A medida que el ministerio de José Smith crecía, los primeros miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días comprendieron parte del papel que desempeñaba como profeta.
José también comprendió, creyó y declaró que tenía la compañía y guía de los antiguos profetas y videntes escogidos en la historia del mundo. Argumentó que el mismo Dios que los llamó a ellos, lo había llamado a él. El destino de ellos era ahora el suyo.
José sabía que la obra del Señor podría costarle la vida, pero eso no lo desalentó. Días antes de su asesinato, José Smith les dijo a los que lo seguían:
“No se alarmen, hermanos, porque no pueden hacerles más de lo que los enemigos de la verdad les hicieron a los santos de la antigüedad… Ellos sólo pueden matar el cuerpo”. -Historia de la Iglesia, 6:554-55
Hubo tres personas que registraron los sucesos previos a su muerte. Había una urgencia de mantener registros a pesar de que las circunstancias eran peligrosas. Este esfuerzo diligente por mantener todo registrado nos brinda significativos detalles de los eventos que llevaron al asesinato del profeta.
A medida que se acercaba el día de su muerte, José le dijo a los Santos: “Moriré inocente, y aún se dirá de mí: fue asesinado a sangre fría” (DyC 135:4). La diligencia dada al mandamiento de registrar todo confirma la veracidad de esta declaración.
Aquí te compartimos tres detalles previos al martirio del profeta José Smith que quizás nunca hayas escuchado.
1. La cárcel de Carthage fue un lugar de revelación
El élder Jeffrey R. Holland compartió:
“Pueden tener experiencias sagradas, reveladoras y profundamente instructivas con el Señor durante los momentos más difíciles de su vida, en el peor lugar, en la más dolorosa injusticia y al afrontar la peor dificultad y oposición que hayan tenido”. -Las enseñanzas de la cárcel de Liberty
Eso sucedió con el profeta José Smith mientras se encontraba en la cárcel de Carthage. En la noche del 26 de junio, la última noche que José estaría con vida, soñó que estaba de nuevamente en Kirtland, Ohio, visitando su granja, la granja de la que había sido expulsado abruptamente años atrás.
En el sueño, sus enemigos se acercaron a él mientras estaba dentro del granero lamentándose por el estado de la propiedad. Ellos comenzaron a maldecirlo y exigieron que se fuera.
Luego, el líder de la turba enfurecida continuó “amenazándolo con la destrucción de [su] cuerpo”. Mientras continuaban las amenazas, otros “entraron con prisa hasta casi llenar el granero”. Sacaron sus cuchillos y comenzaron a pelear entre ellos por los derechos de la propiedad (que José todavía poseía legalmente).
Mientras luchaban entre sí y comenzaban a matarse, José salió de entre ellos para librarse de toda esa locura. Este sueño le indicada que sería librado de sus enemigos, presagiaba su inminente liberación del dolor, el caos y la persecución del mundo (Historia de la Iglesia, 6:609–610).
Este sueño y muchos otros le brindaron a José revelación personal, consuelo y preparación para lo que se avecinaba.
2. Santos fieles apoyaron y cuidaron de José y Hyrum hasta el último momento
Durante casi tres días, los hombres más leales permanecieron cerca de José y Hyrum y expresaron su voluntad de defenderlos a toda costa, ejemplificando una gran valentía a medida que el número de personas en su contra aumentaba exponencialmente.
Muchos hombres notables acompañaron a José y Hyrum Smith los últimos días de sus vidas. Hombres como John Taylor, Willard Richards, John Fullmer, Dan Jones, Stephen Markham, Cyrus Wheelock, Samuel Smith y John Smith. Estos y otros hombres hicieron todo lo posible para cambiar sus circunstancias en la cárcel de Carthage.
Protegieron a José y Hyrum de multitudes de hombres borrachos. Dan Jones y Stephen Markham utilizaron bastones de madera para desviar las bayonetas de la multitud cuando José y Hyrum fueron conducidos desde el hotel Hamilton hasta la cárcel de Carthage.
Estos hombres oraron con José, elevaron su espíritu e hicieron varios recados para el profeta. Cada vez que salían y volvían a la cárcel tenían que pasar a través de los enemigos del profeta.
Soportaron amenazas, maldiciones y abuso físico. Finalmente, todos fueron expulsados de Carthage y, por intervención divina, fueron librados de la muerte. John Taylor y Willard Richards se quedaron con José y Hyrum Smith hasta el final. Estaban dispuestos a defender a sus amigos hasta la muerte.
3. La turba irrumpió en la cárcel más de una vez
Muchos no saben que la noche del 26 de junio, cerca de la medianoche, varios miembros de una turba irrumpieron en la cárcel. Llegaron al final de las escaleras del segundo piso pero no atacaron.
José Smith y sus amigos se pararon junto a la puerta esperando la entrada del populacho. Se escuchaba una respiración pesada en ambos lados de la puerta.
La turba dudó, sin saber cómo proceder. José Smith sintió su vacilación. Con una “voz de profeta” les habló desde detrás de la puerta.
“Vamos, asesinos, estamos listos para ustedes. Estamos dispuestos a morir ahora como a la luz del día”. -“The Martyrdom of Joseph Smith and his Brother Hyrum, by Dan Jones”, BYU Studies Journal 24:1, 1984
Al escuchar sus palabras, el populacho se marchó.
José Smith y los Santos que lo acompañaban demostraron un valor digno de admiración. Ellos entendieron la causa en la que estaban comprometidos y conocían la naturaleza eterna del alma.
El enemigo de la verdad no descansa; la verdad se ve desafiada por las voces seculares de nuestros días.
La forma en que José Smith y sus fieles amigos respondieron en la cárcel de Carthage nos brinda un ejemplo de cómo podemos vivir y responder a medida que la indignación de los hombres se apodera de los siervos y Santos de Dios de la actualidad.
Fuente: LdsLiving