Cómo dos misioneros estaban destinados a conocerse desde antes de venir a la Tierra

¿Alguna vez tuviste una conexión inmediata con alguien y pensaste que quizás ya se habían conocido en “otra vida”?

A mí me ha pasado y, tal vez, a ti también.

Quizás, esa impresión que tuvimos fue un atisbo de la preexistencia.

Algo parecido le ocurrió a un joven de Estados Unidos que estaba esperando su llamamiento misional.

El joven compartió su experiencia y testimonio en una reunión sacramental en un barrio de Salt Lake City en 1974. Posteriormente, este relato lo mencionó un representante local de los Doce.

Un misionero tuvo un sueño sobre su vida antes de venir a la Tierra. Imagen: Canva

“Hermanos y hermanas, como todos saben, durante estas últimas semanas estuve esperando mi llamamiento misional y tuve un sueño.

Sabía que no era un sueño común y corriente.

Soñé que estaba en la preexistencia, esperando mi llamamiento para venir a la Tierra.

Me llené del mismo entusiasmo y gozo que tuve antes de recibir mi llamamiento misional

En mi sueño, estaba conversando con un amigo y sentí que tenía una conexión especial con él, a pesar de que no lo he conocido en esta vida.

Mientras hablábamos vino un mensajero y me entregó una carta.

En su sueño, recibió un llamamiento para venir al mundo y conoció a un gran amigo. A ambos los enviaron a nacer en diferentes lugares. Imagen: Canva

Yo sabía que era mi llamamiento para venir a la Tierra y, con mucha alegría, mi amigo y yo abrimos la carta.

Le pedí que leyera la carta para mí en voz alta y él dijo:

‘Fuiste llamado a la una tierra especial en un tiempo especial. Nacerás en la Iglesia verdadera y tendrás el sacerdocio de Dios en tu hogar. Nacerás en una tierra de abundancia, en una tierra de libertad. Irás a los Estados Unidos de América’.

Mientras mi amigo y yo nos regocijamos al leer mi llamamiento, el mensajero regresó.

Al partir cada uno a su misión en la Tierra, se hicieron la promesa de volverse a encontrar. Imagen: Pinterest

Esta vez le trajo una carta para mi amigo, sabíamos que era su llamamiento para ir a la Tierra. Mi amigo me dio la carta para leerla en voz alta. Su carta decía:

‘Fuiste llamado a ir a una tierra en condiciones de pobreza y guerra. No crecerás en la Iglesia verdadera. Muchos desafíos ocurrirán en tu vida. Tu tierra estará llena de dificultades políticas y sociales, que entorpecerán la obra del Señor. Nacerás en Costa Rica’.

Mi amigo y yo lloramos al leer su llamamiento. Entonces, mi amigo me miró con lágrimas en los ojos y me dijo: ‘Cuando estés en la Tierra, tú en tu tierra prometida y yo en Costa Rica, amigo, ven a buscarme…’”

Al estar en la Tierra, ambos amigos pudieron reencontrarse en la misión. Imagen: Brian Galbraith/Getty Images/iStockphoto

Luego, este joven misionero, con lágrimas en los ojos, dijo:

“Hermanos y hermanas, he recibido mi llamamiento misional… y me voy a Costa Rica”.

Aproximadamente, un año después de la reunión sacramental, el obispo recibió una carta del misionero en Costa Rica.

La carta era solo una hoja de papel y en ella estaban escritas estas cuatro palabras en mayúsculas: “¡ENCONTRÉ A MI AMIGO!”

*Portada: Imagen extraída de una publicación de Jovens Siao

Fuente: Jovens Siao

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| Vida S.U.D
Publicado por: *Nicole Córdova Loayza
Traductora de español, inglés y portugués. Me encantan los idiomas y conocer sobre diferentes culturas. También me gusta el arte y amo la naturaleza.
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