Hoy nuestros hogares se convirtieron en sagrados al realizar el grito de Hosanna
Sé que han sido días difíciles para cada uno de nosotros al enfrentar esta pandemia que nos ha causado angustia y desanimo, pero sé que también esperábamos ansiosos esta Conferencia General para recibir respuestas, consuelo, calma y esperanza.
Pero lo que nunca imaginamos es cómo esta adversidad se convirtió en una hermosa bendición desde que el presidente Nelson anunció que la sesión del domingo por la mañana sería una Asamblea Solemne y daríamos el grito de Hosanna.
Para los que hemos tenido el privilegio de participar de esta sagrado momento en alguna dedicación de un santo templo, sabemos que esta ceremonia es una de las más especiales y memorables. Probablemente, al igual que yo han deseado que esta experiencia la pudieran disfrutar sus seres queridos y muchos más miembros y este deseo se cumplió hoy.
El sagrado momento que acabamos de vivir en nuestros hogares
El Señor en toda su misericordia y amor ha permitido que este domingo 5 de abril, domingo de ramos, quede grabado en nuestra memoria y corazón como el día en que nuestros hogares se convirtieron en los lugares más sagrados del mundo.
Millones de familias y personas en el mundo se pusieron de pie con sus pañuelos blancos, algunos improvisados pero de igual valor, y los agitamos para decir con toda la reverencia posible:
“¡HOSANNA A DIOS Y AL CORDERO! AMÉN, AMÉN, AMÉN para después todos cantar entre lágrimas ‘El espíritu de Dios’”.
Literalmente el Espíritu de Dios se derramó sobre nuestras casas, las cuales en estos últimos Días son nuestros refugios temporales y espirituales.
Me imagino a esas familias y a aquellas personas que están solas recibiendo la confirmación de que esta es La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y que está dirigida por el mismo Jesucristo a través de Su profeta.
Mi consejo: compartan sus impresiones entre los miembros de la familia y regístrenlas. Este día quedará para la historia del mundo y de nuestras familias como el comienzo de una vida más centrada en Cristo.
Si te gustaría compartir tu experiencia con nosotros, te invitamos a hacerlo en los comentarios.
