Lo que debes saber si deseas ser feliz nuevamente después de tu divorcio
Mi esposa y yo estuvimos casados por 24 años y hace casi 20 años me pidió el divorcio. Cuando le preguntaba la razón, ella solo me respondía: “Tú sabes por qué”.
Me ha costado entender todo lo que sucedió. Casi siempre la veo en las reuniones familiares y me siento muy mal.
Sé que se supone que la debo perdonar, y es lo que el Salvador desea que haga, pero se me hace demasiado difícil. Solo deseo ser feliz nuevamente.
Respuesta
El divorcio es una de las experiencias más difíciles por las que uno puede pasar. Imagen: Canva
Lamento mucho todo lo que pasaste. Parece que ha sido un proceso difícil que todavía te cuesta afrontar y seguir adelante. Reconozco el dolor que estás experimentando.
El divorcio es una de las experiencias más difíciles por las que uno puede pasar, especialmente cuando sucede de manera inesperada y sin fundamento.
Es normal sentirse abrumado y perdido ante esta situación, entiendo que después de 20 años, esperas sentir algo diferente ante lo que pasó.
El EMDR es un abordaje terapéutico para tratar dificultades emocionales causadas por experiencias difíciles en la vida del paciente. Foto: Shutterstock
Es comprensible que sientas algún tipo de rechazo e incluso emociones negativas cuando la ves, sin embargo, también es importante que te cuides de este tipo de situaciones.
Si estar cerca a ella te provoca esas sensaciones, entonces limita tu interacción con ella o busca formas de lidiar con esa incomodidad, como enfocarte en los puntos positivos de dichas reuniones familiares.
Puedes ir a las reuniones con alguien o también buscar a una persona de confianza con quien puedas conversar. Asimismo, te recomiendo buscar ayuda profesional para liberar esa sensación negativa con ejercicios que se adecúen a ti.
A veces las personas toman decisiones que son difíciles de explicar, incluso para ellos mismos. Imagen: Canva
También necesitas saber que no necesariamente debes entender en su totalidad la razón por la que tu esposa te pidió el divorcio. No saberlo todo está bien.
A veces las personas toman decisiones que son difíciles de explicar, incluso para ellas mismas. Probablemente, tu esposa no pudo articular las razones de una forma que te satisficiera. Esto no significa que no puedas encontrar paz y sanación, es posible sanar sin tener todas las respuestas.
En vez de imaginar las posibles razones por la que tu esposa decidió divorciarse de ti, deja todo en las manos de Dios y perdónala. También deberás perdonarte a ti mismo por algo que no pudiste solucionar por ti mismo.
El perdón liberará las cargas de aquel dolor que tienes. Imagen: Canva
El perdón te liberará de las cargas del dolor que sientes. Recuerda que el hecho de que la perdones no significa que la excuses de su comportamiento o que pretendas que no te lastimó.
Ahora estás dejando de lado el resentimiento y la ira, la estás liberando de la deuda que sientes que te debe. Esto te protegerá de aquello que te pueda lastimar en el futuro.
El élder D. Chad Richardson enseñó:
“Perdonar un pecado no significa justificarlo. Cuando nosotros perdonamos un pecado, tampoco decimos que está bien o que no es requerido realizar el pago. En vez de eso, el perdón nos permite dejar el juicio final de la culpa y el total de la deuda sobre el Señor”.
Déjale el juicio a Dios. Art: K. Karyukova.
También es importante recordar la responsabilidad que tenemos de nuestros actos y el juicio del Señor:
“Dejadme a mí el juicio, porque es mío, y yo apagaré”. – DyC 82:23
No dejes que este divorcio te defina. Debes enfocarte en crear una nueva vida significativa para ti y no intentar aferrarte a lo que viviste en el pasado.
Si bien es comprensible recordar ciertas cosas del pasado, no podemos estancarnos en él. La realidad es que el tiempo avanza y no podemos regresar, debemos vivir el ahora.
Esfuérzate por construir tu vida y ser feliz nuevamente. Imagen: Canva
¿Qué te trae gozo? ¿Qué tipo de relación deseas tener? ¿Qué actividades y hobbies nutren tu alma?
Al invertir tu tiempo en crear una vida que te llene de felicidad, podrás darte cuenta de que el dolor que tanto te abrumaba va perdiendo su poder.
Recuerda que curarse es posible, incluso ante un profundo dolor y una pérdida inesperada.
Fuente: Meridian Magazine
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