3 cosas que el Libro de Mormón nos enseña sobre lidiar con la ansiedad

La palabra “ansiedad” se menciona solo ocho veces en el Libro de Mormón. Cuatro de estas veces, el profeta Jacob utilizó dicha palabra.

En una cierta parte del Libro de Mormón, Jacob parece indicar que tiene una ansiedad excesiva, dice:

“He aquí, amados hermanos míos, os aclararé este misterio, a no ser que de algún modo se debilite mi firmeza en el Espíritu, y tropiece por motivo de mi gran ansiedad por vosotros”. (Jacob 4:18)

Al recordar su vida, tiene sentido que probablemente experimentara ansiedad.

Nació en el desierto, nunca conoció las comodidades ni la fidelidad de Jerusalén.

Imagen: LDS.org Media Library

Fue testigo de peleas entre sus hermanos mayores, que iban desde pequeñas escaramuzas hasta intentos de homicidio.

La inestabilidad externa tiñó su vida, lo que seguramente afectó su desarrollo emocional.

Sin embargo, aparentemente, Jacob aprendió habilidades y estrategias para hacer frente a sus circunstancias y obtener estabilidad interna.

¡Veamos 3 cosas que Jacob aprendió para enfrentar la ansiedad!

Asumir las responsabilidades

Desarrollo profesional. Foto: Canva

Jacob 1: 19:

“Y magnificamos nuestro oficio ante el Señor, tomando sobre nosotros la responsabilidad, trayendo sobre nuestra propia cabeza los pecados del pueblo si no le enseñábamos la palabra de Dios con toda diligencia; para que, trabajando con todas nuestras fuerzas, su sangre no manchara nuestros vestidos; de otro modo, su sangre caería sobre nuestros vestidos, y no seríamos hallados sin mancha en el postrer día”.

Jacob, como líder espiritual de su pueblo, no era responsable de sus pecados individuales. Sin embargo, él era responsable de hacer su parte, lo mejor que pudiera, o sería culpable del descuido de su deber.

Jacob centró sus esfuerzos en lo que podía hacer y no dedicó tiempo a cosas que estaban fuera de su control.

Imagen: Canva

Con frecuencia, aquellos que sufren de ansiedad pasan mucho tiempo tratando de controlar cosas que no pueden.

Un adagio común, conocido como la “Oración de la serenidad”, dice lo siguiente:

“Dios, concédenos la serenidad para aceptar las cosas que no podemos cambiar, el valor para cambiar las cosas que podemos cambiar y la sabiduría para reconocer la diferencia”.

Este es un excelente consejo para aquellos que sufren de ansiedad.

Consejo:

Imagen: iStockPhotos

Todos los días tenemos una cantidad fija de energía emocional para enfrentar nuestros desafíos.

Aprender a aplicar esa energía donde es más efectiva es una habilidad importante en el manejo emocional.

A veces hacemos las cosas al revés, tratamos de cambiar las cosas que no podemos y descuidamos las cosas que podemos cambiar.

El manejo de la ansiedad comienza con cada uno de nosotros asumiendo la responsabilidad de nuestra propia situación.

Podemos analizar nuestras circunstancias, determinar qué cambios necesitamos hacer en nosotros mismos para disminuir el miedo y comenzar a aplicar nuestros esfuerzos allí.

Hacer cosas difíciles

desafíos felicidad

Fuente: Canva

Jacob 2: 10:

“Mas a pesar de la magnitud de la tarea, debo obrar según los estrictos mandamientos de Dios, y hablaros concerniente a vuestras iniquidades y abominaciones, en presencia de los puros de corazón y los de corazón quebrantado, y bajo la mirada del ojo penetrante del Dios Omnipotente”.

El pueblo de Jacob había comenzado a volverse más egoísta, descuidó a los pobres para que pudieran enriquecer su propio estilo de vida.

Pero, aún peor, muchos de los hombres se habían vuelto inmorales, abandonaron sus convenios y cometieron adulterio y fornicación.

Jacob sabía que esto estaba sucediendo y que tenía la obligación de hablar al respecto con los santos. Pero, él no quería hacer eso.

Imagen: Canva

Si lees los primeros versículos del capítulo 2 de Jacob, verás cómo se sintió obligado a tener esta difícil conversación.

Él dijo que estuvo “agobiado por la ansiedad” y que su alma estuvo “entristecida”. (Jacob 2:3,6).

Sin embargo, como se indica en el versículo 10, procedió con esta tarea tan desafiante porque sabía que era lo correcto.

No sabemos cuál fue el resultado. Sin embargo, estoy seguro de que muchos en esa audiencia ablandaron sus corazones y buscaron el arrepentimiento debido a la voluntad de Jacob de hacer lo difícil.

Consejo:

amor propio felicidad

Foto: Unsplash

La ansiedad prospera en el miedo a lo desconocido.

Con frecuencia, las tareas difíciles plantean preguntas cargadas de temor, como: “¿Qué pasa si fallo?”; “¿Qué pasa si tengo una crisis?”; “¿Qué pasa si otras personas ven que no soy capaz?”

Tales inquietudes pueden llevar a la inacción, al aumento de la ansiedad y a la disminución del progreso.

El manejo eficaz de la ansiedad exige que hagamos cosas que nos resultan difíciles.

Lo que mantiene estancadas a muchas personas es que sienten que deben enfrentar todos los problemas de ansiedad a la vez, lo que sería abrumador para cualquiera.

La buena noticia es que no tenemos que saltar con ambos pies en aguas profundas al principio. Podemos empezar poco a poco.

Acepta tu debilidad

Imagen: Canva

“No obstante, el Señor Dios nos manifiesta nuestra debilidad para que sepamos que es por su gracia y sus grandes condescendencias para con los hijos de los hombres por las que tenemos poder para hacer estas cosas”. (Jacob 4:7)

Jacob sabía que era débil. Reconoció su debilidad y confió en el poder del Señor para obtener fuerza más allá de sus propias capacidades.

Jacob supo lo que Moroni aprendió mucho más tarde cuando estaba compilando el registro nefita.

Moroni temía que las generaciones futuras se burlaran de su forma de escribir, ya que sentía que no era tan buen escritor como orador.

Imagen: Shutterstock

El Señor lo tranquilizó y, luego, le enseñó algo muy importante con respecto a la debilidad.

“Y si los hombres vienen a mí, les mostraré su debilidad. Doy a los hombres debilidad para que sean humildes; y basta mi gracia a todos los hombres que se humillan ante mí; porque si se humillan ante mí, y tienen fe en mí, entonces haré que las cosas débiles sean fuertes para ellos”. (Éter 12:27)

Dios nos da debilidad para que seamos humildes.

A medida que nos volvemos a Él y hacemos nuestra parte, Él nos ayudará a crecer espiritualmente para que nuestra debilidad se convierta en fortaleza.

Consejo:

Imagen: Canva

He trabajado profesionalmente con muchas personas que sufren de ansiedad. A veces, sus síntomas pueden ser extremos.

Pero, incluso peor que sus síntomas de ansiedad, muchos están ansiosos por el hecho de que tienen ansiedad. Sienten que algo anda mal con ellos o que no han sido valientes como los demás.

Tienen ansiedad por una determinada situación, luego piensan: “No debería estar ansioso por esto”, lo que agrega otra capa de preocupación por encima de los miedos existentes.

ansiedad

Imagen: Google

Por una vez, me gustaría invitar formalmente a todos los que sufren de ansiedad a que dejen de preocuparse por el hecho de que tienen ansiedad. Deja ir esa carga adicional.

Libera la fuerza emocional para lidiar con los problemas de ansiedad ya subyacentes.

Está bien tener debilidades. Está bien tener ansiedad. Es nuestra obligación poner de nuestra parte para mejorar. Seamos responsables. Hagamos cosas difíciles. Aceptemos que todos somos débiles, con ansiedad, o sin ansiedad. Averigüemos el camino a seguir y avancemos.

Fuente: LDS Living

Video relacionado

También te puede interesar

Comentarios
Es muy importante las escrituras nos ayuda a fortalecer nuestra fe
Fidel
Muy bueno gracias y sobretodo el videito gracias
Nancy Catacora
muchas gracias Nancy, un abrazo!
Yesenia Mendoza

Deja Tu Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos relacionados

Últimos comentarios

Comparte este artículo

Lo más leido