La conmovedora lección de Brigham Young a su hija Susie
En el último volumen de Santos, una narración de la historia de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, se encuentran relatos no muy conocidos de inspiración y verdad.
Una de estas pequeñas historias nos da un vistazo más de cerca a la vida de Brigham Young y su hija, Susie Young Gates. Susie se convirtió en defensora de los derechos de la mujer y en una escritora prolífica.
Lee a continuación el extracto de Santos, Volumen II, Ninguna mano impía:
Los miembros de la Iglesia acababan de publicar un libro en Nueva York llamado “The Women of Mormondom” (“Las mujeres del mormonismo”), cuyo objetivo era responder a la representación de las mujeres Santos de los Últimos Días en los libros y los discursos de Fanny Stenhouse, Ann Eliza Young y otros críticos de la Iglesia.
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El libro “Las mujeres del mormonismo” contenía el testimonio de varias mujeres prominentes en la Iglesia y presentaba sus experiencias de manera positiva.
Con la finalidad de ayudar a promover el libro, Susie quiso participar en una gira nacional de conferencias. Susie siempre anheló convertirse en una gran escritora y oradora, y deseaba viajar por el país y hablar en público.
Brigham apoyó el viaje de Susie, pero quería que lo hiciera por las razones correctas.
Sabía que ella era ambiciosa y siempre había buscado apoyarla en desarrollar sus talentos. Por ello, la envió a estudiar con algunos de los mejores maestros del territorio. Sin embargo, no quería que ella buscara el reconocimiento del mundo a expensas de su familia.
“Si tuvieras que convertirte en la mujer más importante del mundo, pero descuidaras tus deberes como esposa y madre, te despertarías en la mañana de la Primera Resurrección y descubrirías que has fallado en todo”, le dijo Brigham Young a su hija.
Como de costumbre, su padre fue muy transparente con lo que pensaba. Sin embargo, Susie no tomó eso como un regaño. Brigham Young era una persona gentil y empática, parecía como si pudiera ver el alma de su hija.
“Todo lo que hagas después de haber satisfecho los justos deseos de tu hogar y tu familia, será una bendición para ti y será para el honor y la gloria de Dios”, le dijo.
“Quisiera saber que el Evangelio es verdadero”, admitió Susie mientras continuaba su conversación con su padre. Susie quería saber, en el fondo de su alma, al igual que sus padres, que el Evangelio era verdadero.
“Sólo hay una forma en la que puedes obtener un testimonio de la verdad, hija”, respondió Brigham, “y es la forma en que yo obtuve mi testimonio y la forma en que tu madre obtuvo el suyo. Arrodíllate ante el Señor, ora, y Él te oirá y responderá”.
Un escalofrío recorrió el cuerpo de Susie y supo que su padre estaba diciendo la verdad.
“Si no hubiera sido por la fe, no habría podido progresar”, dijo Brigham Young.
Brigham Young había cerrado su negocio mucho antes de que naciera Susie. Sin embargo, todavía tenía la misma fe que mostró cuando dejó su hogar en Nueva York para estrechar la mano del profeta de Dios en Kirtland.
Antes de que Brigham Young muriera, Susie quiso que él supiera cuánto lo amaba.
“Me siento orgullosa y agradecida de que se me haya permitido venir a la Tierra como tu hija”, dijo.
Esperamos que te haya gustado este relato y recuerda: “Si pones a Dios en primer lugar, lo demás vendrá por añadidura”.
Lee más historias como esa en Santos, Volumen II, Ninguna mano impía.
Fuente: LDS Daily