La verdadera historia de la Navidad
La mayoría conoce la tradicional historia de Navidad, y aunque es bonita, no es del todo cierta. En ocasiones leemos artículos donde encontramos algunas correcciones, pero aún así no nos brindan la perspectiva completa (de ser posible tener una perspectiva completa).
Aquí te traemos algunos datos que pueden ayudarte a imaginar el nacimiento de Cristo en esta época y lugar.
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El año
Debido a que la muerte de Herodes el Grande sucedió ciertamente en el año 4 a.C., se estima que el nacimiento de Jesús ocurrió antes de la muerte de Herodes. Entonces, de acuerdo con nuestro calendario moderno eso sería entre los años 7 y 4 antes de Cristo.
Algunos académicos no concuerdan con ello y posicionan el nacimiento de Cristo unos años más tarde, lo que llamamos el año 1 a. C. Ellos sienten que los hijos de Herodes afirmaron que Herodes murió en el año 4 a. C. por fama y atención.
Sin embargo un nacimiento con grandes manifestaciones celestiales tuvo lugar en el año 5 a.C. durante la Pascua. Sabemos que Jesús nació en abril, y la Pascua testifica hermosamente de su misión y papel terrenales como el Cordero de Dios.
La estrella
Cosas emocionantes sucedieron en los cielos en el año 5 a. C. Mateo describió una estrella que apareció rápidamente y que se movía lentamente a través del cielo nocturno, y que luego pareció “detenerse” sobre Belén. Hubo una secuencia de eventos celestiales que los magos y los pastores habrían observado.
En el año 7 a. C. Ocurrió un hecho poco frecuente, la conjunción (alineamiento) de los planetas Júpiter y Saturno; en el año 6 a. C., Saturno, Júpiter y Marte se alinearon en el cielo. Luego, en el año 5 a. C., puede que la Estrella de Belén haya aparecido; un cometa apareció a la vista en la constelación de Capricornio, un acontecimiento que fue registrado por los astrónomos chinos (“The Satr of Bethlem”, Colin. J. Humphreys).
La época de fiesta
Confiando en la evidencia astronómica de la estrella, Cristo habría nacido entre el 9 de marzo y el 4 de mayo. La Pascua celebrada a principios de abril sería la semana más apropiada por diferentes razones:
- El simbolismo: La festividad judía se centra en el sacrifico del cordero, que representa a Cristo. Todo el simbolismo de la Pascua se centra en la misión terrenal de Cristo: Su nacimiento, misión, crucifixión y resurrección.
- La multitud: No había lugar en la posada (hospedaje) porque muchos miles de peregrinos habían llegado a Jerusalén por las fiestas. Belén se encuentra a pocos kilómetros de Jerusalén.
- El censo: La Pascua era la fiesta más importante del año y la cantidad de judíos que llegaban era más grande que en cualquier otra peregrinación por las fiestas. Los romanos contaban el número de corderos sacrificados en el templo y estos se multiplicaron por 10 para aproximar el número de judíos dentro del imperio. Fue el momento perfecto para un censo.
- María: Las mujeres no estaban obligadas a asistir a ninguna de estas fiestas debido a sus deberes en el hogar, pero María era extremadamente fiel. Gracias a la Biblia sabemos que peregrinó por la Pascua cuando Jesús tenía 12 años. Es posible que José haya tratado de convencerla de que no lo acompañara a Jerusalén y Belén porque estaba embarazada. Su tiempo para dar a luz llegó durante la peregrinación.
El Establo
El establo no habría sido de madera. La madera es rara y preciosa en Israel y en ese tiempo sólo se usaba para cosas ostentosas. El área está llena de cuevas de piedra caliza y cavernas donde las ovejas se podían juntar para pasar la noche.
El pesebre
Un pesebre contiene alimento (heno) para el ganado (como las ovejas). Pero este habría sido de piedra. Jesús no “nació en un pesebre”, sino que fue colocado en un pesebre como una cuna improvisada.
Las mantas para el bebé
Estas eran largas tiras de tela tejida que pueden haber tenido marcas decorativas o bordados para identificar la tribu y el linaje del recién nacido.
Los magos
Estos hombres (no sabemos cuántos) fueron estudiosos y probablemente judíos o creyentes en el Zoroastrismo de Babilonia o de algún otro lugar de Persia. Llegaron cuando José y María salieron del establo para quedarse en una casa.
El cometa pudo ser visto por un periodo de 70 días, y los magos tenían las profecías bíblicas de que el Mesías nacería en Belén.
Cuando los judíos podían regresar a Tierra Santa desde Babilonia, la gran mayoría decidió quedarse. Algunos eventualmente se mudaron a otras áreas del Mediterráneo y Europa, pero un grupo de académicos respetados continuó guiando al judaísmo desde allí. Ya en el año 600 d. C., produjeron el comentario sobre las Escrituras y la ley judía, llamado el Talmud de Babilonia, o “Bavlí”.
El Zoroastrismo tiene muchas similitudes con nuestra propia fe. Zoroastro (o “Zarathustra”) fue un líder religioso. El rey Ciro de Persia, mencionado en la Biblia, que permitió que los judíos regresaran a Jerusalén, era un zoroastriano.
El nacimiento
Durante el parto, las madres a menudo eran apoyadas por las parteras u otras mujeres. La posición más común para el parto probablemente era estando en cuclillas o arrodilladas, tal vez apoyada en un banquillo o piedra. Es natural que las mujeres cerca del área hayan acudido a ayudar a María con el parto.
La realización de varios rituales después del nacimiento era algo común, como cortar el cordón umbilical, lavar al bebé con agua y frotarlo con sal.
Lo que pudo haber sucedido
María y José se dirigieron a Jerusalén por caminos llenos de peregrinos. Era principios de abril y la peregrinación de la fiesta de la Pascua se celebraba. Ambos fueron a Belén para registrarse con otros descendientes de David.
El cometa en los cielos debe haber sido un acontecimiento para todos, pero algunos lo vieron como una señal de Dios. María entró en parto, así que en lugar de armar una tienda de campaña hecha con pieles, buscaron un alojamiento rápido en una casa de huéspedes, pero no encontraron espacio.
Buscaron protección en un caverna de piedra caliza utilizada como refugio de animales y colocaron al niño Jesús en un pesebre de piedra. Puede que haya habido mujeres que ayudaran en el nacimiento de Jesús.
Que esa fue una noche mágica es absolutamente cierto. La Pascua fue una temporada llena de regocijo, y el asistir al templo por las fiestas era algo emocionante e inspirador. Con el final de la temporada de lluvias, la tierra habría estado fértil y lista para florecer.
Las señales en el cielo habrían tenido a todos hablando. Una emoción inexplicable de anticipación se habría introducido en esas fiestas. El esfuerzo de María fue algo personal, sin embargo las buenas nuevas de gran gozo fueron para todos nosotros.
Este artículo fue escrito originalmente por Galo Boyd y fue publicado originalmente por thirdhour.org bajo el título “The Real Story of Christmas”
