Hank Smith: 3 ejemplos sencillos + la ciencia detrás de hacer cambios duraderos en tu vida
La única pieza de joyería que uso es mi anillo de matrimonio. Como la mayoría de personas, lo uso en el dedo anular de mi mano izquierda. Estoy acostumbrado a eso. Ahí es donde pertenece, ¿cierto?
Entonces, ¿qué sucedería si me lo quitara de la mano izquierda y me lo pusiera en el dedo anular de mi mano derecha? Me volvería loco. Se sentiría mal. Por último, se sentiría incómodo, al menos al principio.
¿Cuánto tiempo pasaría antes de que ya no me diera cuenta de que mi anillo de matrimonio está en mi mano derecha? Quizá, algunos días. Tal vez, algunas semanas. Pero, después de cierto tiempo, naturalmente pondría ese anillo en mi mano derecha sin siquiera pensarlo. Porque es ahí donde pertenece, ¿verdad? Costó mucho esfuerzo al principio, pero ahora es normal.
Existe un poco de ciencia detrás de esto. Digamos que tú decides que vas a hacer un cambio en tu vida. Adivina, ¿cuánto tiempo te toma aceptar ese cambio? La mayoría de las investigaciones dicen que aproximadamente 15 días.
En el marco de los 15 días, tu mente, tu corazón, tus emociones y todo el resto de ti llega a asimilarlo completamente: Este cambio será para siempre. Incluso, aquellos con los que vives comienzan a aceptar el cambio alrededor del marco de los 15 días. Así es ahora. Y, estamos bien con eso.
Aquí está el problema: Las investigaciones también muestran que al intentar hacer un cambio, la mayoría de personas se rinde después de dos semanas. Eso es 14 días, un día antes de sacarte la lotería. Un día, tímido de convencer a todo tu ser que este cambio es permanente, que esto ahora es la nueva normalidad.
Así que, escoge lo primero que deseas hacer y trabaja en ello hasta que se convierta en tu nueva normalidad. Toma al menos 15 días; 3 semanas o 1 mes, es incluso mejor. Centra tus esfuerzos en esa única cosa hasta que sientas que lo hiciste bien. La única manera de hacer ese cambio es practicar y la práctica requiere de tiempo y esfuerzo.
Aquí hay una advertencia: Tu familia u otros seres queridos se resistirán a ese cambio. Incluso, si es lo mejor que alguna vez hiciste por ti mismo (o por ellos), podrían encapricharse con eso y armar un escándalo. ¿Por qué? Porque acabas de amenazar con quitarlos de tu zona de confort. Y, a nadie le gusta que lo saquen de su zona de confort.
Recuerdo la vez en que, después de escuchar la conferencia general, mis padres decidieron que íbamos a leer las Escrituras todos los días en familia. Aunque todos sabíamos que era algo bueno, no creo que ninguno de nosotros se lo iba a dejar tan fácil a mis padres. Tenía 15 años y mi pensamiento inmediato fue: “Oh, está bien. Me pregunto cuánto tiempo durará esto.”
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Te ahorraré el suspenso. Duró cuatro días. Luego, no leímos las Escrituras en familia un día. Pero, espera, al día siguiente, volvió a suceder… durante otros dos días. Luego, nos pasamos una semana. Creo que leímos las Escrituras en familia un día más después de eso. Pero, luego, todo se evaporó.
Nunca llegamos a ese punto dulce de quince días consecutivos. Y, nosotros, los niños, no íbamos a instar a nuestros padres. Estaba fuera de nuestra zona de confort. No era nuestra normalidad, ni siquiera estaba cerca.
De vuelta a ti. Si vas a hacer algunos cambios para que puedas ser más feliz, necesitarás un poco de ayuda. Tienes suerte, tengo algunas estrategias que funcionaron conmigo y también, con muchas otras personas.
1. Primero, convierte todos estos cambios positivos en una cuestión de oración y ayuno. Explícale al Señor cuan importantes son estos cambios para ti y cuanto necesitas Su ayuda. Busca algún mensaje en el Libro de Mormón que te ayude a mantener viva tu motivación.
2. Segundo, rodéate de recordatorios visuales o táctiles. Podrías cambiar tu protector de pantalla a fin de tener un recordatorio constante de lo que intentas hacer. Quizá, puedas usar una nueva pulsera, nadie más sabrá lo que significa, pero tú sí, y recordarás tu meta cada vez que veas la pulsera. O, tal vez, puedes poner algo pequeño en tu bolsillo, como una piedra lisa.
Cada vez que la toques, recibirás un suave recordatorio (a menos que tengas el hábito de llevar rocas en el bolsillo). Antes de que te des cuenta, verás un cambio. Y, aquí está la mejor parte: Realmente cambiarás la forma en que funciona tu cerebro. Un cerebro más feliz significa un tú más feliz.
3. Otra cosa que debes hacer es rendirte cuentas a ti mismo. Antes de darme esa mirada, permíteme explicarte. El hecho de rendir cuentas es increíble. Tiene una gran manera de conducir al éxito. Y, no es tan difícil. Lo mejor de todo es que no estás intentando hacer algo que podría ser un poco desafiante para ti. Recibirás ayuda.
Esto es lo que harás: Escoge a alguien que quieras y en quien confíes. Debe ser alguien a quien veas mucho. Si sospechas que tu familia podría resistirse a tus esfuerzos de cambiar. Entonces, elige a un buen amigo o a un compañero del trabajo. Luego, explícales el cambio que estás intentando hacer y pídeles a tus confidentes que te den recordatorios constantes. Estamos hablando de un tipo de recordatorio motivador, “¿cómo va?”, “lo puedes lograr”, “¿cómo puedo ayudarte?”
Antes de que te des cuenta, habrás alcanzado tu meta. Luego, otra. Y otra. Finalmente, escucharás música inspiradora y darás un paseo a paso ligero todos los días, hablarás con tus amigos y dormirás bien.
Cuando reconozcas en qué momento caes en el mito del “futuro yo”, decidirás hacer cambios hoy. Te encontrarás acentuando lo positivo y escogiendo conscientemente tu respuesta a situaciones que solían agotar tu paciencia. Serás más gentil con las personas que sufren de depresión y las llevarás con los expertos que pueden ayudarlos.
Y, si esta magia funciona de la manera en que debería, algo maravilloso sucederá. Estarás más feliz y tus amigos y familiares también lo estarán, solo porque estarás cerca. La sonrisa, la risa y la paz serán el resultado natural de tu presencia.
Antes de que te des cuenta, un amigo o un familiar se dirigirá a ti y te dirá: “Estás muy feliz. Eres una luz para mí. Me encanta estar cerca de ti.”
Con una sonrisa dirás, “Gracias, eso significa mucho para mí. No siempre he sido así, pero he estado trabajando mucho en esto.”
Este artículo es un extracto del libro “Be Happy: Simple Secrets to a Happier Life” de Hank Smith, fue publicado originalmente en ldsliving.com con el título “Hank Smith: 3 Simple Tips and the Science Behind Making Lasting Changes in Your Life.”