Cómo ayudar cuando la persona que ministras tiene problemas económicos

En varias partes de las Escrituras, Dios promete que “si guardáis [los] mandamientos, prosperaréis en la tierra”.

En 2018, el obispo presidente Gérald Caussé dijo:

“Esa promesa es fundamental en la historia y las enseñanzas del Libro de Mormón.

Aparece en 18 versículos diferentes, y en siete de sus 15 libros.

Aunque la bendición de la prosperidad que se menciona en esos pasajes es principalmente de naturaleza espiritual, también incluye la capacidad que el pueblo de Dios tiene para disfrutar del progreso económico y de llegar a ser temporalmente autosuficiente”.

Obispo Caussé

Gérald Caussé. (Foto: Church News)

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Entonces, ¿qué puedes hacer cuando la persona a la que ministras tiene problemas económicos? ¿Cómo puedes ayudarla en tiempos de crisis económica?

Un artículo de la edición de febrero de 2021 de la revista Liahona ofrece siete sugerencias para ministrar a aquellos que tienen problemas económicos. ¡Veamos!

1. “Sé amable y no juzgues. Permanece atento a las advertencias del rey Benjamín acerca de juzgar a las personas que tienen dificultades económicas (véase Mosíah 4: 17–19)”.

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2.“Dios desea bendecirnos tanto temporal como espiritualmente. Demostrar fe al hacer las cosas a Su manera, cambiará nuestras vidas y la de aquellos que nos rodean”.

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3.“En tus esfuerzos por ministrar, ten cuidado de no hacer por los demás lo que ellos podrían hacer por sí mismos o aprovechar las oportunidades para ser más autosuficientes”.

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4.“Dar dinero no es la respuesta a los problemas financieros. Con frecuencia, el tiempo, el amor o los actos de servicio son las soluciones más significativas. Por ejemplo, ofrecerte a cuidar a los niños o trabajar en el jardín puede ayudar a reducir gastos en niñeras o jardineros. Invitar a esa persona a compartir una comida puede reducir gastos en alimentos. Además, un vínculo de amistad puede ser una forma de apoyo y sanación”.

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5.“En tu deseo de servir, considera tu propia situación económica. El Señor nos bendecirá por sacrificarnos para bendecir a los demás. Sin embargo, se nos aconseja no hacer más de lo que nuestra capacidad nos permita (véase Mosíah 4: 26 -27). Participar en un grupo de autosuficiencia para aprender más sobre las finanzas personales puede mejorar nuestra habilidad para ayudar a los demás”.

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6.“Sé sensible y no cruces los límites al intentar imponer tu ayuda a los demás, independientemente de cuán buenas sean tus intenciones. Permíteles decir ‘No, gracias’ si creen que es lo mejor para ellos”.

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7.“Presta servicio sin esperar que te lo agradezcan. Los problemas económicos causan que las personas se sientan fácilmente humilladas y avergonzadas, lo que hace que les cueste expresar su agradecimiento. Ofrece amor y servicio sin ejercer ninguna presión. A veces, ayudar de forma anónima resulta ser un gesto de mayor amabilidad para no herir la sensibilidad de las personas”.

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¿Cómo has ministrado a alguien con problemas económicos? ¡Cuéntanos en los comentarios!

Fuente: LDS Living

| Vida S.U.D

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