Recientemente, Jan E. Newman, segundo consejero de la presidencia general de la Escuela Dominical, compartió una experiencia única al visitar el Centro de Capacitación Misional (CCM) de Provo, Utah.
Mediante una publicación en Facebook, él compartió lo siguiente:
“Mientras cenaba con el presidente del CCM, ¡la electricidad se fue inesperadamente!”.
El hermano Newman se estaba preparando para un devocional con los misioneros después de la cena. Sin embargo, debido a la falta de electricidad en el lugar, ninguno de los micrófonos o luces funcionaban.
Mientras esperaban que la energía volviera, el hermano Newman y la presidencia del CCM pensaron llevar a cabo el devocional.
Gracias a una oración de corazón para que se restableciera la electricidad, el hermano Newman pudo sentir la fuerza de cientos misioneros que pedían al Padre Celestial de la misma forma y al mismo momento. Entonces entraron al auditorio.
En medio de la oscuridad del auditorio, los misioneros iniciaron con un conmovedor himno “Yo sé que vive mi Señor”.
El hermano Newman describió este momento como:
“¡Su canto fue simplemente increíble! ¡Qué coro angelical! Justo cuando cantaban los últimos versos, las luces comenzaron a encenderse. En cuestión de minutos, se restauró la potencia total, y pude dirigirme a los misioneros. ¡Qué milagro tan maravilloso!”
Dios siempre responde a nuestras oraciones, no siempre como lo esperamos, pero siempre lo hace, incluso en tiempos de oscuridad, el Señor siempre puede ser nuestra luz.
Fuente: LDS Living