar la Iglesia de Jesucristo en la tierra.
La única forma de saber que hay un profeta de Dios es escuchando lo que tiene que decir para luego orar y preguntarle a Dios si es verdad. Te prometo que recibirás una respuesta.
3. El Libro de Mormón es OTRA evidencia de Cristo
En un mundo de personas con poco o casi nada de fe en Jesucristo, es una gran bendición tener otro testamento de Jesucristo, un libro semejante a la Biblia.
El Libro de Mormón es el segundo testimonio que muestra que Jesús es el Cristo, y ambos pueden leerse uno al lado del otro para aprender más acerca de quién es y cómo podemos llegar a ser como Él.
Además, es fácil de entender porque no ha sido traducido por diferentes fuentes y periodos de tiempo. Tuvo solo una traducción directa del original a la versión que tenemos actualmente.
4. No tenemos un clero pagado
La mayoría de las religiones tiene un obispo o pastor que recibe una remuneración, y eso es incluso una carrera de vida para ellos. Pero de nuestros más de 16 millones de miembros en todo el mundo, desde el profeta hasta los obispos y los miembros, A NADIE se le paga por su servicio en la Iglesia.
Es debido a nuestra fe en Cristo y el orden que Dios ha usado para crear Su Iglesia que todos estamos dispuestos a dedicar gran parte de nuestro tiempo a ella.
También seguimos el mandamiento del diezmo, donde el 10% de nuestros ingresos se destina a la edificación de Iglesias y templos, alimentar a los pobres, socorrer al necesitado y a otras organizaciones humanitarias. Además, la Iglesia es exactamente igual en todas partes del mundo.
También hay trabajos asociados con los medios de comunicación de la Iglesia y demás, pero estos no son llamamientos.
5. ¡Tenemos misioneros!
Actualmente hay alrededor de 54,000 misioneros en todo el mundo en 399 misiones. Ninguno es pagado, todo es voluntario. Los misioneros tampoco pueden elegir el destino de su misión (el profeta y los apóstoles hacen eso) y prestan servicio de 18 meses, para las mujeres, y 2 años para los varones.
Los que desean servir incluso tienen que ahorrar para la misión ¿Por qué lo hacen? Porque saben que esta es la verdadera Iglesia de Jesucristo y que traerá más felicidad y paz a la vida de las personas de lo que podrían imaginar.
6. Sabemos que la muerte NO separa a las familias
Dios nos puso en esta tierra en familias para que podamos aprender y crecer juntos. Todos tenemos la necesidad de una unidad familiar para aprender a evitar los males de este mundo y volvernos más fuertes.
Satanás ataca constantemente a la familia porque es lo más importante en nuestras vidas. Pero, ¿nos pondría Dios en familias solo para separarlas con la muerte?
¡Por supuesto que no!
Por eso cuando los Santos de los Últimos Días nos casamos en los templos del Señor, no es hasta que la muerte nos separe, sino que es por todo el tiempo y la eternidad.
7. ¡Tenemos templos!
Probablemente hayas visto un templo en una foto o en la vida real, pero no son solo castillos o edificios que se ven bonitos.
En la antigüedad, Dios mandó a Su pueblo que construyera templos para realizar ordenanzas sagradas como el matrimonio, algo que mencioné en el punto anterior.
Con la restauración de Su Iglesia mediante el profeta José Smith, la edificación de templos volvió a ser un mandamiento. A parte de ser hermosos, son la Casa del Señor sobre la tierra. Puedes sentir paz en ese lugar incluso caminando por los jardines.
8. Tenemos la autoridad de Dios
Nadie puede ponerse de pie y decir que posee la autoridad de Dios para iniciar una Iglesia. Eso es lo que pensaban las personas en los días posteriores a la muerte de Cristo y Sus apóstoles.
Se formaron muchas Iglesias porque la gente pensó que podían crear una Iglesia con las cosas que querían. Muchos tenían buenas intenciones.
Pero la autoridad que fue dada por Dios para bautizar, predicar el evangelio y poseer todas las llaves para dirigir Su Iglesia en la tierra fue traída y restaurada por medio de un profeta, tal como fue en el pasado.
9. No somos perfectos, pero tenemos los mismos objetivos
Muchas personas piensan que los miembros de nuestra fe son clones que se creen perfectos y que tienen mucho dinero. Sin embargo, lo cierto es que nadie es perfecto y como todo en el mundo, venimos de diferentes orígenes, estratos sociales, etnias y razas.
Puede que no siempre sigamos nuestra fe a la perfección y cometamos errores, pero la mayoría de nosotros compartimos un mismo objetivo: tratar de seguir el ejemplo de nuestro Salvador y estar unidos como familias por toda la eternidad.
10. ¡Podemos ser felices para siempre!
De ninguna manera voy a decir que ser un Santo de los Últimos Días significa que no tendrás desafíos. Eso es FALSO.
Pero, muchos de nosotros podemos afrontar nuestros desafíos y luchas con más facilidad gracias al conocimiento que tenemos.
La felicidad es mucho más abundante cuando seguimos las enseñanzas de Jesucristo y tratamos de ser mejores cada día.
Las personas a menudo me preguntan cómo puedo ser tan feliz todo el tiempo, y es porque sé de dónde vengo, porqué estoy aquí y hacia dónde voy.
Entonces, ¿listo para ser miembro de la Iglesia de Jesucristo? Bueno, tal vez todavía no, pero puedes saber por ti mismo si todas estas cosas que he mencionado son ciertas aprendiendo y orando.
Puedes incluso solicitar una COPIA GRATUITA del Libro de Mormón, o mejor aún, invitar a los misioneros a compartir más contigo. Si eso te parece demasiado, puedes conversar con nosotros. No te arrepentirás.
Fuente: Ldsliving